Sant Miquel de Gramoneda
NAVÈS
Iglesia de Sant Miquel de Gramoneda
A Sant Miquel de Gramoneda, iglesia que se halla al Oeste de l’Aigua d’Ora, se accede desde la carretera C-26, en la que se ha de coger una pista forestal hacia la Vall d’Ora, desde la que hay dos posibles alternativas. Aunque el trayecto más corto es el que sale de detrás de Santa Eulàlia de la Vall, sin embargo, es recomendable llegar por el camino que sale de Vilaseca en sentido norte, que se encuentra en mejores condiciones y el ascenso es menos abrupto.
Son pocas las noticias de época medieval que se conocen sobre Sant Miquel de Gramoneda, si bien se sabe que la iglesia se encontraba entre los dominios de los vizcondes de Cardona y se supone que durante tiempo debió de ser sufragánea de La Selva, aunque en algún momento pudo ostentar la categoría de parroquial, pues figura con tal categoría en algunos documentos de los siglos xvi y xvii, además de contar con pila bautismal y cementerio.
Esta iglesia, dedicada a san Miguel, cuenta con una sola nave de planta irregular, que se ensancha en su tramo occidental, y un ábside semicircular, muy modificado. Ambos espacios se enlazan por medio de un arco preabsidal que arranca de sendas impostas biseladas. La puerta de acceso se encuentra en el sector oeste del muro sur, donde se halla el cementerio. Está compuesta por un arco de medio punto con grandes dovelas, lo que parece apuntar a que es el resultado de una reforma posterior. La fachada occidental está coronada por un imponente campanario de espadaña de dos ojos, añadido, así mismo en una intervención posterior. En el liso frontis se abre una pequeña y alargada ventana en aspillera. En el interior, la nave se cubre con una bóveda de cañón, mientras el ábside lo hace con una de cuarto de esfera un tanto irregular.
El encalado que cubre buena parte de los paramentos dificulta su lectura, aún así se aprecia que el aparejo está formado por sillarejo bastante irregular dispuesto horizontalmente. La iglesia se eleva sobre la roca natural, de bastante altura en su lado este. A pesar de la tosquedad de la construcción y las modificaciones que ha sufrido, parece apropiado mantener la cronología propuesta por la historiografía, que la sitúa en el siglo xii, reconociendo las intervenciones posteriores ya descritas.
En una de las esquinas del cementerio, un sillar tiene esculpida en relieve una flor de cuatro pétalos o una cruz inscrita en un círculo. Posiblemente es un fragmento de sarcófago o de piedra sepulcral reutilizada, pues este tipo de motivos decorativos aparecen con frecuencia en piezas de contexto funerario.
Texto y fotos: Montserrat Barniol López
Bibliografía
Bach i Riu, A., 1988, p. 39; Bolós i Masclans, J., 2006, p. 69; Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, pp. 173-174; Montanyà, E., 1918, pp. 238-239; Riu i Riu, M., 2006-2007, pp. 442-443; Vidal Sanvicens, M. y Vilaseca López, M., 1979, pp. 291-292.