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Detalle de la portada en el interior de la nave

Identificador
09131_01_010
Tipo
Fecha
Cobertura
42º 27' 37.41'' , -3º 52' 36.28''
Idioma
Autor
Augustín Gómez Gómez
Colaboradores
Sin descripción
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Localidad
Avellanosa del Páramo
Municipio
Valle de Santibáñez
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
lA IGLESIA ACTUAL ES UN EDIFICIO levantado en varias fases que incluye en su fábrica algunos restos de época románica. El templo presenta planta de cruz latina, con una nave de tres tramos construida en sillería de piedra caliza a la que se fueron añadiendo una serie de dependencias posteriores, tales como el granero y la sacristía. Los únicos vestigios conservados de la primitiva fábrica románica son el ábside, el último tramo de la nave, parte de la portada meridional, una ventana del mismo lado y cuatro capiteles reaprovechados en el lado sur del transepto. En el exterior se puede ver el antiguo ábside que fue totalmente rehecho y re c recido, respetándose buena parte de su viejo paramento. Aunque estas modificaciones convierten la actual cabecera en un remedo de lo que fue la románica, nos pro p o rcionan la suficiente información para saber que se trataba de un ábside semicircular con dos columnas adosadas que lo dividían en tres paños y con una ventana en el eje central. En el interior vemos que el muro sur de la actual iglesia aprovecha parte de la primitiva portada románica, cuyos restos son visibles tanto desde la nave como desde la dependencia adosada en ese lado. Su emplazamiento es el original, aunque algunas dovelas se hallan reutilizadas y desordenadas. La portada avanza del muro y se enmarca en su lado izquierdo por una semicolumna mientras que el lado derecho no se puede ver al quedar oculta por el muro que cierra la estancia moderna. Del tejaroz que la remataba se conservan cinco canecillos con perfil de nacela. Está formada por una chambrana decorada con hojas de acanto y una arquivolta de medio punto con diversos motivos vegetales y figurados que en origen debieron de formar parte de dos arquivoltas diferentes. La parte inferior que apoya en el cimacio está formada por una serie de hojas dispuestas en forma helicoidal que salen de la boca de unos animales muy deteriorados. A la derecha está representada la escena de la psicostasis o pesaje de las almas, formada por el arcángel San Miguel con la balanza, apareciendo en un plato una cabeza que parece simbolizar el alma del difunto o sus buenas obras y en el otro un sapo que alude a las faltas o pecados cometidos en vida, posiblemente a la lujuria. Encima se encuentra un lecho en el que aparece tumbado el difunto al que le falta la cabeza. Por encima una elevatio animae formada por dos ángeles psicopompos. En la dovela central aparece la cabeza de un animal monstruoso entre hojas de acanto y a su izquierda la representación del demonio tentando a un personaje que viste rico brial. Este conjunto de representaciones nos trae a la memoria las imágenes del diablo tentando al usurero, como en Rebolledo de la Torre y Vallespinoso de Aguilar (Palencia), si bien hay una diferencia sustancial pues en Avellanosa son ángeles los que se llevan el alma del difunto y no seres malignos como en Rebolledo. Esto nos llevaría a pensar que podrían formar escenas separadas, por un lado un modelo habitual del difunto junto con el pesaje del alma y por otro una escena del demonio tentando a un personaje, quizá una de las tentaciones de Cristo, o bien Herodes aconsejado por el diablo, como también es frecuente en la iconografía románica. Los cimacios y capiteles que sostienen la arquivolta están muy deteriorados, no llegando a distinguirse ningún tipo de decoración. Las columnas están semienterradas, lo que nos indica que con las nuevas construcciones se rellenó el terreno. En la enjuta izquierda, apoyada sobre una repisa biselada, aparece la Anunciación, de la que sólo queda el cuerpo del arcángel, mientras que de la Virgen hoy sólo se ve su impronta. Los pocos restos que quedan de esta escena no permiten explorar relaciones estilísticas, pero sí parece que están en relación con las figuras de la portada. La enjuta derecha carece de decoración. A la izquierda de la portada encontramos una ventana apuntada y cegada, con dos columnas acodilladas provistas de capiteles decorados a base de hojas que rematan sus puntas en crochets. El cimacio izquierdo está muy deteriorado y el derecho es de perfil de nacela. La arquivolta, de arco apuntado, carece de decoración, rematándola una chambrana con perfil de nacela, bien conservada en el centro y desaparecida en los bordes. En el interior vemos un arco fajón doblado románico que marca el último tramo de la nave, cubierto éste con bóveda de cañón. Apoya sobre dos columnas provistas de capiteles decorados con hojas muy sencillas que rematan sus puntas en bolas. A los pies aparecen los restos de la chambrana de una ventada apuntada, que se corresponde con la descrita anteriormente a la izquierda de la portada. En el baptisterio, inmerso en lo que fue la portada románica, aparecen reutilizados restos de las dovelas de una arquivolta. La superior está decorada con dos arpías afrontadas y dos basiliscos entrelazados por el cuello y la cola. A la izquierda de la arquivolta inferior aparece un personaje con nimbo, corona y libro, que por los atributos bien podría ser un apóstol; en el centro un cuerpo de ave, al que le falta la cabeza, y a la derecha un cuadrúpedo, un perro y un jinete. Las características de los restos de la portada y en general del último tramo de la antigua iglesia románica, nos indican que debieron realizarse en el último cuarto del siglo XII. Por último, en el brazo sur del actual transepto quedan cuatro capiteles románicos reutilizados como ménsulas que recogen los nervios de la actual bóveda. Uno de ellos está decorado por dos leones rampantes atrapando a dos ciervos que están comiendo de una especie de baya o fruto que cuelga del centro, estos últimos relacionados con los de la portada de Abajas. En otro aparecen representados una arpía y un dragón, ambos emparentados con otros similares de Hormaza y Abajas. Otra de las cestas se decora con dos pavos reales y la cuarta con una escena de coito sobre hojas rematadas en bolas. Los cuatro capiteles fueron trabajados por un artista que cuidaba los detalles y con una tendencia al naturalismo, especialmente en el primero de los descritos. Las relaciones estilísticas con Abajas y Hormaza nos están señalando una cronología tardía de fines del siglo XII o principios del XIII. Sin embargo, estos capiteles se separan estilísticamente de los restos conservados de la portada, lo que indica que debieron trabajar dos talleres en momentos sucesivos en torno al 1200.