MONTFERRER I CASTELLBÒ

Iglesia de Sant Serni de Seix

Este templo, bajo la advocación de san Saturnino, se yergue dentro del pequeño núcleo de Seix, al fondo del valle de Castellbò. Desde Castellbò hay que dirigirse hacia el Oeste, en dirección a Sant Joan de l’Erm y, una vez alcanzada la bifurcación de la carretera, debe tomarse el ramal derecho, en dirección a Albet, para llegar a Seix tras haber recorrido unos 8 km.

Prácticamente no se ha conservado documentación de época medieval donde se mencione esta población o el templo, pese a que el lugar es referenciado como integrante del cuartel de Castellbò en 1519. Dos menciones indirectas a Seix se encuentran en unos documentos de donación fechados en 1034 y 1060, respectivamente, en los cuales la laguna de Cix era empleada como referencia geográfica para delimitar dos alodios. Es necesario esperar a las visitas pastorales de 1575 y 1758 para obtener referencias directas sobre esta iglesia.

Se trata de un edificio de una sola nave rectangular y un ábside semicircular de menor anchura y altura. Éste presenta un paramento exterior liso, en el que se abren dos ventanas, una en el centro y otra en el lado sur, ambas de doble derrame y arco de medio punto. Tres son las aberturas que se encuentran en el muro sur: una, de factura moderna, en la parte alta del tramo occidental, y dos, de doble derrame y arco de medio punto, en la parte inferior del lado oriental. Entre estas últimas y el ábside, el lienzo se refuerza con una gruesa pilastra. Varios mechinales se distrubuyen por este paramento. Por su parte, el muro norte es totalmente liso y carece de vanos. La lectura de los paramentos pone de manifiesto un recrecimiento de los muros que, ejecutado en época moderna, es especialmente visible en la fachada occidental. En ésta, coronada por una espadaña de un solo ojo, se abre la puerta de arco arco de medio punto. La techumbre está formada por losas de piedra dispuestas a dos aguas sobre la nave y en forma troncocónica en el ábside. El aparejo utilizado en los paramentos es muy rudo, y está compuesto por alargadas piezas irregulares de esquisto, apenas desbastadas, ligadas con mortero y dispuestas en hiladas poco uniformes.

Ya en el interior, se aprecia un espacio completamente modificado en época moderna, totalmente enlucido y pintado. La nave está cubierta con una bóveda de cañón en la que  cuatro falsos arcos fajones, de los que tres arrancan pilastras, determinan cinco tramos. La base de la bóveda es recorrida por una gruesa moldura de yeso añadida en las reformas modernas. El ábside, cubierto por  bóveda de cuarto de esfera levenete apintada, está separado de la nave por un tabique que permite convertir dicho espacio en una sacristía. Un ancho presbiterio cubierto con bóveda cañón, ligeramente apuntada, antecede al ábside, y sirve de transición a la mayor anchura de la nave. En época moderna se construyó un coro en alto de madera a los pies del templo.

La construcción del edificio podría situarse en un momento avanzado del siglo xii.

Texto: Juan Antonio Olañeta Mollina/Esther Solé Martí - Fotos: Esther Solé Martí

Bibliografía

Baraut i Obiols, C., 1981, pp. 170-171; Baraut i Obiols, C., 1983, pp. 92-93; Catalunya Romànica, 1984-1998, vi, p. 243; Gascón i Chopo, C., 2010c; Tragó, P., 1982, pp. 12 y 14; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, pp. 212 y 214.