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Fachada oeste de Sant Martí de Vinyoles

Identificador
17096_04_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.13664, 2.13837
Idioma
Autor
Margarida Muñoz Milán
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Iglesia de Sant Martí de Vinyoles

Localidad
Sant Martí de Vinyoles
Municipio
Les Lloses
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Martí de Vinyoles

Descripción

Iglesia de Sant Martí de Vinyoles

 

Sant Martí de Vinyoles se encuentra en el sector sureste del municipio de les Llosses, a unos 14 km de la capital de la comarca. Se accede por una pista, asfaltada en la mayor parte de sus tramos, que nace en un desvío de la carretera C-26, entre los kms 183 y 184.

 

El vecindario presenta un interesante conjunto arquitectónico en el que destacan la casa de los señores de Portavella –una construcción fechada entre los siglos xiv y xv, pese a que su origen probablemente es anterior– y la iglesia dedicada a san Martín, un edificio medieval que, pese a las profundas transformaciones a que se ha visto sometido, conserva interesantes vestigios románicos.

 

No se conocen hasta el momento documentos históricos que se refieran de manera exclusiva a esta iglesia y que nos permitan, por tanto, reconstruir la historia del edificio. Por contra, los escasos testimonios de la existencia de una parroquia en este lugar se refieren de forma reiterada al nexo existente entre ésta y el castillo de la Guardia por un lado, y el monasterio de Santa Maria de Ripoll por otro. En relación a este último, la historiografía ha fijado la fecha del 925 como la de la primera noticia documental relacionada con Sant Martí, momento en el que el obispo Jordi de Vic entrega la jurisdicción de la parroquia al monasterio ripollense; la donación incluye también la iglesia de Santa Maria de Tremolosa, como sufragánea de Vinyoles.

 

La pertenencia de Sant Martí al monasterio de Ripoll se reitera años más tarde en diversos documentos de confirmación de las propiedades monásticas, entre los que destaca la bula papal firmada por Agapito II en el año 951 a petición del abad Arnulf, donde aparece mencionada la aecclesia de Viniolas, entre otras parroquias del actual término de les Llosses, como la cercana Santa Maria de Matamala.

 

La iglesia de Sant Martí forma, junto a los edificios que la flanquean, un conjunto heterogéneo formado por construcciones de cronología diversa. Presenta una única nave cerrada con bóveda de cañón seguido y apuntado bajo una cubierta a dos aguas. Está rematada por un ábside de planta semicircular, probablemente cubierto con bóveda de cuarto de esfera, pero hoy inaccesible dada la presencia de un retablo fechado en 1899 que, colocado en su embocadura, lo tapa por completo.

 

Como ya se ha avanzado, la estructura original del templo fue alterada con la construcción de nuevos espacios adyacentes. Fue durante el siglo xviii cuando se levantaron dos capillas laterales a lado y lado de la nave, en la zona más próxima al presbiterio. Se trata de dos cuerpos de planta cuadrangular, ambos cubiertos con bóveda de cañón, para el acceso a los cuales fue necesaria la perforación de los muros primitivos. La capilla del lado del Evangelio incluye también un acceso a la nueva sacristía, levantada en el extremo noroeste del edificio. Esta capilla y la nave restan adosadas a un espacio construido más recientemente al Norte del templo, al que se puede acceder desde el interior por medio de una puerta abierta a los pies del edificio.

 

También en este momento se levantó, en la zona de la cabecera, un campanario. Se trata de una torre maciza, con aperturas únicamente en las partes más altas, donde presenta un ojo en cada uno de sus lados. Se construyó aprovechando la estructura de la cabecera románica, lo que supuso una brusca alteración del ábside en el exterior, que quedó parcialmente inscrito en la base de la torre. Aún así, resta bien visible la ventana absidal –hoy tapiada– de medio punto y con toda seguridad de doble derrame; así como un friso de ménsulas en su parte alta, justo bajo la cubierta.

 

La morfología del edificio actual se define, por tanto, a partir de la adición de diversos cuerpos al eje longitudinal de la nave primitiva. La distribución espacial descrita, tiene una total traducción en el exterior, donde las diferentes alturas de los espacios evidencian la configuración del templo.

 

La puerta de acceso, formada por arcadas en gradación, se encuentra en la fachada occidental, y  por encima de ella se localiza un óculo que constituye la única entrada de luz al templo en la actualidad.

 

Todas las fachadas carecen de decoración, y presentan restos de enlucido que dificultan la valoración de los paramentos. Es en el ábside donde, a pesar de las alteraciones descritas, se hace posible valorar el tipo de material utilizado originalmente: piezas de pequeño tamaño dispuestas de forma regular.

 

Hoy, Sant Martí de Vinyoles presenta un buen estado de conservación. No se ha realizado en los últimos años ninguna restauración importante a nivel global, salvo pequeñas intervenciones, como la reconstrucción de la ventana absidal.

 

 

Viga de baldaquino

 

Desde el año 1927, el Museo Episcopal de Vic conserva una viga de madera pintada procedente de la iglesia de Sant Martí de Vinyoles (núm. inv. 7982). Se trata, con toda probabilidad, de una de las vigas traveseras que sostenían un baldaquino –hoy desaparecido– del tipo más común en Cataluña, formado por un plafón de madera decorado con pintura al temple, colocado sobre el altar a modo de cubierta y sostenido por una estructura de vigas encajadas en la bóveda absidal. La historiografía se ha referido a este tipo de mueble con el nombre de “baldaquino-plafón”, por contraposición al tipo más conocido de “baldaquino-templete”. Ambas estructuras cumplen la misma función, esto es, dignificar y dotar de una mayor majestuosidad al altar, entendiendo que se trata del epicentro de los rituales litúrgicos que se celebran en el templo.

 

A menudo, las vigas que sostenían los baldaquinos también presentan algún tipo de decoración pictórica, bien sea geométrica, vegetal o figurativa. Este es el caso de la pieza de Vinyoles:  se trata de un listón de madera de álamo de 14 x 306 x 5 cm, que presenta como motivo central una cabeza antropomórfica –masculina, barbada, con grandes ojos y nariz puntiaguda– de la que se origina una profusa vegetación que, sobre un fondo rojizo, llena todo el espacio restante.  De este curioso motivo iconográfico de origen pagano –comúnmente conocido como green man (hombre verde) – se conservan numerosos ejemplares no sólo en España, sino también en Francia, Alemania o Inglaterra, en pintura, miniatura y escultura monumental con multitud de variantes.

 

La cronología propuesta por la historiografía sitúa esta pieza a finales del siglo xiii.

 

Texto y fotos: Margarida Muñoz Milán

 

 

Bibliografía

 

Catalunya Romànica, 1984-1998, X, pp. 147-149, XXII, p. 189; Cook, W. W. S. y Gudiol Ricart, J., 1950, p. 204; Gordi i Serrat, J. y Llimós, R., 1998, p. 78; Gros i Pujol, M., 1991b, p. 66; Sureda i Pons, J., 1981, p. 303