Identificador
28068_02_004n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 40' 23.26" , -4º 5' 12.42"
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Guadarrama
Municipio
Guadarrama
Provincia
Madrid
Comunidad
Madrid
País
España
Claves
Descripción
LA ANTIGUA IGLESIA DE SAN MIGUEL preside el caserío desde el costado occidental de la población, donde se alza sobre el Alto de la Torre. Se encuentra rodeada de una zona ajardinada desde su conversión en centro cultural a finales de la década de los setenta del siglo pasado, desde la que se obtienen espectaculares vistas de la sierra al Norte y Este. Mucho ha cambiado la imagen de este edificio desde su primera traza, no en vano ha sufrido multitud de vicisitudes en su fábrica, de las que las más destructivas fueron sin duda la guerra de la independencia de comienzos del siglo XIX y la última civil. Cada una de ellas trajo consigo una reconstrucción que en suma componen la imagen de San Miguel en la actualidad. Tras la primera de las contiendas perdió la techumbre, que no le sería repuesta hasta 1829, quedando aún así muy deteriorada pues hubo de abandonarse en la década de los setenta y trasladarse el culto a distintos locales de la población. Continuaría esta situación hasta que debido al esfuerzo vecinal fue reparada a finales de la década de los ochenta retomando sus funciones. En la última guerra civil Guadarrama sufrió sobremanera, y con la localidad el templo. Antiguas fotografías muestran la techumbre del cuerpo de naves reducida a escombros, manteniéndose en pie únicamente la torre, la cabecera y parte de los muros de caja. Fue olvidada en los planes de Regiones Devastadas, que prefirió restaurar para el culto la actual parroquia situada en el antiguo Pósito Real, pretendiendo con las ruinas de San Miguel levantar una ermita que no se llevó a cabo. Sería en 1977 cuando el municipio la compró al obispado junto con los terrenos circundantes con el objeto de recuperarla confiriéndola uso civil. En origen, probablemente bien entrado el siglo XIII, se planteó un templo de planta basilical que debió de contar con tres naves, como muestra el plano del edificio anterior a 1889, separadas por cuatro pilares a las que se anteponía una cabecera con profundo tramo presbiterial y ábside semicircular. Se construyó en mampostería labrada a espejo, regularizada con verdugadas de ladrillo en el ábside, que además se empleaba en la decoración, al menos formando esbeltos arcos de medio punto en el presbiterio como aún se puede ver al Norte, y en las bóvedas interiores. A esto se añadiría la torre a los pies a finales del siglo XV o primer tercio del XVI, de sillería, tres cuerpos en releje y robusta planta cuadrada, que parece delatar una función más allá de lo meramente religioso. Los restos más antiguos se centran en la cabecera, a la que daba paso un triunfal apuntado y doblado de ladrillo que reposa en ménsulas decoradas con un bocel horizontal y una banda vertical de decoración geométrica. Cubre el presbiterio una bóveda de cañón levemente apuntado, que arranca de imposta de esquinillas y ladrillos a sardinel que recorren toda la cabecera y queda articulada en dos tramos por un fajón doblado. El frente del hemiciclo muestra el mampuesto de su fábrica, sobre el que se acomoda un cuarto de esfera. En ella se exhumaron restos de cerámica y alizares durante los trabajos de rehabilitación llevados a cabo a mediados de la década de los ochenta del siglo pasado.