Sant Miquel de Vallmanya
Iglesia de Sant Miquel de Vallmanya
Se llega a Vallmanya por la misma carretera que se accede a la Mare de Déu de l’Avellana, de donde se encuentra a escasamente 3 km al Este. La iglesia de Sant Miquel se halla al Oeste de la localidad, a tan sólo 0,5 km.
Las noticias de época medieval referentes a Sant Miquel de Vallmanya son bastante tardías, de 1342, y están asociadas a unos derechos de paso de ganado que Bernat de Boixadors tenía en un territorio que afrontaba con un camino procedente de la iglesia.
Se trata de un edificio de planta compuesta por una nave rectangular y un ábside semicircular. En el paramento absidal exterior seis lesenas, apoyadas en un gran zócalo que ocupa toda la mitad inferior del lienzo, determinan cinco entrepaños decorados en su parte superior por sendas parejas de arquillos ciegos. En el entrepaño central, interrumpiendo con su alfeizar la parte superior del zócalo, se abre una ventana con doble derrame y arco de medio punto. Sobre el hastial del muro oriental de la nave, que se alza por encima de la techumbre de ésta y por detrás del ábside, se añadió un campanario en espadaña con un solo ojo. El resto de muros carecen de decoración. En el meridional se abren una puerta y una pequeña ventana, ambas con arco de medio punto. La fachada occidental cuenta con un óculo que fue añadido con posterioridad, y en su esquina noroeste, ya en el muro norte, se aprecia una gran grieta vertical, recubierta actualmente con cemento, claro testimonio de los problemas de estabilidad de esta parte del edificio. Algún autor ha planteado la posibilidad de que el frontis haya sido totalmente rehecho con posterioridad. El aparejo de los paramentos exteriores está compuesto por sillarejo de tosca factura dispuesto en hiladas bastante uniformes. Mientras que la techumbre cónica sobre el ábside está realizada con losas, la de la nave, a doble vertiente y, sin duda rehecha en fecha posterior, se ha empleado teja árabe.
En el interior, la nave y el ábside se cubren, respectivamente, con bóvedas de cañón y de cuarto de esfera. Tres arcos fajones apuntados, apoyados en pilastras coronadas por unas impostas biseladas, determinan cuatro tramos en la nave. Un arco presbiterial antecede al hemiciclo absidal y, con su anchura mayor, facilita la transición entre este espacio y el destinado e los fieles.
Considerando, sobre todo, la decoración del exterior del ábside, se ha situado la construcción de este edificio en el siglo xi.
Texto: Juan Antonio Olañeta Molina / Francesc Rodríguez Beltrán - Foto: Francesc Rodríguez Beltrán - Planos: Eva García Luna
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, p. 261.