Iglesia de Sant Esteve de Sords

La iglesia del pequeño pueblo de Sords está situada en el margen izquierdo del río Terri, en un precioso entorno creado por un salto del río y un puente medieval. Dista 1 km al Sur de Cornellà del Terri, tomando la carretera GI-514 en dirección a Medinyà. Una vez se toma la salida hacia el pueblo, a escasos 500 metros se llega a la iglesia,

El templo está documentado en el año 986 como Sancto Stephano quod est in villa Surdis, en el testamento del levita Odón; aparece entre los legados del testador a la iglesia de Sant Pere de Cornellà. Ya en época románica, es mencionada en dos documentos de compra-venta de propiedades: la compra, en 1129, de una casa situada en Sancto Stephano de Surdis por parte de Ponç d’Urgell, clérigo de la capítulo catedralicio de Girona; y la compra de un alodio en el lugar por parte de Ramon, monje del vecino monasterio de Sant Esteve de Banyoles. A mediados del siglo xiii, en 1258, Brunisenda de Cornellà presta homenaje al obispo de Girona, Pere de Castellnou, por la mitad del diezmo de Cornellà del Terri y de Sant Esteve de Sords.

En la actualidad, la iglesia presenta una estructura derivada de las remodelaciones llevadas a cabo en el siglo xviii, posiblemente en 1785 (fecha inscrita en el dintel de la ventana de la sacristía), sobre la primitiva fábrica románica. La entrada está precedida por una especie de atrio, donde se sitúa el cementerio, cercado por unos muros en los lados Norte y Sur, y cerrado al Oeste por una especie de pequeño torreón.

Sant Esteve de Sords es un templo de nave única, cubierta con una bóveda de cañón ligeramente apuntada, que se articula mediante tres arcos fajones. En los costados de la nave se sitúan varios espacios añadidos a la iglesia durante las mencionadas reformas barrocas: dos capillas en cada lado, cubiertas con bóvedas de arista, y una sacristía orientada al Norte, abierta a la altura del arco presbiterial. En realidad, el primer tramo de la nave es también un añadido de época moderna.

El único elemento del interior de la iglesia que conserva su apariencia románica es el ábside, de planta semicircular y cubierto por la tradicional bóveda de cuarto de esfera. En el eje del muro absidal se abre una ventana de doble derrame, única abertura que corresponde a la fábrica primitiva (las otras ventanas del templo –en la fachada occidental, en la sacristía y en una de las capillas meridionales– son modernas).

En el exterior, la fábrica original se observa únicamente, de nuevo, en el ábside, con un aparejo de sillares de gran tamaño y perfectamente tallados. El resto de los muros de la iglesia son de factura tardobarroca, aunque la historiografía estima que los sillares empleados son reutilizados del edificio románico. Durante las remodelaciones del siglo xviii también se añadió la torre campanario, así como la actual portada. 

Los vestigios románicos que conserva la iglesia de Sant Esteve de Sords, así como los documentos referentes al mismo, convergen en situar la cronología de este edificio dentro de los cánones arquitectónicos propios del siglo xii. El edificio románico debió sustituir a una iglesia todavía más antigua, a la que se alude en la documentación del siglo x.

Texto y fotos: Lorena Garcia Morato – Planos: Modesto Carreras Cort

Bibliografía

Catalunya Románica, 1984-1998, V, pp. 412-413; Constans i Serrats, L., 1985-1993, I, p. 90, II, pp. 123, 187, 250; Coromines i Planellas, J. M. y Marquès Casanovas, J., 1967-1978, III, p. 217; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, XVII, p. 41; Palmada Auguet, G. et alii, 2005, p. 288.