EN ESTE AMBIENTE debió de surgir La Mata de la Riba con su iglesia dedicada a los Santos Justo y Pastor, una de las advocaciones habituales en época altomedieval. Es posible que a partir del siglo XIII quedara integrada en el área de influencia del priorato de Valdediós que se había establecido en La Vega de Boñar, de ahí que siglos después, en 1524, fuera el escenario elegido para la firma de la escritura de arriendo de las heredades que tenía el monasterio asturiano en el valle de Boñar (J. C. García Caballero, 1996, p. 98). En el mismo lugar en que seguramente se levantó su primitiva iglesia se alza hoy un templo del siglo XIII que fue profundamente reformado en el siglo XVII. La parte más antigua corresponde a la cabecera, formada por una capilla rectangular cubierta con una bóveda de cañón apuntado que se abre a la nave a través de un arco triunfal, también apuntado, que descansa sobre una línea de imposta decorada con aspas y dientes de sierra, en el lado derecho, y con simples molduras, en el izquierdo. En el exterior se observa claramente la dualidad de campañas constructivas. El ábside muestra en su lado sur una cornisa con perfil de nacela soportada por seis canecillos de formas muy simples ejecutados con suma tosquedad como corresponde a un arte popular realizado por canteros con escasos recursos técnicos para la labra de motivos decorativos. Dos de ellos se decoran con cabezas de rasgos zoomorfos, otro con un círculo y el resto son lisos. Los del lado septentrional quedaron ocultos al construirse la sacristía. Otros canecillos de similares características se conservan bajo la techumbre del pórtico. Hacia el siglo XIV tuvo lugar una reforma de la nave que debió de afectar especialmente al muro norte donde fueron sustituidos los canecillos románicos por otros de tipología claramente gótica con formas de cuarto de bocel.