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Detalle de un canecillo en el muro septentrional

Identificador
49123_01_015
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 37' 43.61" , -5º 38' 0.35"
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santo Tomás Apóstol

Localidad
Benegiles
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
DEL PRIMITIVO EDIFICIO tardorrománico se conserva la nave, con cubierta de madera de finales del siglo XVIII y rematada por una cabecera cuadrada de época tardogótica (fines del siglo XV o comienzos del XVI), con contrafuertes angulares y cubierta con bóveda de crucería estrellada. El templo románico se edificó en sillería arenisca dorada de grano fino, bien escuadrada. El muro septentrional, como parte del hastial occidental, se eleva sobre un zócalo rematado en talud y se corona con una cornisa moldurada con nacela entre dos finos bocelillos. Soporta la cornisa una serie de canes bastante deteriorados, entre los que encontramos los piramidales decorados con cuatro hojitas, típicos de la seo y numerosas iglesias de la capital, otros con perfil de proa de nave, de nacela con una bola, y figurados con prótomos de animales y un personaje en actitud irreconocible. El hastial de los pies muestra en el ángulo noroccidental signos de refección. La espadaña que se alza sobre él, con dos troneras de medio punto y breve campanil, parece fruto de una reforma posterior, muy posiblemente y tal como recoge Nieto González, en el siglo XVIII. El muro meridional conserva igualmente la línea de canes, habiendo desaparecido la cornisa. Nuevamente encontramos los canes piramidales con hojitas lisas lanceoladas, los de rollos partidos y uno decorado con un busto masculino de melena recogida tras las orejas. La portada, como toda esta zona del muro sur, presenta evidentes síntomas de haber sido retallada y quizá remontada, lo que explicaría su aspecto, con arco de medio punto y dos arquivoltas lisas que apean directamente en jambas escalonadas, sin línea de imposta, aunque quizá ésta se suprimiese al repicar el muro. Hacia el este se abre una saetera románica con derrame hacia el interior. Sobre la enjuta izquierda de la portada se incrustó un relieve con una cabeza masculina, de rasgos similares a la del canecillo anteriormente descrito, bajo dosel decorado con arquillos y sostenido por ménsulas piramidales decoradas con hojitas lisas. El rostro, de proporciones superiores a las de los canecillos de la nave, presenta el cuello de su atuendo decorado con un motivo perlado. Para Ramos de Castro esta cabeza “debió tener pintado el resto del cuerpo, como el Calvario de la Cámara Santa [de la catedral de Oviedo]”. De ser así, recordaría la disposición de figuras laterales a la portada que vemos en la iglesia burgalesa de Moradillo de Sedano, aunque nos parece muy dudoso que ésta fuese su primitiva ubicación. También en este muro meridional, aunque oculto por la estructura del baptisterio del ángulo suroccidental, hay un canecillo de notables proporciones decorado con un prótomo de felino. En el baptisterio se conserva una pila bautismal de traza románica aunque imprecisa cronología. Tiene copa troncocónica de 90 cm de diámetro y 60 cm de altura decorada con gallones y el borde moldurado con mediacaña entre boceles y se alza sobre tenante circular y plinto. A tenor de los restos conservados, nos encontramos ante un modesto edificio de tardía cronología dentro de un estilo románico derivado de la capital, datable entre los años finales del siglo XII y las primeras décadas del XIII.