Pasar al contenido principal
x

Ábside y muro sur de Sant Pere de Boldís Jussà

Identificador
25123_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.614917, 1.265415
Idioma
Autor
Azucena Povill Espinós
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Pere de Boldìs Jussà

Localidad
Boldìs Jussà
Municipio
Lladorre
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Pere de Boldís Jussà

Descripción

LLADORRE

Ermita de Sant Pere de Boldís Jussà

La pequeña capilla se halla al Noroeste de Boldís Jussà, adonde se llega desde Lladorre, tras recorrer 3,5 km hacia el Sureste. Una vez allí, se toma un pequeño sendero en la parte alta de la población que, tras 400 m, llega al prado donde se encuentra la ermita.

 

El topónimo de Boldís Jussà aparece citado por primera vez, como Buslis Subteriore, en la relación de parroquias de la falsa acta de consagración de Santa Maria de La Seu d’Urgell. A pesar de que no se especifica la dedicación del templo, cabe suponer que se trataba de la ermita de Sant Pere, dado que algunas de las tumbas halladas en las inmediaciones, abarcan una cronología de entre los siglos xi y xiii. La villa aparece nuevamente mencionada como Boldis Bonal en un documento firmado entre los hombres del valle de Cardós y el obispo Ot en 1120-1122. En el acta de consagración de Sant Martí de Cardós de 1146, se mencionan dos Boldis, los cuales posiblemente se refieren a Boldís Jussà y Boldís Sobirà. A finales del siglo siguiente, en 1281, el conde Arnau Roger I, entregó a Ramon de Molina, veguer real, ésta y otras villas, así como el dominio directo del valle de Cardós y el castillo de Ribera. Entre los siglos xiii y xiv, la dignidad parroquial debió de pasar a la vecina iglesia de Sant Cristòfol –que poco después también tomaría la advocación a san Pedro-, tal y como se deduce de la visita pastoral de los delegados del arzobispo de Tarragona de 1314-1315. En el arreglo parroquial de 1904, se refleja esta dualidad de dedicaciones.

 

La ermita de Sant Pere se halla actualmente en muy mal estado de conservación, pues, aunque sus muros aún mantienen en pie, ha cedido parte de la cubierta. Presenta una planta compuesta por una nave trapezoidal, en la que el muro oeste es más ancho que el tramo oriental, de 7,5 m de longitud, y un ábside semicircular de 1,5 m de profundidad, que es precedido por un estrecho arco presbiterial que facilita la transición entre ambos espacios. El paramento exterior absidal es liso y, al igual que el resto de los muros perimetrales, está recubierto por enlucido blanco. En este lienzo se abren dos ventanas, una en el centro, de doble derrame y arco de medio punto, y otra, más pequeña y cuadrangular, en el lado sur, la cual está seriamente dañada en el interior. Los muros laterales son totalmente lisos y carecen de vanos. En una reforma posterior, se dividió la nave mediante la adición de la actual fachada occidental, en la cual se abren una puerta adintelada, dos ventanas cuadrangulares que la flanquean y, en lo alto, un óculo. Con ello el tramo occidental de la nave, en cuyo lado sur se abría la puerta primigenia, quedó reconvertido en un atrio. La techumbre exterior está formada por losas, dispuestas a doble vertiente sobre la nave y en forma cónica en el ábside.

 

En el interior, el ábside se cubre con una bóveda de horno y la nave mediante una estructura de madera, la cual se encuentra seriamente dañada, al haberse hundido parte de ella. En el lado sur del arco presbiterial se halla una pequeña credencia cuadrangular.

 

En algunos puntos, el enlucido que cubre los paramentos deja entrever que el aparejo utilizado en los mismos está compuesto por irregular y dispar mampostería dispuesta de forma muy poco uniforme.

 

Las dataciones propuestas por los diferentes autores para la construcción de este edificio han oscilado entre finales del siglo xi y principios del siglo xii.

 

Ara de altar

 

En el interior del recinto se conservaba el ara del altar, actualmente desaparecida, y que, según algunos testimonios y fotografías conservadas, era una pieza rectangular de 95 cm de largo y 60 cm de ancho, en la que se podía ver el reconditorio rectangular, de 28 cm de largo y 14 cm de ancho, así como tres pequeñas marcas de forma semiesférica de difícil interpretación.

 

      

 

         Texto: Azucena Povill ESpinós /Juan Antonio Olañeta Molina - Foto: Azucena Povill Espinós

 

Bibliografía    

 

Abadal i de Vinyals, R. d’, 1955 (2007), i, pp. 20, 168 y 194; Baraut i Obiols, C., 1986, docs. 2 y 86; Baraut i Obiols, C., 1988-1989, p. 168; Cabestany i Fort, J.-F., Matas i Blanxart, M. T. y Palau i Baduell, J. M., 2007, pp. 95-98; Catalunya Romànica, 1984-1998, xv, p. 262; Coy i Cotonat, A., 1906, p. 111; Ordeig i Mata, R., 1993-2004, I, 1, doc. 1; Ordeig i Mata, R., 1993-2004, III, 1, doc. 362; Puig i Ferreté, I. M., 1991, ii, doc. 134; Sudrià i Andreu, X., 2003, ii, pp. 87-88, 104 y 106; Valls i Taberner, F., 1917 (1988), p. 288-289; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1987-1990, i, p. 396.