Abordar el tema de los sueños, ensueños y visiones –pero ¿cómo distinguirlos?- en el Mundo Antiguo y Bizantino en un seminario sobre Historia del Monacato pienso que es más apropiado de lo que a primera vista puede parecer. Los antiguos, aquellos hombres y mujeres que hace dos mil años vivían en las tierras que baña el Mediterráneo y que fueron los protagonistas de lo que llamamos civilización griega primero, civilización romana después y que culminaron en lo que será hasta nuestros días la civilización cristiana, atribuían a las experiencias oníricas la misma realidad que a las experiencias del ser humano cuando está en vela. Los sueños y las visiones están omnipresentes en la literatura antigua, tanto la pagana como la cristiana. Los grandes personajes de la historia, al igual que las personas más humildes y anónimas, vivían obsesionados por el significado de los sueños y su interpretación. Alejandro Magno se lanzó a la conquista de Asia y del Imperio Persa aleccionado por un sueño y siete siglos después el emperador Constantino alcanzó su victoria en el Puente Milvio y se convirtió al cristianismo después de una visión, según algunas fuentes, o de un sueño, según otras.
Los sueños eran una de las formas privilegiadas de comunicación del hombre con lo sobrenatural. Y esta creencia era compartida por paganos, judíos y cristianos. Apolo ejercía sus curaciones milagrosas durante el sueño de los pacientes, la técnica conocida como incubatio. Pero ¿no fue un ángel que se apareció en sueños a José quien le informó de la concepción virginal de María y quien le ordenó partir para Egipto y volver después, una vez muerto Herodes? Cuando los monjes se retiraban al desierto, consumidos por ayunos y penitencias, es cuando los sueños y visiones se les presentaban con más insistencia. Había sueños significativos, como el de Alejandro Magno o Constantino, y sueños banales, como los eróticos. Los autores paganos desarrollaron toda una compleja técnica, la onirocrítica, para interpretar el significado de los sueños, como es el caso del famoso tratado de Artemidoro de Efeso. Un filósofo neoplatónico y después obispo cristiano, Sinesio de Cirene, escribió un tratado filosófico sobre el tema. Otro pensador pagano como Elio Arístides vivió toda su vida obsesionado por los sueños, quizá producto de su profunda hipocondría. Y me limito sólo a mencionar algunos de aquellos autores objeto de estudio en esta monografía. Para los cristianos la principal obsesión era distinguir entre los sueños y visiones malignas, provocados por el diablo, y los sueños buenos, inspirados por Cristo o los santos. También ellos desarrollaron una casuística para discriminarlos: así el diablo dejaba un olor fétido, mientras las apariciones celestiales se hacían entre aromas agradables, el “olor de santidad”. Algunos tratados ascéticos dirigidos a los monjes, como los de Juan Casiano, fueron en realidad una adaptación cristiana de los tratados oníricos de los paganos.
Al constatar la enorme importancia de la literatura antigua sobre los ensueños, la proliferación de onirócratas, filósofos y médicos que trataron sobre el tema y su estrecha relación con las diversas manifestaciones religiosas, muchos autores modernos, con el desarrollo de la psicología y el psicoanálisis, se han preguntado si los ensueños de los antiguos eran diferentes de los del hombre moderno. Estas y otras muchas preguntas se plantean en la obra que aquí presentamos, pero podemos adelantar que el significado que se dé a las experiencias oníricas es un elemento que diferencia la vida de cada persona y proporciona un carácter distintivo a cada civilización o, como dice A. Bravo, cada cultura “moldea” sus propios sueños.
Si griegos, romanos y judíos vivían obsesionados por la realidad de los sueños y visiones, los cristianos encontraron en los escritos del Antiguo y Nuevo Testamento nuevos argumentos para afianzarse en una creencia compartida por todas las culturas antiguas. La hagiografía cristiana difiere muy poco en el protagonismo que atribuye alos sueños y las visiones del que le atribuyen las narraciones y experiencias de los paganos o judíos. Con las aportaciones que aquí presentamos no pretendemos agotar un tema tan amplio y debatido por la crítica moderna. Pero en un Seminario como éste dedicado a la historia del monacato hemos querido poner de relieve la enorme importancia de la herencia pagana en el papel que los sueños y visiones jugaron en la vida de los santos y los monjes cristianos antiguos y lo siguen jugando en los modernos.
Los Seminarios de Historia del Monacato de Aguilar de Campoo han cumplido ya quince años y han dado lugar con ésta a quince publicaciones monográficas que constituyen un punto de referencia obligado para la historia del fenómeno religioso y monástico en el mundo antiguo y medieval. Al presentar aquí esta nueva monografía con las ponencias del XV Seminario del año 2001 lo hacemos con el orgullo de constatar que, entre la enorme proliferación de Cursos de Verano que han conocido las Universidades españolas en los últimos años, éstos son los únicos que han visto la luz de forma impresa de una manera regular. Ello es un mérito que hay que reconocer el Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real de Aguilar de Campoo y a la Universidad de Cantabria, las dos Instituciones que desde sus inicios han alentado y hecho posible la celebración de los cursos y la publicación de sus resultados.
Ramón Teja
Catedrático de Historia Antigua. Universidad de Cantabria
Santander, 8 de Abril de 2002
Los ensueños de griegos y romanos: esbozo de tipología cultural
Luis Gil Fernández
Universidad Complutense de Madrid
Artemiro y la arqueología del saber onirocrítico
Elisa Ruiz García
Universidad Complutense de Madrid
Los sueños y la comunicación con la divinidad en Elio Aristides
Juan Manuel Cortés Copete
Universidad Pablo de Olavide, Sevilla
El libro de los sueños de Sinesio de Cirene
Sofía Torallas Tovar
CSIC Madrid
La primera visión de Constantino
Mª Victoria Escribano Paño
Universidad de Zaragoza
Raúl González Salinero
CSIC Madrid
Sueños y visiones entre los cristianos bizantinos
Antonio Bravo García
Universidad Complutense
Acerca de las visiones y sueños en el arte bizantino
Miguel Cortés Arrese
Universidad Castilla La Mancha