Identificador
49174_02_015
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 22' 27.60'' , -5º 53' 47.37''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Sobradillo de Palomares
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA SE ASIENTA SOBRE afloraciones graníticas; en su construcción se utiliza la mampostería y sobre todo la sillería de ese mismo material, posiblemente de extracción local, pues aún en el siglo XIX se nombran “grandes canteras de piedra jarreña muy a propósito para sólidas edificaciones”. Consta de gran cabecera cuadrada que destaca sobre el resto del edificio, con la sacristía adosada al norte y otra dependencia al sur, con nave sencilla, destacado coro a los pies y torre-espadaña elevándose a poniente, mientras que la portada se abre a mediodía, bajo amplio pórtico. A época románica se remonta la construcción de los muros de nave -no así los soportes interiores, muy posteriores-, mientras que el resto corresponden a modificaciones llevadas a cabo a partir de la primera mitad del siglo XVI, entre ellas la cabecera, modificada en 1798 según una inscripción ubicada en su muro sur, aunque quizá la fecha sólo se refiera al tercio superior. En el exterior la nave presenta un aparejo de sillería muy bien labrado y concertado. En la fachada norte, junto a la sacristía y formando parte de las hiladas inferiores de la capilla mayor, se aprecian aún ligeros restos de lo que fue la primitiva cabecera románica, algo más estrecha que la nave pero con el alero -hoy perdido- a la misma altura. Por lo que se refiere a la nave propiamente dicha, se conserva de forma íntegra, con buen despiece aunque con algún engatillado de hiladas. El alero es también el original, con cornisa de ligera nacela y 19 canes distribuidos regularmente, entre los que aparecen nacelas, distintas formas geométricas (nervios, cilindros, grupos de cuatro media bolas, etc.) y sobre todo cuatripétalas con diseños diversos, además de uno con lo que parece una cabecita zoomorfa. Hacia el centro de este muro, aunque con ligero desplazamiento hacia el oeste, hay una antigua portada románica, tabicada después e inutilizada al construirse un contrafuerte sobre ella. Situada a ras de paramento, de ella sólo podemos apreciar el frente de la arquivolta exterior, con moldura de escocia y probablemente de bocel, descansando en imposta moldurada a base de listel, caveto y nacela, sobre pilastras. Su morfología sin embargo debió ser idéntica o muy similar a la portada que se abre en la facha sur, que veremos a continuación. El muro meridional está bajo pórtico columnado posmedieval y repite la misma estructura que el septentrional. Llama la atención, sin embargo, el hecho de que las tres hiladas superiores -sobre las que se dispone el alero románico-, parezcan un recrecido, o al menos una reforma, aunque en tal caso las piezas se recolocaron de forma muy precisa. La cornisa se ha perdido y los canes son 18, que repiten los mismos motivos geométricos y vegetales que los del lado norte, también con una cabeza animal, aunque ahora aparecen algunas bolas acogidas por puntas de hojas. En el sector central del paramento y cubierta parcialmente por otro contrafuerte, se halla la portada, cuya morfología es la misma que la del otro lado, como ya dijimos, aunque en este caso puede apreciarse en su práctica integridad. Consta de arco de medio punto doblado, con la arquivolta interior lisa y la exterior moldurada, en el frente con escocia seguida de medio bocel y bocel completo, mientras que el intradós aparece recorrido por otra escocia. Las impostas y las dobles pilastras repiten exactamente el modelo descrito anteriormente. Más problemas de catalogación ofrece la espadaña, que se halla más o menos centrada en la fachada occidental del edificio actual -incluyendo el pórtico-, pero totalmente descentrada respecto al románico, desplazada hacia el sur. En todo caso creemos que es una pieza reconstruida ya que parecen apreciarse restos de un campanario más antiguo apenas avanzando unos centímetros sobre el hastial románico, al que después se adosaría la espadaña que vemos hoy. Ésta, sin embargo, pudo reproducir el modelo anterior, con alto y macizo cuerpo inferior que da paso a un segundo cuerpo de la misma anchura pero menor espesor -una novedad dentro de este tipo de campanarios, tan repetido en tierras de Sayago-, donde se alojan dos troneras de medio punto, rematando todo con un piñón sobre el que, en este caso, se dispone un veleta anclada en un pináculo de bola, elemento característico de época barroca, momento al que puede corresponder la reconstrucción de la espadaña. En el interior, con los muros completamente revocados, nada se aprecia de la fase constructiva románica. Concluyendo, la iglesia parroquial de Sobradillo de Palomares, a juzgar por los restos que conserva, tuvo que ser un edificio muy próximo a los modelos constructivos que se realizaron en la capital zamorana en los últimos años del siglo XII y primeras décadas del XIII, caracterizados por el empleo de la cabecera cuadrada y por la cubierta de madera para la nave o naves -en este caso en singular-, en los que las cuatripétalas son uno de los motivos preferidos para decorar canecillos. Sin duda fue un buen edificio, sólido y bien construido, con una capacidad prácticamente idéntica a la que tiene al actual, salvo que la capilla mayor sería más pequeña.