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Canecillos reutilizados

Identificador
09513_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 56' 27.81'' , - 3º 28' 39.39''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de los Santos Justo y Pastor

Localidad
Pomar
Municipio
Medina de Pomar
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
Preside su exiguo caserío la iglesia parroquial dedicada hoy a los santos mártires complutenses, sencillo edificio de nave única y cabecera rectangular, todo él modernamente remozado. En la fábrica se reutilizaron, coronando los muros laterales de la cabecera y nave, fragmentos de cornisa y una serie de canecillos pertenecientes a una desaparecida construcción románica, junto a otros de indefinido carácter -simplemente lisos o de nacela- en el muro septentrional del cuerpo del templo. Los fragmentos de cornisa se decoran con chaflán ornado de botones vegetales unos, y con triple hilera de billetes los otros. En los muros meridionales de la cabecera y sector oriental de la nave, los canes reciben la siguiente decoración: en la nave vemos un esquemático busto humano, un conejo o liebre, nacela ornada con fino abilletado, un cuadrúpedo recostado, dos personajes siameses que comparten las piernas y cuyo tronco se desdobla, ambos alzando en sus brazos una especie de mazas (tema similar lo volveremos a encontrar en Ayega) y un ave atacando a una gruesa serpiente que a su vez muerde el cuello de un conejo. Los ocho de la cabecera se decoran con un cuadrúpedo recostado de tosca labra, una hojita picuda de cuya punta penden brotes, un tosco y desgastado personajillo obsceno con los brazos en jarras, un grueso y carnoso tallo serpenteante del que brotan otros tallos anillados y enroscados, un curioso personaje de desproporcionada cabeza, ataviado con saya corta, mesándose las largas barbas y alzando en su brazo derecho una especie de maza, una hoja picuda acogiendo una bola, un rugiente prótomo de somera talla y un torpe pez. Poco más podemos decir de ellos salvo que encajan perfectamente con la producción de los talleres locales de los años centrales del siglo XII en los valles del norte de Burgos, encontrando paralelos, en técnica e iconografía, con los canes de la cabecera de San Pelayo de Ayega o los de la desaparecida iglesia de San Julián en Santa Cruz de Mena.