EL MODESTO EDIFICIO DE SAN PELAYO de Las Bodas es fruto de las importantes reformas acometidas, básicamente, durante el siglo XV y mediados del XX, que dejan los testimonios románicos como meramente anecdóticos. En su actual configuración aparece como un templo de cabecera cuadrada, cubierta con bóveda de cañón y flanqueada por dos modernas sacristías. El cuerpo del templo lo configuran hoy tres naves, la septentrional abierta a la central por dos arcos carpaneles sobre pilares de molduración clásica y la sur por un solo arco también carpanel. El acceso se realiza mediante una moderna portada de arco de medio punto abierta en la nave meridional y protegida por un pórtico del siglo XIX, que vino a sustituir otro renacentista del que existen restos dispersos en el exterior, junto a la cabecera. Corona el hastial occidental una airosa espadaña, posiblemente en su origen del siglo XV, aunque hoy muy remozada, como la mayoría del conjunto. La reforma de mediados del siglo XX saneó estructuras y cubiertas, aunque contribuyó a hacer aún más irreconocibles los vestigios medievales. La única estructura que podemos considerar perteneciente a la iglesia románica es, pese a las múltiples reformas sufridas, la cabecera, de testero plano y cubierta con bóveda de cañón, que remataría una nave única. En el centro del testero se abría una estrecha saetera, rodeada al exterior por un arco de medio punto y hoy cegada. En la obra posterior, principalmente en la sacristía y nave sur, se reaprovecharon algunos sillares de la fábrica románica, con su característica labra a hacha y marcas de cantero. También en esta nave meridional se reutilizó parte de la cornisa original, moldurada con un bisel, así como nueve sencillos modillones de labra románica, tres con perfil de nacela, uno con nacela y bocel y cinco decorados con tres rollos. Gómez-Moreno reconocía en el aspecto de la cabecera una “obra muy antigua, como del siglo XI”, aunque la tosquedad y lo fragmentario de lo conservado no permita, al menos actualmente, precisar una cronología. En cualquier caso, el edificio parece seguir el sencillo modelo de construcción, recurrente en la comarca del alto Esla, y del que es cabeza de serie la iglesia de Candanedo de Boñar. El esquema de cabecera de testero plano con bóveda de cañón y nave cubierta a dos aguas, con portada al sur, lo encontramos también en La Vega de Boñar, Vegaquemada (hoy sustituida por el templo neorrománico), La Mata de la Riba o Sotillos de Sabero, entre otras muchas. En el interior del edificio se conserva un Crucificado de tamaño casi natural, talla del segundo cuarto del siglo XIII, aunque la cabeza fue sustituida en época barroca. Es un Cristo de cuatro clavos, levemente curvado, con rígidos plegados en su perizonium y rasgos anatómicos que lo sitúan en la transición estética del románico al gótico.