Sant Martí de Capsec
Iglesia de Sant Martí de Capsec
La iglesia y el pueblo de Sant Martí de Capsec se encuentran emplazados en un pequeño valle situado en la ladera meridional de la sierra de Malforat, a la izquierda del torrente de Capsec. Se accede a ellos a través de una pista señalizada que sale de la localidad de Llocalou.
El lugar de Capsec aparece citado por primera vez en una bula de confirmación de bienes a favor del monasterio de Sant Pere de Camprodon otorgada en el año 1017 por el papa Benito VIII. En este manuscrito se menciona el lugar de Cubilisico vel in valle Biania. La parrochia Sancti Martini de Cullule se documenta en una donación de propiedades que hicieron, en el año 1033, los albaceas de una religiosa llamada Winidildis al monasterio de Sant Joan de les Abadesses. La primera mención explícita sobre el templo de Sant Martí aparece en la donación de la iglesia de Sant Joan les Fonts que el vizconde de Bas, Udalard, y su mujer, Ermessenda, hicieron al monasterio de San Víctor de Marsella en el año 1079. La donación, realizada con el objetivo de que los monjes marselleses estableciesen un priorato benedictino en Sant Joan les Fonts, vino acompañada de una dotación económica basada en las rentas procedentes de diversas iglesias cercanas, entre las cuales figuraba la de Sancti Martini de Cuilisicco. En 1094, Ademar Ramon legó al mismo cenobio otras propiedades situadas en la parroquia de Sancti Martini de Cuisil. En el acta de consagración de la vecina iglesia de Sant Andreu de Socarrats, fechada en 1117, consta registrada como Sancti Martini de Cuil Sec.
La iglesia aparece citada en diversos documentos de donación y compra-venta de propiedades de los siglos xii y xiii. En 1294, el conde Huguet de Empúries, vizconde de Bas, concedió al abad de Camprodon el derecho de construir en todas las posesiones que el cenobio tuviese en la Vall de Bianya, y puso a todos los hombres y bienes del monasterio bajo su protección y amparo. El topónimo Capsech, con el que se conoce actualmente la iglesia, aparece escrito por primera vez en un documento de 1356.
Los terremotos ocurridos el 15 de marzo de 1427 y el 2 de febrero de 1428 destruyeron prácticamente todas las construcciones del valle de Bianya. Las visitas pastorales efectuadas en el año 1432 nos informan que Sant Martí de Capsec quedó totaliter prostratam et in terram destructam y que se había empezado a construir un nuevo edificio circa dictam ecclesiam aliam ecclesiam substitutam.
Sant Martí de Capsec es una construcción de origen románico muy modificada durante los siglos xvii (concretamente, en 1678) y xviii, cuando se procedió a ampliar el templo con capillas laterales y sacristía y a decorar todo su interior. En origen constaba de una sola nave y una cabecera formada por un ábside central flanqueado por dos absidiolas semicirculares, de las cuales sólo se conserva una. La nave debía cubrirse con la tradicional bóveda de cañón, reforzada seguramente con arcos fajones. La bóveda apuntada actual se levantó tras los terremotos del siglo xv, y se decoró posteriormente con falsas crucerías aplicadas en cada uno de los tramos definidos por los fajones. La puerta de acceso, abierta en la fachada sur, está coronada por una linda de piedra y un tímpano liso que actúa de arco de descarga, estructura que se ha interpretado como una versión primitiva y arcaica de una tipología de portal característica de las iglesias de la Garrotxa en el siglo xii.
El campanario se alza sobre la nave, en la fachada oeste. Se trata de una esbelta torre de planta cuadrada, dividida en dos pisos abiertos a los cuatro vientos con pares de vanos coronados por arcos de medio punto. Los muros laterales de la torre delatan la posible prexistencia de un campanario de espadaña, que habría coronado la fachada occidental. Parece confirmar esta hipótesis el aumento de grosor del muro en su mitad inferior, cuyo objetivo no sería otro que reforzarlo para sostener la nueva carga. Sobre este tramo inferior se aprecia el paramento románico original, en cuyo centro se vislumbra todavía un vano abocinado, tapiado y reconvertido modernamente en un óculo.
Una capilla lateral abierta en el muro norte flanquea el ábside central y ciega la absidiola lateral. Ello permite suponer que debió construirse en época tardía, seguramente tras la reforma efectuada como consecuencia de los terremotos de 1427-1428. Debajo de los muros que cierran esta capilla aparecieron los restos de una estructura anterior, de perfil curvilíneo, que ha sido interpretada como un posible ábside lateral, lo que definiría una primitiva cabecera lobulada similar a la de Sant Pere de Llorá.
La iglesia fue rehabilitada entre 1988 y 1993-1995 por el Departament de Cultura de la Generalitat. Los trabajos de restauración conllevaron la destrucción de un coro moderno y el descubrimiento de unos restos de pintura mural muy maltrechos. Paralelamente, se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas en el interior del edificio que pusieron en evidencia la existencia de un ábside orientado al norte y de otras estructuras menores.
Pila bautismal
En el interior del templo, encajada en los pies de la nave, se conserva una pila bautismal de probable factura medieval. Se trata una pieza monolítica de piedra, tallada en un solo bloque y vaciada en su interior, que mide 67 cm de alto por 103 cm de diámetro máximo. Presenta un volumen troncocónico invertido, de perfil abombado, y una pared exterior decorada con dos cenefas concéntricas labradas en bajo relieve. La primera de ellas resigue la parte inferior del depósito con un motivo cordiforme. La segunda perfila el contorno de la boca con una sencilla moldura de mediacaña. Justo debajo de ella se desarrollan tres motivos decorativos en bajo relieve, colocados en posición vertical y mirando hacia abajo. Aunque están bastante desdibujados, se aprecian todavía los trazos de una figura cruciforme inscrita dentro de una forma circular y flanqueada por lo que parecen dos manos humanas.
Las muescas visibles en el labio de la pila corresponden a los encajes de la tapa de madera que cerraba el depósito, actualmente desaparecida.
Pila de agua bendita
En el interior, también, de Sant Martí de Capsec, se conserva, en bastante mal estado, una pila de agua bendita labrada en piedra. Se trata de un recipiente semiesférico provisto de boca circular y decorado con bajorrelieves en toda su pared exterior. Éstos dibujan motivos florales a base de parejas de rosetas alineadas y circunscritas en su interior. La pila se apoya sobre un pie en forma de columna octogonal, de cronología incierta, cuyo extremo superior presenta cuatro cruces patadas inscritas dentro de un círculo.
La pieza presenta una morfología y unos motivos decorativos muy común a lo largo de los siglos, hecho que dificulta su contextualización cronológica
Texto y fotos: Luisa Amenós Martínez
Bibliografía
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