Identificador
34449_01_008
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 16' 8.99'' , -4º 26' 45.40''
Idioma
Autor
Oscar Escribano Bustamante
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Población de Campos
Municipio
Población de Campos
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO es el único vestigio material que se ha conservado de los sanjuanistas tras casi setecientos años de dominio. El edificio presenta actualmente una extraña disposición ya que su base se encuentra varios metros por debajo del nivel actual de la calle, de modo que para acceder al interior es preciso descender por una escalinata moderna. La causa hay que buscarla en la proximidad del cauce fluvial que provocó continuas inundaciones en épocas de grandes avenidas, acumulando estratos y depósitos que fueron elevando el nivel de las calles por encima del de la ermita, facilitando así la entrada de agua en el interior. Para solucionar este problema se elevó el pavimento del edificio con varias capas de tierra que ocultaron gran parte de su estructura. Durante las obras de restauración llevadas a cabo entre los años 1973 y 1984, se procedió a retirar la gran mole de tierra que ocultaba el pavimento original y mantenía al templo semienterrado. La historia del edificio ha sido en parte desvelada por el profesor Revuelta González en un minucionso estudio sobre la bailía sanjuanista de Población, a cuya jurisdicción pertenecía la ermita actual como capilla independiente de la iglesia de San Pedro, titular de uno de los cinco prioratos que integraban dicha bailía. En las visitas y apeos realizados durante los siglos XVI y XVII, queda constancia del abandono y ruina en que se encontraba la mencionada iglesia prioral, salvo una capilla “grande y colateral” dedicada a la Virgen que se mantuvo casi siempre con cierto decoro y decencia. En la visita de 1519 se menciona el templo de San Pedro con dos capillas dedicadas a san Juan y Nuestra Señora. En el siglo XVII sólo quedaban en pie los muros de dicha iglesia, practicando el culto en la capilla de la Virgen que era la única dependencia cubierta. En 1661 se levantó la torre del templo parroquial con las piedras de la iglesia de San Pedro que gentilmente donó la Orden de San Juan. Todavía hoy son perceptibles las marcas de cantero en muchos de los sillares que forman el cuerpo bajo de dicha torre. A principios del XVIII ya sólo quedaba en pie la capilla, y en 1791 los vecinos que fueron interrogados sobre la iglesia sanjuanista la identificaron parcialmente con la ermita del Corro o del Socorro ubicada en la misma capilla de la Virgen que se había salvado de la ruina. El edificio actual es una construcción levantada íntegramente en sillería caliza, pudiéndose adscribir por sus características a los primeros años del siglo XIII. Consta de dos tramos asimétricos, de altura desigual, separados por un robusto arco apuntado y doblado que apoya sobre pares de columnas a cada lado. Ambos sectores se cubren con bóveda de crucería sencilla de nervios moldurados que descansan sobre columnas angulares. El de la cabecera parece el más antiguo y podría corresponder a la antigua capilla de la Virgen. El otro, más irregular y moderno, comunicaría con la desaparecida iglesia prioral a través de un sencillo arco o portillo abierto en el muro norte. En el exterior presenta testero plano con sencillo vano apuntado y una piedra cuadrangular decorada con una cruz de ocho puntas calada en el vértice de la cubierta. Los canecillos que se conservan son simples, la mayor parte lisos y otros con motivos geométricos. Todavía son visibles algunos restos que delatan la existencia de un espacio cubierto desaparecido. Junto al muro norte aflora el arranque de un ábside semicircular y en la esquina noroeste se aprecia la primitiva prolongación de los muros y parte de una columna adosada con su basa que soportaría seguramente el arco triunfal de la antigua iglesia prioral. Entre 1973 y 1984 se realizaron varias campañas de restauración que salvaron al edificio de una ruina segura. Al tiempo que se acondicionaba el entorno, fueron eliminándose los remiendos y añadidos de otras épocas, se rehizo la portada principal y se colocaron sillares nuevos en el muro sur aprovechando en ocasiones lápidas sepulcrales reutilizadas para este fin. La decoración escultórica queda reducida a los capiteles del interior. Los del tramo presbiterial presentan hojas muy planas y esquemáticas -similares a los que podemos ver en Villamuriel de Cerrato o en San Miguel de Palencia- que albergan pequeños motivos flordelisados incisos, apenas perceptibles debido al lamentable estado de conservación. Algunos autores avanzaron un posible origen prerrománico amparándose en la tosquedad de su factura, cuestión que a nuestro entender debe ser interpretada más como signo de arcaísmo provocado por el deterioro del material que de antigüedad. En el tramo contiguo los capiteles repiten fórmulas aplantilladas de máscaras o carátulas entre hojarasca de frecuente aparición en otros edificios tardorrománicos y góticos de la provincia (Rebolledo de la Inera, Matamorisca, Santa de Cecilia de Aguilar de Campoo, Pisón de Castrejón, Loma de Castrejón, Villalcázar de Sirga, etc.) y tallas vegetales muy estereotipadas con restos de policromía. Durante las obras de restauración pudieron rescatarse varios fragmentos de cimacios que pertenecieron a la antigua iglesia de San Pedro. Algunos se decoran con tallos ondulantes y otro, el que sirve actualmente de peana a la imagen de la Virgen, con círculos y semicírculos tangentes y secantes. En el interior se conserva un sarcófago antropomorfo sin decoración que fue descubierto al hacerse el foso perimetral, un sepulcro liso bajo arcosolio y varias lápidas pertenecientes a sepulcros desaparecidos, una de ellas con una cruz similar a la de Santiago. Merece especial atención una losa hallada en el segundo tramo de la ermita, junto al muro norte. Está decorada con una cruz incisa cuyo astil sirve de línea guía o caja de renglón para una inscripción incompleta que parece evidenciar un error del lapicida en la fase del ordinator: SUB:ERA:M:CC:III:LXXXVI:III:NOI.... A los lados, arcos de medio punto entrecruzados forman al cortarse arcos apuntados cuyos campos interiores llevan puntas de lanceta. En los entrebrazos superiores de la cruz se colocan dos aspas inscritas en círculos, una incisa y la otra excisa. Una decoración similar aparece en la pila bautismal de Boadilla del Camino. Al principio la lectura que se dio fue la de era 1203 (año 1165), sin embargo, es evidente que tal interpretación resulta incompleta. Un análisis más detenido de la pieza permite una segunda lectura según la cual el “III” actuaría como elemento de separación y no como cifra. Estaríamos por tanto ante la Era 1286 (año 1248). En cualquier caso parece tratarse de un error cometido por el lapicida en la fase del ordinator. La imagen que presidía el templo se custodia actualmente en la iglesia parroquial. Se trata de una talla gótica de la Virgen con el Niño realizada en madera policromada, recientemente restaurada. En el siglo XVI sólo se la conocía con el escueto nombre de Nuestra Señora; en el siglo XVII Nuestra Señora del Río, cuyo caudal discurre cerca de allí y ya en el siglo XVIII aparece mencionada como Virgen del Corro que alterna con el de Socorro.