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Canecillo del ábside

Identificador
50185_01_021n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 18' 19.26'' , -0º 44' 37.14''
Idioma
Autor
Jesús Andrés Navarro
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María

Localidad
Concilio
Municipio
Murillo de Gállego
Provincia
Zaragoza
Comunidad
Aragón
País
España
Descripción
La iglesia es el único edificio de una cierta relevancia arquitectónica del lugar. No se conservan datos precisos de su fundación. Lo que sí que parece evidente es que en la Edad Moderna se acometió una renovación de todo el conjunto, tapiándose al exterior el vano que dotaba de iluminación a la zona del altar, ya que su lugar en el interior del templo fue ocupado por un retablo de madera policromada. También hay constancia de una intervención rehabilitadora en la década de 1970. La iglesia posee la habitual planta rectangular de nave única rematada por medio de un ábside semicircular levemente desviado con respecto al eje de la nave. No es la única irregularidad, ya que es mucho más llamativo el hecho de que la nave sea notablemente más baja y estrecha que la cabecera (aproximadamente un metro), lo que es contrario a la organización de volúmenes frecuente en el románico. La nave única está articulada en cinco tramos separados por arcos transversales, de los cuales los tres primeros están ligeramente apuntados y los dos últimos son de medio punto. Las medidas totales alcanzan 21,7 m de longitud por 7,1 m de anchura, teniendo actualmente el edificio únicamente dos puntos de entrada de luz natural. Éstos están emplazados en el muro meridional y son una alargada ventana a modo de aspillera con ligero derrame interior y remate a base de un arquillo de medio punto que se abre a partir de la décima hilada, por una parte, y la portada de acceso por otra. La portada, en arco de medio punto y sita junto al único contrafuerte meridional, tiene doble arquivolta y 1,44 m de luz; tipológicamente y en lo relativo a la clase de sillares que la conforman se aleja de las formas románicas primigenias. Así queda ratificado por la inscripción Año x 1786 x grabada en un sillar a la derecha de la portada. Al exterior, el alzado de la iglesia indica la sucesión de fases constructivas claramente delimitadas. El aparejo, en líneas generales, posee idénticas características, siendo piedra sillar de tipo calizo y dureza media, con una altura de hiladas que oscila entre los 30 y los 35 cm, salvo en los cuatro contrafuertes, uno en el lienzo sur y los otros tres en la zona septentrional, en los cuales dicha dimensión aumenta ligeramente. La única decoración presente en la construcción corresponde a la zona absidal, en concreto a la cornisa que sirve de apoyo a la cubierta, sostenida por una serie de canecillos decorados con motivos geométricos (modillones de rollos), formas vegetales (palmetas) y representaciones humanas (músicos en posición sedente, personajes en cuclillas, uno de ellos con los pies en un cepo, o la cabeza de un anciano) y animales (cabeza de jabalí). A media altura del semicilindro absidal se localiza la ventana axial, ahora tapiada, emplazada en la hilada número doce desde la cota del suelo, que en origen iluminaría la zona del presbiterio al interior y que dejó de tener dicha utilidad cuando se dispuso el retablo que todavía perdura. En el interior la ausencia de decoración románica es total, quedando el espacio definido como ya se ha indicado por medio de arcos transversales, los cuales sostienen una sencilla cubierta de madera a doble vertiente. Probablemente se pensó cubrir el ábside con bóveda de horno, como ocurre en muchas iglesias del tipo, pero la fábrica original únicamente llega hasta la línea de impostas que recorre el ábside por el interior, habiendo sido resuelta la cubierta de modo simple con posterioridad. Es aventurado establecer una cronología precisa con los datos que poseemos, si bien resulta evidente la sucesión de fases constructivas. Se habría iniciado en la segunda mitad del siglo xii, a juzgar por ciertos canecillos, quedando interrumpida cuando sólo se había alzado el semicilindro absidal y había quedado iniciada la continuación. Procedieron a la edificación de la parte oriental de la nave en un segundo momento, no muy posterior, ya que recurrieron a los arcos transversales sobre pilastras con moldura simple a la altura de la imposta, solución muy frecuente en Aragón desde finales del siglo XII hasta el XIV. Ya en época moderna se acometieron reformas, como la colocación del retablo, el tapiado de la ventana axial y la terminación de la parte occidental de la nave, que tuvo lugar a finales del XVIII como indica la inscripción de la puerta.