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Fachada meridional

Identificador
09614_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 6' 48.54'' , Lomg:3º 13' 31.73''
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Nuestra Señora de las Nieves

Localidad
Barbadillo del Pez
Municipio
Barbadillo del Pez
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
HOY ES ASÍ CONOCIDA la antigua iglesia de Santa María del despoblado de Urria o Urrilla, sobre una loma apenas a unos 700 m al sudeste de Barbadillo. Varios topónimos recuerdan la antigua población, como Puente Urria -en relación al antiguo puente aún visible sobre el río de Quintanilla- o Los Prados de Urria, y de hecho la cercana localidad de Quintanilla de Urrilla, hacia 1250 conocida como Quintaniella Xemena, acabó uniendo a su nombre el de este lugar. A mediados del siglo XIII, en la estimación de préstamos del obispado de Burgos, aparece unida a los dos Tolbaños y al también despoblado de Villanueva del Rebollar, rentando en conjunto 25 maravedís. Debió de despoblarse tempranamente en beneficio de los pueblos circundantes situados en la vega, pues en el Libro Becerro de las Behetrías aparece mencionada ya “Quintaniella Hurriella”, quedando su antigua iglesia como ermita de Barbadillo. A esta temprana despoblación sin duda ayudó lo agreste del emplazamiento en lo alto de un cerro, violentamente batido por los vientos. Se asienta la ermita en la planicie de su cima, parcialmente sobre la roca viva, siendo en su fábrica claramente perceptible que el edificio se levantó en dos etapas, amén de la reforma casi integral de la nave a mediados del pasado siglo XX. La cabecera, de testero plano, se apareja en excelente sillería de buen tamaño asentada prácticamente a hueso, con un módulo de piezas, notable diferencia de altura de las hiladas y los característicos engatillamientos de la arquitectura altomedieval que vemos por ejemplo en la cercana Santa María de Lara, en Quintanilla de las Viñas, en la zamorana de San Pedro de la Nave, etc. Ya sea ésta arquitectura visigoda, mozárabe o de repoblación, y como en el caso de San Pelayo de Arlanza, la reforma del edificio en época románica aprovechó de la recia construcción precedente los muros de la cabecera, añadiendo una nave unida con la obra anterior mediante doble codillo. Seguramente también a esta campaña corresponda la bóveda de cañón sobre imposta moldurada con listel y chaflán con bolas, cuyo aspecto actual invita a pensar en una posterior refección. Al exterior se remataron los muros con cornisa de listel y bisel, sobre simplísimos canes rectos, abriéndose en el eje un estrecho vano adintelado y otro moderno en el muro norte. El caótico aparejo de la nave -en el que se mezcla la sillería reutilizada, con numerosas estelas romanas, con la grosera mampostería- encuentra su explicación en la reforma integral del cuerpo del templo en 1954, cuando se la estrechó y se trasladó al hastial occidental la portada románica, en origen abierta según costumbre al sur. A este momento corresponde la parhilera que la cierra, en penoso estado al igual que la sobrecubierta de la cabecera. La portada, en su actual disposición, consta de arco de medio punto -algo parabólico por efecto del remonte- de rosca ornada con incisiones circulares concéntricas, exornado por una banda reticulada y una arquivolta lisa, rodeando al conjunto chambrana abocelada. Apean los arcos en jambas escalonadas lisas, coronadas por gruesas impostas de rudo ajedrezado. Es difícil establecer una cronología para la reforma románica del templo, aunque no parece posterior a los años centrales del siglo XII. En el interior se conserva un bello ejemplar de pila bautismal románica, de copa semiesférica de 90 cm de diámetro por 60 cm de altura, decorada con un bocel en la embocadura, una pulcra banda de tallos entrelazados determinando clípeos y piso inferior de gruesos gallones. Se alza sobre tenante en forma de basa ática con bolas y fino plinto. Se emplaza junto al altar, cuyo ara es igualmente románica, labrada a hacha en un bloque monolítico y moldurados sus lados con listel y nacela. Es en definitiva este edificio, pese a su modestia, un interesante ejemplo de reutilización en época románica de estructuras templarias altomedievales.