SANT FELIU DE PALLEROLS

El municipio de Sant Feliu de Pallarols, situado en el valle de Hostoles, se extiende por los valles del río Brugent y de su afluente, el Sant Iscle, rodeado por las sierras del Corb y de Fontpobra, y por los volcanes de Can Tiá y Traiter, dentro del Parque Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa. Destacamos las cimas del Collsacabra al Sur del término, y el Santuario de Nuestra Señora de la Font de la Salut, a 1030 metros de altitud.

Además de Sant Feliu, el término comprende los pueblos de Sant Iscle de Colltort, sobre el que se encuentran las ruinas del castillo de Colltort, y de Sant Miquel de Pineda, así como los vecindarios de Bastons, la Fàbrega, la Torre y Pallerols, y el santuario, ya mencionado, de la Salut. La comunicación por el término se realiza por la carretera C-63, y se completa con caminos y pistas vecinales.

Durante la Edad Media, el actual término de Sant Feliu de Pallerols pertenecía inicialmente al castillo de Hostoles, y luego formó parte de la alcaldía real del valle de Hostoles, que también comprendía las otras parroquias del término, Sant Iscle de Colltort y Sant Miquel de Pineda. En 1184 se mencionan varias masías del término parroquial de Sant Feliu de Pallerols que fueron donadas por Dolça d’Hostoles, señora del castillo y del término de Hostoles, a su hija Ermessenda. A partir del año 1180 hasta el 1187, varios documentos dejan constancia de los pleitos entre el abad del monasterio de Amer y el noble Miró d’Hostoles por los derechos devengados por el mercado de Amer, único establecido en la cuenca del río Brugent, y que tenía enfeudados a favor de los de Hostoles.

Castillo de Colltort

Las ruinas del castillo de Colltort se encuentran en la cresta de la sierra del Corb, donde los estratos de las rocas afloran como huesos. La sierra domina los valles colindantes, constituyendo un importante lugar estratégico en el que se erigió, también, el castillo de Finestres, en el extremo oriental de la misma.

Para acceder al castillo de Colltort deberemos tomar la carretera GI-524 en dirección a Santa Pau. Antes de llegar al pueblo de Santa Pau, a la altura de Can Xell, viraremos hacia la derecha en dirección al antiguo vecindario de la Cot. El camino nos conducirá hacia la iglesia de Sant Miquel de Sacot, donde hay que dejar el vehículo y tomar el camino hacia el collado de Colltort. El camino es vertical y requiere el uso de buen calzado, pero está bien señalizado. Cuando lleguemos al collado hemos de virar hacia la derecha, siguiendo los hitos.

El documento más antiguo que conservamos sobre el castillo de Colltort (Castro de Collo Torturensi) data del año 1017. Pocos años después aparece, en el testamento del conde Bernat Tallaferro de Besalú (Castello quem dicunt Collotorto) quien lo cede a su hijo y sucesor Guillem. El castillo se encontraba entre los territorios de los condes de Besalú y de Barcelona-Girona, por lo que fue disputado entre ambos condados durante el siglo xi. En el año 1057, el conde de Barcelona Ramon Berenguer I adquirió la potestad tanto del castillo de Colltort como del de Finestres, como muestra de sumisión y fidelidad del conde Guillem II de Besalú. A principios del siglo xiii, la fortaleza pasó a formar parte de la casa de los Hostoles, y en el año 1339 consta que formaba parte del patrimonio real. Sin embargo, a mediados del siglo xiv la marquesa de Santa Pau adquirió derechos sobre la fortificación.

El castillo se encuentra en ruinas, y apenas podemos identificar mas que los muros y las estructuras principales. Cuando fue abandonado, en el siglo xv, los vecinos empezaron a utilizar las piedras del castillo para la construcción de sus casas y para la contención de tierras de ganadería y conreo.

El castillo utiliza el precipicio norte como foso natural, y cuenta con una estructura central, de planta rectangular, circundada por una muralla que la rodea en sus lados este, sur y oeste, a una distancia de unos 5 m aproximadamente. La torre presenta una anchura exterior de casi 7 m, y una longitud de algo más de 9 m. Un muro en la parte central divide el espacio en dos estancias rectangulares. La altura de los muros alcanza en algún punto los 3 m de altura, pero en general no supera el metro y medio de alto. En el extremo suroeste hay restos de lo que pudo ser una torre defensiva, o una capilla, y un poco más al sur hallamos los restos de una posible cisterna.

Los muros están construidos con piedra cincelada en su mayor parte, dispuesta en hiladas más o menos regulares; tienen cerca de 1 m de espesor. La estructura muestra un acceso en su parte meridional. Aún son visibles las muescas de las bisagras de la puerta. Hacia el sureste, el castillo salva un desnivel de 2,5 m con un muro de piedras dispuestas de manera más irregular y con más argamasa, donde encontramos el aparejo dispuesto en opus spicatum. En la parte occidental, donde la cresta empieza a descender, encontramos un muro que forma un ángulo que orienta la posible habitación hacia el sureste.

Texto y foto: Raül Casado González

Bibliografía

Castells Catalans, Els, 1967-1979, III, pp. 86, 125; Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 325-326; Del Campo i Jordà, F., 1989a, pp. 45-46; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, I, pp. 278, XI, pp. 293-308, XII, pp. 28, 70, XV, pp. 268, 277, 281, XIX, p. 249; Murlà i Giralt, J. yTeixidor i Santaeulària, J., 1999, pp. 335-336.