EL TEMPLO ACTUAL, ASENTADO en ladera y protegido por un atrio abancalado en la parte meridional, es un edificio de mampostería con una nave y cabecera cuadrada no diferenciada, con una corta torre adosada en el lado meridional de la nave, donde también se halla la sacristía y un angosto pórtico, mientras que al norte se abre el baptisterio. Es prácticamente en su conjunto obra tardogótica, que conserva sin embargo algunos testimonios de un pasado románico: el arco de entrada al pórtico, la portada de acceso al templo y posiblemente el conjunto de canecillos de proa de barco que coronan los muros de la nave, alternando con otros de cuarto de bocel inequívocamente góticos. No cabe duda de que la puerta que sirve de entrada al macizo pórtico está remontada y quizá sea sólo parte de un arco original más completo, cuya estructura y ubicación primitivas no podemos adivinar. En todo caso de lo que no cabe duda es de su filiación románica, compuesto por dovelaje de medio punto, de grueso bocel trasdosado de listel anguloso, apoyando en jambas que repiten el mismo tipo de perfil, coronadas por toscas impostas achaflanadas. Traspasada esta puerta nos encontramos con la de entrada a la nave, formada por tres arquivoltas de medio punto, mostrando las dos interiores una vez más el grueso bocel seguido del listel en ángulo, constando la tercera y la chambrana de perfil de nacela. Los apoyos son tres pilastras escalonadas en cada lado, de nuevo con el mismo formato de boceles y listeles agudos que ahora se truncan antes de llegar a los extremos, coronados por impostas achaflanadas. Esta portada guarda notables similitudes con el arco triunfal y la portada de la iglesia de Avellanosa de Muñó, así como con la puerta de Quintanilla del Coco, y a pesar de su casi nula decoración cabe llamar la atención acerca de que los gruesos boceles seguidos de listel en ángulo aparecen con cierta profusión en San Pedro de Arlanza, donde incluso alguna puerta secundaria está en la misma línea que estas otras, lo que nos podría llevar a un momento bastante temprano dentro del románico, de acuerdo a las fechas que se barajan para la fábrica de ese cenobio. No obstante, la simplicidad de tales elementos nos aconseja ser cautos a la hora de defender tales valoraciones. Junto a esta entrada se dispone una aguabenditera hemisférica decorada con pequeños arquillos de medio punto, un motivo muy frecuente entre las pilas bautismales románicas, aunque creemos que ésta puede ser una pieza mucho más moderna. En el interior se conserva precisamente también una pila bautismal románica en forma de copa, labrada en piedra caliza, con una altura de 98,5 cm y 92 cm de diámetro, con vaso hemisférico dotado de bocel recorriendo la embocadura bajo el que se dispone un doble entrelazo que alberga cuatripétalas con botón central. El pie consiste en una pieza cuadrangular recorrida en sus cuatro caras por un motivo similar al de la copa, aunque ahora los entrelazos en vez de círculos forman rombos, el mismo motivo que ornamenta la pila de Contreras y la de la colegiata de los Santos Cosme y Damián de Covarrubias, o que también aparece en la portada románica conservada en el Ayuntamiento de esta última villa. Sobre este plinto se ha tallado una basa circular de escocia entre doble toro, acotado el inferior por una especie de bayas.