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Imagen de Nuestra Señora de Tobal

Identificador
49832_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 39' 24.23'' , -5º 28' 47.82''
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Nuestra Señora de Tobal

Localidad
Malva
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
VIRGEN CON EL NIÑO. Nuestra Señora de Tobal. Finales del siglo XII. Madera policromada, restaurada. Iglesia de San Miguel. Procede de la ermita de Nuestra Señora de Tobal. El único testimonio románico conservado en el pueblo es la imagen de Nuestra Señora de Tobal, titular de la ermita que se alza sobre un pequeño promontorio situado junto a la carretera de acceso al pueblo. Según comenta José Navarro Talegón, en la misma colina en que se levanta hoy el santuario existió una fortaleza a juzgar por la primitiva advocación que tuvo dicho templo (Santa María del Castillo). En su entorno inmediato surgió el antiguo poblado que con el paso del tiempo acabó por desplazarse hacia la zona que hoy ocupa quedando extinguida su parroquia que quedó incorporada a la de San Juan. La talla de Nuestra Señora de Tobal se venera hoy en la iglesia parroquial de San Miguel, donde preside el retablo mayor. Hay que señalar que la pieza fue descubierta dentro de una imagen de bastidor, probablemente del siglo XVIII, por lo que hay que pensar que en el momento de su hallazgo posiblemente se encontrara parcialmente mutilada. Ésta pudo ser la causa que motivó el traslado de la pieza a Valladolid en la década de 1960 donde fue objeto de una excesiva restauración que nos obliga a ser cautos a la hora de analizar la escultura. La falta de fotografías anteriores a esta intervención tampoco ayuda al conocimiento exacto de la misma. Se trata de una pequeña escultura realizada en madera policromada que representa a la Virgen con el Niño sentada sobre un banco sin respaldo. María se presenta ataviada con una túnica lisa que cae hasta los pies formando unos pliegues simétricos en forma de meandros bajo los que asoma el típico calzado puntiagudo. Encima porta un manto guarnecido con orofrés y recogido con un broche circular. Cubre su cabeza con un velo ceñido por una corona de nueva factura. Con la mano derecha sostiene una bola y con la izquierda sujeta al Niño que aparece sentado sobre su regazo. Éste, que también parece un añadido reciente, viste la misma indumentaria que María, bendice con la mano diestra y con la otra sostiene un libro abierto. Prevalece el sentido hierático de las figuras, la frontalidad y la simetría características del período románico, guardando cierto parecido con las imágenes de La Hiniesta y de Vezdemarbán. De acuerdo con los rasgos tipológicos que presenta podemos adscribirla a los últimos años del siglo XII.