Santa Margarida de Vinyoles
Santuario de Santa Margarida de Vinyoles
Santa Margarida es una iglesia del siglo xix que conserva algunos vestigios románicos que, pese a ser muy escasos, revelan su origen medieval. Está situada en el sector meridional del término municipal de les Llosses, en la sierra homónima de Santa Margarida de Vinyoles, a 1206 m de altitud.
Se cree que el edificio románico y el actual están construidos sobre los restos del castillo de la Guardia, tanto por su localización como por la constancia de que la capilla del castillo compartía con éstos la advocación a santa Margarita. El castillo de la Guardia está documentado desde el año 1021, y bajo su jurisdicción se encontraban, entre otras posesiones, todas las parroquias que hoy forman el término municipal les Llosses a excepción del sector de Palmerola, así como la fortaleza de la Roca de Baborers, que aseguraba la defensa del valle de les Llosses. En un primer momento, el dominio del castillo estaba en manos de Bernat Tallaferro, conde de Besalú, pero el derecho de castellanía y, por tanto, su gobierno efectivo, lo poseían los señores de La Guardia o Saguardia. El primer miembro de este importante linaje conocido es Bernat de La Guardia, que aparece mencionado como testimonio en el documento de constitución del efímero obispado de Besalú del año 1017. A partir de ese momento, gracias a los textos conservados (juramentos de fidelidad, actas matrimoniales y testamentos), es posible establecer un listado de los diferentes miembros de la familia La Guardia, y luego de las familias Portella, Pinós y Canet, que ostentaron el gobierno del castillo. En el siglo xiv, finalmente, éste paso a ser propiedad del rey Pedro el Ceremonioso, quien forzó al abad de Ripoll Ramon de Savarrés a comprarlo en 1363, convirtiéndose el cenobio en el último señor del castillo hasta su desaparición.
En el plano arquitectónico, los vestigios de la iglesia románica de Santa Margarida se concentran en el sector sureste del conjunto actual. Hoy no es posible el acceso al interior de la nave románica, que quedó tapiada, pero la bibliografía se refiere a ella como un espacio de nave única de planta ligeramente trapezoidal, cubierta con bóveda y sin ábside. El único vestigio visible hoy del edificio primitivo son la puerta de acceso, abierta mediante una arcada de medio punto adovelada, y una pequeña ventada de doble abocinamiento, ambas situadas en la fachada sur.
Texto y foto: Margarida Muñoz Milan
Bibliografía
AA.VV., 1995, p. 518; Castells Catalans, Els, 1967-1979, V, pp. 47-59; Catalunya Romànica, 1984-1998, X, p. 29-30, 146-147; Gordi i Serrat, J. y Llimós, R., 1998, pp. 28-29, 78-79.