La Torrassa
La Torrassa
Se trata de los restos de una edificación medieval, de función probablemente defensiva dado que se encuentra en una elevación estratégica, a 1542 m, en la zona denominada Malpàs (mal paso), junto al km 157 de la carretera N-260 (antigua N-152) que enlaza Ripoll con Puigcerdà.
Se ha planteado la hipótesis que los restos pudieran haber sido parte del castillo de Saltèguet (Saltèguel), citado en documentos del siglo xiv. Dicho castillo debía presidir el pueblo del mismo nombre que hay en la cabecera del valle de la Molina, a los pies del collado de Marcer, que fue una parroquia de una treintena de casas que, en época feudal, habría acogido una capilla además del castillo. En julio de 1936, el lugar fue elegido para fusilar a varios eclesiásticos locales, entre los que cabe citar a Jaume Martí Sanjaume, historiador que contribuyó, con sus detalladas descripciones, a salvaguardar la memoria de todo aquello que se destruyó o desapareció durante la contienda.
El edificio de la Torrassa podría encajar en el grupo de las denominadas casas fuertes con forma de torre, características de la época altomedival. Lo que queda de la construcción pone de manifiesto que estamos ante una estructura de planta básicamente cuadrada, de la que se conservan partes de los cuatro muros, con aberturas que corresponderían a la puerta y ventanas. Se la puede denominar “casa fuerte”, término que refiere a una casa habitada dotada de elementos defensivos, como muros y torres, pero que no alcanzaba las dimensiones y diseño específicos de un castillo. La puerta estaba a ras de suelo, cosa que sucedía cuando había un recinto exterior; en este caso, si lo hubo, no se conserva.
Cada muro tiene una anchura, en la parte interior, de unos 6 m y el grosor de los mismos es de 110 cm, si bien a unos 2,5 m del suelo el grosor disminuye 15 cm, mientras que la altura oscila alrededor de los 5 m. En los muros se pueden apreciar diversas saeteras o aspilleras. El aparejo de mampostería es a base de esquistos irregulares de llicorella, colocados en hiladas, a excepción de los ángulos, formados por sillares grandes, de unos 20 cm de alto y unos 60 de ancho, de piedra rosada de la zona, como se puede observar claramente en el ángulo más septentrional. Se suele fechar la construcción a finales del siglo xii o ya entrado el xiii.
Texto y foto: Montse Jorba i Valero
Bibliografía
Castells Catalans, Els, 1967-1979, p. 745; Castells i Serra, J., 1975, p. 41; Catalunya Romànica, 1984-1998, VII, pp. 77-78, XXVII, pp. 36-38; Martí i Sanjaume, J., 1926-28, p. 111.