LA PARROQUIAL DE LA ASUNCIÓN está situada en la zona inferior de la localidad, frente por frente con la ermita de Nuestra Señora del Arco, un buen edificio precedido por un atractivo atrio que data de inicios del siglo XVII. Se trata de una fábrica de dos naves separadas en tres tramos por doble arcada formera de medio punto y traza herreriana propia de inicios del siglo XVII que en la actualidad carece de cubierta (el Inventario de 1970 y el Catálogo de 1974 indicaban cómo poseía armadura de par y nudillo). Ha sido habilitada como jardín a inicios de la década de 1990 y muestra numerosos aditamentos que datan de épocas muy dispares, hacia occidente la nave de la epístola está perforada por un ventanal rectangular y la del evangelio por un óculo. Mantiene aún el sector oriental como zona de culto, al que se accede desde una puerta abierta bajo un tejadillo en la desnuda nave de la epístola. La capilla mayor se cubre con bóveda de cañón provista de casetones a la que da paso un triunfal de medio punto, el falso crucero tiene bóveda de arista y sus brazos bóvedas de crucería estrellada. Hacia el norte, sobrevive una capilla cuadrangular de inicios del siglo XVI posteriormente reformada. La cabecera plana del siglo XVII se adosó a la anterior, de la misma centuria parece ser la desaparecida casa rectoral colateral con la capilla del XVI y la sacristía añadida al sureste, cubierta con bóveda vaída. Sobre la cabecera se alza una torre-campanario de tres cuerpos del siglo XVIII a la que da acceso un husillo oriental muy alterado. Todo el lienzo meridional se corresponde con la zona más antigua, alzado en sillarejo retocado por recientes llagueados en hormigón, presenta portada apuntada con chambrana pétrea de incisiones verticales –como si se tratara de un aparejo de ladrillo– y dos arquivoltas lisas que apoyan sobre imposta de doble baquetón que parece obra de mediados del siglo XIII. La portada está flanqueada por dos contrafuertes de sección prismática, y otro más hacia el este, rematados en talud. Poseía un leve tejaroz remarcado por una imposta baquetonada que se prolonga por el frente de los contrafuertes inmediatos. El muro meridional presenta cornisa nacelada –aunque posteriormente se recreció en altura– que apoya sobre veintiún canecillos de perfil semicircular, en proa de nave, una pieza de doble rollo y otra más con relieve rectangular en su frente. El lado sur estuvo protegido por un atrio, desmontado durante la década de 1970, del que aún se conservan tres canzorros a mitad de muro. Engastado en el contrafuerte derecho aparece un fragmento de relieve toscamente esculpido donde se distingue un personaje masculino que alza sus brazos hacia su testa, viste manto de acusados pliegues triangulares. Su ruda tesitura dificulta una datación precisa, si bien parece obra autodidacta y popular, con escasas posibilidades de ser calificada como medieval.