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Detalle de la Virgen de Gracia

Identificador
49211_03_025
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 19' 8.91'' , -6º 6' 38.18''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de La Natividad de Nuestra Señora

Localidad
Villamor de Cadozos
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA TALLA POLICROMADA de la Virgen sedente con el Niño que se guarda en la parroquia, conocida como Virgen de Gracia, está relacionada con la ermita del mismo nombre situada en un altozano de amplias visuales, dentro del término de Villamor de Cadozos pero junto a los límites con Almeida, localidad que se disputó en otros tiempos el dominio sobre la ermita. Según la tradición, recogida en una tabla pintada que se conserva en el propio edificio, en el año 1489 la Virgen se apareció a Francisco García, vecino de Palacinos, y “le dixo bete por el Camino de Almeyda que va a Villamor hasta que llegues a vna laguna y tres Carrascos donde están tres cantos en + i un casal i allí me harás una Casa que llamen Santa María de Gracia”. Hasta hace pocos años la imagen titular era una figura de vestir, del siglo XVIII, sustituida por la que nos ocupa, que se guardaba y se guarda en la parroquial de Villamor, que para muchos es la auténtica Virgen de Gracia. Hoy la ermita acoge numerosas celebraciones y romerías de pueblos del entorno, como Pasariegos, Almeida, Bermillo, Villar del Buey y el propio Villamor. La talla de madera policromada, tal como la vemos hoy es el resultado de una más que discutible intervención sobre la pieza, obra más propia de un imaginero que de un restaurador, de modo que tenemos que recurrir a la fotografía que publicó David de las Heras en 1973, para ver el profundo cambio que ha experimentado la imagen en sus volúmenes. Por otro lado esa “restauración” ha sufrido también tal degradación desde que se llevó a cabo, que el mimetismo entre las partes originales y las incorporaciones es perfecto, aparentando ser hoy toda la figura una antigua talla que sólo presenta problemas de pérdida de su policromía y algunos agrietamientos. Lo que ahora vemos es a la Virgen sedente, con el Niño en su regazo, una pieza de 94 cm de altura, 34 cm de anchura y 26 cm de espesor, maciza por el dorso. La Madre está sobre un escaño de laterales moldurados, en actitud hierática, vestida con manto azul que cubre su hombro izquierdo y deja libre el derecho, con pliegues rectos sobre las piernas, sin alcanzar los pies; debajo luce túnica dorada, ceñida con cinturón, de magas ajustadas, más larga que el manto, formando unos pliegues ondulados entre los que asoman las punteras del calzado. Se toca con corto velo de pequeños pliegues laterales y corona real, y sostiene con su mano derecha una pera, mientras que con la izquierda se agarra el manto. El Niño se sienta sobre la rodilla izquierda de la Madre, viste túnica con cíngulo, luce los pies desnudos y bendice con la diestra, a la vez que con la izquierda sostiene el libro, peinándose con melena corta y careciendo de corona. Sin embargo la imagen original era muy distinta, ya que en tiempos había sido mutilada para poder ser vestida. Se añadió la peana y se reformó el sitial donde se sienta la Virgen, recortándose los laterales originales y añadiendo nuevas piezas de madera, aunque parece ser que el primitivo podía ser muy similar. A la figura de María se le añadió la corona, todo el brazo izquierdo, el derecho al menos desde el codo y se reformó el torso. En cuanto a la figura del Niño es completamente nueva, al igual que toda la policromía. En realidad las partes menos tocadas son la cabeza y las piernas de la Virgen, únicos elementos que pueden servir para catalogar la figura y tratar de aportar una cronología, aunque precisamente los rasgos más característicos son los que se han manipulado. Aún así, por los pliegues, por el tipo de velo o por el cinturón podemos hallarnos ante una pieza de mediados del siglo XIII.