Sant Antoni de Cornellà del Terri
Capilla de Sant Antoni
La capilla de Sant Antoni de Cornellà del Terri se sitúa en el centro del núcleo urbano de dicha población, a escasos metros de la iglesia parroquial de Sant Pere. Se accede desde la plaza a la que da la parroquia, por una calle estrecha que desemboca en la capilla.
La capilla de Sant Antoni perteneció, en sus orígenes, al castillo de Cornellà del Terri, hoy desaparecido. El castillo, ya documentado en el siglo x, fue donado en feudo por Ramon Berenguer IV, conde de Barcelona, a Guillem de Cornellà, en 1133. A partir de ese momento, el linaje de los Cornellà mantuvo la posesión de la fortaleza hasta que, en 1367, Pedro el Ceremonioso lo incorporó de nuevo a la Corona. Poco después, en 1371, por orden del rey, parte del castillo se convirtió en hospital de pobres.
La capilla es un pequeño edificio de nave única con ábside semicircular en el costado oriental. La nave cubre con bóveda de cañón apuntado, mientras que el ábside, antecedido por un arco presbiterial, cubre con la habitual bóveda de cuarto de esfera. El templo está iluminado por una única ventana, situada en el eje central del ábside.
En el exterior destaca la fachada occidental, que preside una sencilla portada de acceso, en arco de medio punto y adovelada, y que culmina en la parte superior con una pequeña espadaña. A la fachada se apoya un curioso pórtico de cierto tamaño, cuya techumbre de madera, con tejado a dos aguas, sostienen dos gruesos pilares y una pared lateral; dicha estructura es de origen indeterminado, posiblemente moderno.
El muro de la fachada occidental conserva todavía pequeños restos de pintura mural, que fue repicada durante una restauración de la iglesia realizada a mediados de los años setenta del siglo xx. La decoración que presenta esta pintura es de tipo pseudovegetal, muy esquemática y en color rojo. Hasta el momento se ignora su origen y cronología, pero el esquema ornamental tiene, por lo menos, ciertas reminiscencias del románico.
No se conserva ningún documento referente a la capilla de Sant Antoni, por lo que su cronología únicamente debe deducirse de los restos arquitectónicos. El aparejo está formado por sillares de tamaño medio, bastante regulares, unidos con abundante mortero. La fábrica es claramente tardía, y el apunte de la bóveda de cañón parece situarla por lo menos en la segunda mitad del siglo xii, si no ya en el siglo xiii.
Texto y fotos: Lorena García Morato – Planos: Modesto Carreras Cort
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, V, p. 407; Collelldemont Oliva, P., 1991b, p. 24; Constans i Serrats, L, 1985-1993, II, p. 135; Coromines i Planellas, J. M. y Marqués Casanovas, J., 1967-1978, III, p. 54; Marquès Planagumà, J. M., 2000, p. 70; Palmada Auguet, G. et alii, 2005, p. 280.