El templo de Santa María repite con técnicas constructivas más elementales el mismo modelo que los templos de la zona de Naviego: una sola nave cubierta mediante bóveda (hoy perdida), que desemboca en un ábside de bóveda de horno, precedido de un tramo recto también abovedado. Las bóvedas, al igual que el arco triunfal, muy torpe e inseguro de ejecución, tienden a la forma de ojiva y carecen de apoyo en las impostas, habituales de otros ejemplos próximos. En general, la factura del templo es mas rústica que la de sus vecinos y, debido a la orografía del terreno, la obra se escora peligrosamente hacia el lado sur. Ha sufrido diversas reformas barrocas y la techumbre exterior es en su totalidad de pizarra. Merece la pena destacar una imagen que conserva el templo penosamente reformada. Se trata de una Theotokos de cronología medieval, aunque difícilmente fechable en el románico, y a la que se le han ejecutado graves amputaciones para convertirla en una imagen de vestir articulada; entre otras, la de la figura del Niño.