Identificador
40195_01_012
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 52' 50.22" , -4º 6' 34"
Idioma
Autor
Carlos Álvarez Marcos
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Revenga
Municipio
Segovia
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
POCO ANTES DE LA ENTRADA al pueblo sale una carretera estrecha pero bien asfaltada que conduce hacia el palacio y bosque de Riofrío. Después de recorrer aproximadamente un kilómetro se encuentra esta pequeña ermita apartada del camino, en un paraje conocido como “Soto de Revenga” rodeada por un bosque de fresnos en el que pastan tranquilamente cabezas de ganado. Su planteamiento constructivo sigue un esquema bastante estereotipado en las iglesias románicas que se encuentran en pequeños núcleos rurales: cabecera con presbiterio recto y ábside semicircular y una sola nave. En la construcción de la cabecera se emplea fundamentalmente la mampostería para el alzado de los muros reservándose la sillería para reforzar los ángulos, y utilizada también en la ventana central y en la cornisa. Es llamativa la práctica total ausencia de decoración de esta parte del edificio en la que tan sólo destaca la ventana, muy sencilla, formada por un arco de medio punto trasdosado que apoya en cimacios de nacela y algunos restos de decoración existentes en la parte alta del presbiterio norte en la que se ven restos de dos canecillos, uno de ellos de doble caveto, dos metopas formadas por un entrelazo vegetal y un fragmento de cornisa decorada con pequeñas flores dentro de círculos separadas por hojitas con forma oval. También en el presbiterio sur es posible que se realizasen una fila de metopas en los sillares pero actualmente solamente nos ha quedado la piedra desgastada. Por lo que se refiere a la nave creemos que su construcción actual no se corresponde con la fecha de realización de la cabecera sino que fue hecha posteriormente y se reutilizaron y remontaron las dos portadas del templo ubicadas en los muros occidental y meridional. El acceso a la iglesia se realiza, por tanto, a través de cualquiera de estas dos puertas. La ubicada en el muro occidental es de pequeño tamaño formada por un arco de medio punto, cuyo intradós se decora con baquetón y el extradós con media caña, recogido por cimacios de doble nacela que a su vez apoyan en jambas prismáticas aboceladas. La chambrana que protege el conjunto está igualmente decorada con un delgado bocel. La puerta que constituye el acceso principal al templo está ubicada en la parte sur, remontada, adelantada respecto al muro y construida en buena sillería. Está compuesta por un arco de medio punto apoyado en jambas prismáticas aboceladas y decorado con dos arquivoltas. Las dovelas que forman parte del arco de entrada están decoradas con flores de aro, motivo repetido en la iglesia de La Higuera, de grueso tallo que se bifurca dando lugar a una forma acorazonada en la que se inserta el fruto, a excepción de la clave en la que se talla una Dextera Domini. En el extradós del arco se esculpe una cenefa de estrellitas de cuatro puntas y una cinta vegetal que las envuelve formando círculos. La arquivolta interna lleva un grueso baquetón y la sostienen dos pequeñas columnas elevadas sobre plinto muy desgastado. Los capiteles que coronan estas columnas también han sufrido las consecuencias del paso del tiempo ya que en uno de ellos apenas se puede distinguir la escena tallada mientras que el otro ha sido sustituido por una pieza de nueva factura. La arquivolta exterior presenta, en cambio, una mayor riqueza decorativa al abundar la variedad de motivos: en los salmeres y en las dovelas inmediatamente superiores se tallan grandes florones de cuatro pétalos; también aparecen una pareja de aves con los picos enfrentados o una cigüeña con una serpiente enredada en su pico así como varias escenas costumbristas en las que figuras humanas, solas o en parejas, parecen estar desarrollando diferentes actividades de la vida cotidiana sin ser posible precisar más al estar la piedra muy deteriorada. El interior del templo destaca sobre todo por su sencillez. La nave, cubierta por una armadura lisa de madera, da paso a la cabecera a través de un arco triunfal de medio punto doblado cuya rosca externa apoya en pilar y la interna en columnas adosadas sobre alto plinto con capiteles decorados: en el del lado del evangelio se representan cuatro grifos, dos en la cara central y uno en cada lateral de la cesta, los cuatro en la misma postura elevados sobre los cuartos traseros y con los cuartos delanteros asiendo pequeños cuadrúpedos y el cuello girado picoteando la parte superior de las alas; además los grifos de la escena central tienen sus colas enroscadas. En el lado de la epístola el capitel presenta una escena con una figura masculina entre dos leones. La figura situada en la parte central bendice con la mano diestra y porta báculo con la izquierda. Lleva el cabello cortado a la altura de las orejas y viste una gruesa túnica y pesado manto. Los leones tienen una larga melena en forma de bucles que se extiende sobre la cabeza y el lomo, fauces abiertas, mirada levantada y apoyan sus garras en el collarino del capitel. Su talla y fisionomía es relacionable con los leones del arco triunfal de la ermita de Nuestra Señora de la Octava en Peñasrubias de Pirón. El presbiterio, cubierto con bóveda de cañón, se divide en dos tramos por un arco fajón recogido por dos columnas adosadas al muro coronadas por dos capiteles labrados. En el capitel del lado del evangelio se esculpe una lucha entre caballeros finamente labrada; ambas figuras llevan la misma indumentaria compuesta por cota de malla a la altura de las rodillas, casco, y escudos de tipo cometa. El caballero de la izquierda porta una larga lanza que atraviesa el escudo y el costado izquierdo del otro, el cual intenta golpear al primero con una espada que blande en la mano derecha. Normalmente, en la iconografía medieval, este tipo de luchas suelen tener un fondo religioso identificándose el combate entre los caballeros como la lucha del cristianismo contra el paganismo o generalizando la lucha del Bien contra el Mal. Acompañan a esta escena dos enigmáticas figuras cuyo significado es difícil de precisar: en un lateral una figura masculina con pelo largo que vista túnica hasta las rodillas y porta un carnero a sus espaldas agarrándolo por las patas delanteras. Este personaje masculino aparece sosteniendo el mismo animal en un capitel con una escena ecuestre que se encuentra en la sala capitular del Monasterio de Santa Cruz de Ribas en Ribas de Campos, provincia de Palencia. En el otro lateral se representa una figura femenina con nimbo, túnica y capa, parte de la cual agarra con la mano derecha. El otro capitel del presbiterio, el del lado de la epístola, tiene talladas cuatro arpías con curioso tocado de melena partida al medio; las dos arpías de las caras laterales se separan del centro mediante piñas tallas en las esquinas de la cesta, mientas que la pareja de la cara central tienen en el medio de las dos una gruesa hoja de acanto rematada con un fruto en forma de cogollo. Ambos capiteles tienen un cimacio de nacela que acaba prolongándose como línea de imposta por el presbiterio y por el ábside. Dicho ábside está cubierto con bóveda de horno y en la parte central se abre una ventana abocinada interiormente con forma de arco de medio punto que carece de decoración. En definitiva, la ermita de Nuestra Señora del Soto es un pequeño templo perteneciente a ese románico rural que en Segovia presenta una cronología tardía, principios del siglo XIII. Por otra parte presenta también ciertas similitudes con otras iglesias de la zona: en cuanto a su volumetría exterior se relaciona con la ermita de San Pedro de La Losa mientras que su escultura tiene cierta relación con las tallas que se hacen en la iglesia parroquial de La Higuera o en la pequeña ermita de Nuestra Señora de la Octava en Peñasrubias de Pirón.