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Escultura de Virgen sedente

Identificador
47000_0118
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 39' 9.13'' , -4º 43' 26.66''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Museo Diocesano y Catedralicio

Localidad
Valladolid
Municipio
Valladolid
Provincia
Valladolid
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
CRUCIFIJO ROMÁNICO Mediados del XIII Madera policromada. Plano por detrás, con la espalda hueca. Repintado 153 m de altura Procedente de la iglesia de Santa María de la Victoria Es el más tardío de los crucifijos románicos vallisoletanos. Representa un paso más en la evolución hacia una imagen naturalista de Cristo en la cruz. Su actual policromía que parece del siglo XVI desfigura sin duda su aspecto primitivo con la adición de elementos pasionales. Pertenece al tipo de Cristo de cuatro clavos muerto en la cruz pero sin que la disposición del cuerpo acuse expresamente signos de sufrimiento. La silueta es todavía vertical, las piernas y los pies paralelos en ligera rotación externa, pero los brazos se elevan por encima de la vertical formando ángulo con el cuerpo y con una ligera flexión en el codo. Las manos se mantienen abiertas con los pulgares paralelos a los demás dedos. El pelo dividido por una raya central cae por detrás de las orejas hacia la espalda. La barba y el cabello están tratados mediante trazos verticales paralelos. La anatomía responde todavía a criterios esquemáticos sobre todo en la manifestación del relieve de las costillas en el tórax, pero el modelado se ha suavizado considerablemente de forma que la apariencia gana en naturalismo. Este acercamiento a las formas naturales se aprecia también en el tratamiento del paño de pureza que se sujeta a las caderas mediante una cinta sobre la que se dobla la parte superior del paño. Sobre la pierna izquierda la tela forma suaves pliegues en V, desciende hasta cubrir la rodilla y su borde describe una curva que deja al descubierto parte de la pierna derecha. Esta disposición del paño con abertura lateral no es nueva, y se encuentra ya en crucifijos carolingios y otonianos, pero menos frecuentemente que el perizonium en faldilla. Introduce en la imagen del crucifijo un elemento diagonal que rompe la rigurosa frontalidad de la imagen. Esta escultura se encuentra actualmente en el Museo diocesano y catedralicio de Valladolid, en cuyo catálogo consta como procedente del desaparecido convento vallisoletano de Nuestra Señora de la Victoria. La fundación de este convento llevada a efecto por los frailes Mínimos de San Francisco de Paula, tuvo lugar a mediados del siglo XVI, pero hasta la construcción de las nuevas dependencias se instalaron provisionalmente en una iglesia ya existente que pertenecía la cofradía de San Roque en las afueras de la ciudad. En el exhaustivo trabajo sobre los conventos vallisoletanos desaparecidos realizado por María Antonia Fernández del Hoyo se recoge la presencia en dicho convento de una capilla con la advocación del Cristo de la Paz o del Salvador levantada en el siglo XVII, en cuyo interior, según un inventario del año 1809, había un retablo lateral en el que se veneraba "un Cristo crucificado llamado de la Caridad" (María José Redondo Cantera: "Los inventarios de obras de arte de los conventos vallisoletanos durante la Guerra de la Independencia", BSAA, LIX, 1993, p. 503). No hay pruebas de que sea éste el crucifijo llevado al Museo pero las noticias referentes al convento tampoco hacen referencia a otra imagen del crucificado. ESCULTURA DE VIRGEN SEDENTE Finales del siglo XII Madera policromada, restaurada en el año 2001 1,05 x 0,36 x 0,32 m Procedente de Piña de Esgueva Ingresó en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid en el momento de su creación en el año 1965, en cuyo catálogo figura como procedente de Piña de Esgueva, localidad en la que se conservan todavía restos de una iglesia románica dedicada a Santa María (Felipe Heras García, Arquitectura románica en la provincia de Valladolid. Valladolid, 1966, pág. 87-88). Está realizada en madera de pino con escaso relieve en el cuerpo del que sobresalen los volúmenes de la cabeza, rodillas y manos. El dorso, plano y un poco ahuecado en la parte baja, no ha sido tallado sino simplemente desbastado. El estado general de conservación es deficiente tanto por los deterioros en la talla como por la desaparición casi completa de la policromía primitiva de la que quedarían escasos restos en el banco. La que ahora se contempla muy deteriorada pertenece a repintes posteriores. Se ha perdido el Niño que la Virgen llevaba en el regazo. Según información recogida en la localidad de origen esta imagen fue emparedada durante la guerra civil para evitar su destrucción. El análisis de la obra ha demostrado que la pieza ha tenido que soportar un almacenaje en malas condiciones. La restauración realizada recientemente bajo el patrocinio de la Diputación provincial, se ha dirigido a sanear la madera, a consolidar los restos de color y reintegrar, por procedimientos reversibles, las partes en las que la falta era más agresiva. No obstante, a pesar de los desperfectos es posible reconocer en esta pieza una obra de notable interés en las postrimerías del estilo románico. Pertenece al tipo de Virgen en majestad o Trono de Dios en el que María sedente -en un sitial sin respaldo pero moldurado en los costados-, se muestra en actitud hierática con las manos extendidas simétricamente hacia el espectador. El estudio de madera ha revelado que estas manos han sido talladas independientemente del cuerpo lo que no contradice que sean las originales. Su tamaño desproporcionado es un rasgo habitual en la época. Entre los dedos pulgar e índice de la mano izquierda se aprecia un pequeño fruto apenas perceptible que introduce en su contenido iconográfico el atributo de Nueva Eva. En esta imagen María lleva una corona flordelisada que en origen parece haber estado decorada con cabujones. El velo, como es propio de las imágenes románicas se ajusta estrechamente al contorno de la cabeza. No sólo en la configuración general de la escultura, sino también en la disposición del vestido y en el tratamiento de los pliegues hay una tendencia predominante a la simetría.. El manto, sujeto con un medallón en forma de flor debajo del cuello, se abre hacia los lados pero se adelanta de nuevo para cubrir las rodillas. El tipo de plegado lineal y muy reiterativo hace pensar en las esculturas en piedra del grupo de obras burgalesas derivadas del segundo Maestro de Silos, especialmente con el Maestro de Moradillo de Sedano. Es de lamentar que la Virgen que preside el tímpano de la iglesia de Gredilla de Sedano realizada por el mismo maestro no hay conservado la cabeza, pero en cualquier caso el tipo de plegado del cuerpo es semejante al de esta imagen. Es apreciable también la relación con las esculturas de la portada de Santo Domingo de Soria, a la que Gaya Nuño relacionó igualmente con el Maestro de Moradillo de Sedano. VIRGEN CON EL NIÑO Finales del siglo XII Madera policromada (restaurada en el año 2000) 0,56 x 0,20 m Procedencia no declarada Ingresó en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid en el momento de su creación en 1965. En la actualidad se encuentra expuesta en la capilla de San Blas. El aspecto que presenta es resultado de la reciente restauración llevada a efecto por doña Carmen Santamaría bajo el patrocinio de la Diputación provincial de Valladolid. Es de madera de pino, cubierta con un refuerzo de tela de lino debajo del aparejo. Ha sufrido diversos repintes. En su aspecto actual el color se encuentra complementado con oro bruñido en las orlas y corlado de plata en la parte visible de la túnica. La parte superior de la cabeza y el velo han sido retallados seguramente para su adaptación como imagen de vestir. La pérdida de la cabeza del Niño, de los pies de la Virgen y de la parte saliente de la peana obedecen al mismo propósito. Asimismo en la imagen de María se sustituyeron las manos originales por otras desproporcionadas que no se han reintegrado. Pertenece al tipo iconográfico de Virgen en majestad o Trono de Dios. La imagen de María está entronizada en un sitial cuyos montantes delanteros rematan en formas circulares. Los brazos doblados en ángulo se dirigen paralelamente hacia delante sin tocar al Niño-Dios, postura que, junto con el rígido hieratismo, es expresiva del mensaje teológico acerca de la maternidad divina. La Virgen va vestida con túnica, visible en la falda y las mangas, y sobre ella una sobre-túnica en forma de casulla. El manto descansa sobre los hombros y cae paralelamente a ambos lados. Los detalles específicos de su indumentaria sugieren, dentro del significado general de Madre de Dios o Theotokos, un nuevo matiz en su interpretación simbólica, como Vi rgen-Iglesia. En la mentalidad románica que se expresa a través de conceptos, la vestidura sacerdotal en la imagen mariana sería expresiva del paralelismo establecido por los santos padres a partir de San Ambrosio y específicamente de San Agustín según el cual la condición virginal a la par que maternal de María prefiguran el cuerpo de la Iglesia: “La iglesia es virgen... y virgen alumbra. Imita a María que alumbró al Señor y permaneció Virgen...” (citado por Marie-Louise THÉREL, Le triomphe de la Vierge-Église, CNRS, París, 1984, p. 81). El Niño, vestido con túnica y manto-trábea terciado sobre el hombro, hace ademán de bendecir. VIRGEN CON EL NIÑO Finales del siglo XII Madera policromada, recientemente restaurada 0,60 x 0,25 m Procedencia no declarada Forma parte de los fondos no expuestos del Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid. Ha sido restaurada entre octubre del año 2000 y enero de 2001 por doña Luisa Pérez Rodríguez bajo el patrocinio de la Diputación provincial de Valladolid. Pertenece a un tipo de imagen, frecuente en el periodo románico y caracterizado por el hieratismo, la frontalidad, y por el carácter compacto y macizo de las formas que en su rudeza incrementan el efecto de icono de la talla. Recuerda las antiguas diosas madres del mundo antiguo. Este efecto se debe en parte al manto que envuelve a la Virgen que es un elemento añadido de tela encolada y pintada. Aparte de este aditamento tanto la indumentaria de la Virgen como la del Niño son específicamente románicas, aunque en el caso de María, a causa de las adiciones posteriores, no es posible definir con precisión el tipo de túnica que viste. En el Niño se identifica el manto trábea sobre la túnica. La imagen del niño Jesús coronado como rey, con el libro en una mano y en la otra -desaparecida-, el habitual ademán de bendición, reproduce el modelo adulto del Pantócrator. No obstante, la actitud de la Virgen es de maternal protección respecto a su Hijo rodeando su cuerpo con las manos, una sobre la rodilla izquierda y otra sobre el hombro contrario. Pertenece a una de las variantes dentro de la iconografía románica mariana, para el cual Clara Fernández Ladreda (Imaginería medieval mariana, Pamplona, 1988, pp. 33-34) ha propuesto la denominación de “Virgen sustentante”. Desde los primeros tiempos de la Iglesia, a raíz del concilio de Éfeso en el que se definió el dogma de María Madre de Dios, este concepto trasciende a la iconografía en la actitud protectora de rodear con las manos el cuerpo de Dios-Niño. En el período románico se encuentra en numerosas imágenes de la María en majestad especialmente en Francia (ver Jacqueline LIEVEAUX BOCCADOR y Edouard BRESSET, Statuaire médiévale de collection. Zoug, 1975, T. I, cap. IV). VIRGEN CON EL NIÑO Finales del siglo XII Madera policromada, recientemente restaurada 0,64 x 0,23 x 0,12 m Procedencia no declarada Forma parte de los fondos no expuestos del Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid. Ha sido restaurada en el año 2001 por la empresa Restaurolid Ibérica S.L., bajo el patrocinio de la Diputación provincial de Valladolid. Su estado de conservación es deficiente por las modificaciones sufridas a lo largo del tiempo, sobre todo en la cabeza de la que ha desaparecido no solo el velo sino también el cabello. La expresión del rostro también acusa las reformas, la mano derecha es postiza y el sitial ha perdido la definición. No ha sido posible rescatar la policromía original y la que tiene es fruto de un repinte realizado probablemente en el siglo XV. Pertenece a un tipo iconográfico específicamente románico en el que los rasgos hieráticos son todavía muy acusados. También es propia de los repertorios románicos la indumentaria del Niño que lleva sobre la túnica un manto de tipo trábea. La Virgen va vestida con túnica y manto, este último dispuesto simétricamente en forma paralela a partir de los hombros. El Niño, aunque rigurosamente frontal está un poco desplazada hacia el brazo izquierdo de su Madre, la cual coloca su mano junto a la pierna de su Hijo en actitud de sostenerle. Pertenece pues dentro de las limitadas variantes de la iconografía románica a un tipo, para el cual Clara Fernández Ladreda (Imaginería medieval mariana. Gobierno de Navarra. Pamplona, 1988, p. 34) ha propuesto la denominación de “Virgen sustentante”, en la cual el elemento humanomaternal se introduciría tímidamente frente al estricto carácter conceptual de la Theotokos o Trono de Dios. Estilísticamente obedece a una forma de hacer en la que el plegado carece de importancia. Las telas se ciñen al cuerpo y definen formas simples.
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