Braga es una de las ciudades más antiguas de Portugal y actualmente uno de los núcleos urbanos más importantes de Portugal, siendo la séptima ciudad con más población del país. La Catedral de Braga más conocida como Sé de Braga es la catedral más antigua de Portugal con su origen en el siglo XI. Sin embargo, su ocupación se retorna a los romanos, donde los arqueólogos descubrieron parte de la muralla romana de la Bracara Augusta y donde posteriormente, fue eventualmente erguido un complejo edificado paleocristiano. El proyecto del románico inicial de la catedral de Braga, fue atribuido al primer obispo de Braga D. Pedro(1071 - 1091?) después de la Reconquista del territorio a los musulmán. El obispo intentó construir un gran centro de peregrinación en Braga compitiendo con el de Santiago de Compostela, pero fue en la gobernación de D. Paio Mendes (1118 - 1138) donde inició la construcción del actual edificio románico.
La configuración actual de la Catedral es el resultado de diversas alteraciones que sufrió a lo largo de los siglos, convirtiendo la Catedral en un “puzzle” resultado del pensamiento y gusto de los hombres de cada época. Lo que subsiste de la edificación románica es la planta formada por tres naves con arcos y pilares, un transepto de una sola nave, una cabecera con cinco capillas rectangulares (posteriormente modificadas) y algunos canecillos. El alzado principal también es el resultado de muchas alteraciones, sobreviviendo aún en el portal con vestigios románicos, referente a dos arquivoltas con ejemplares de escultura figurativa, enfatizando también la “porta-do-sol” por su ornamentación del románico rural tardío, que debería corresponder al portal del transepto sur, donde su tímpano ostenta una cruz envuelta por tres arquivoltas y en los capiteles están representadas formas vegetales, fitomorfas y animales. En conclusión, la Sé de Braga es una seña de identidad de toda una región y de un país.