Identificador
34420_01_015
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 10' 22.45'' , -4º 28' 12.01''
Idioma
Autor
María del Henar Gómez Moreno
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Amusco
Municipio
Amusco
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN PEDRO se encuentra en el centro de la población, rodeada de un caserío de uno o dos pisos, construido en adobe y ladrillo, con algunas fachadas blasonadas. La tradición popular sitúa muy cerca la sinagoga de la judería medieval, hoy convertida en establecimiento hostelero. La parroquial de Amusco es un edificio de enormes dimensiones -que le han valido el sobrenombre de El Pajarón de Campos- visible desde varios kilómetros a la redonda. Está construido en su totalidad con buena sillería, regularmente aparejada, de piedra caliza procedente de la zona de Astudillo. Las fases constructivas de esta iglesia se prolongan hasta el siglo XVIII, si bien, del primitivo templo tardorrománico tan sólo se conservan los muros sur (los tramos finales) y oeste, con sus respectivas portadas. Del primitivo templo, datable en el tránsito de los siglos XII al XIII, no sabemos con certeza su forma original, pero el ensamblaje de los paramentos antiguos y modernos en el hastial occidental, atestiguan que era de anchura similar a la actual, capaz de contener tres naves. La ubicación de la portada meridional hace pensar que la iglesia se prolongaría, al menos otro tramo, hacia el este, rematando en una cabecera de la que no hay indicios. Los refuerzos exteriores, con estribos simples y arbotantes (del siglo XIII), indican la posibilidad de un cubrimiento abovedado. Aprovechando el resalte de los arbotantes y el espacio entre ellos, en el siglo XV se construyó un baptisterio en la esquina noroeste. Pero la mayor remodelación se produjo entre fines del siglo XVI e inicios del XVII, levantándose un edificio de nueva planta, según las formas que ahora presenta, con reaprovechamiento de los restos románicos señalados. En el siglo XVIII se completó la obra con un pórtico que protegía la portada meridional y una sacristía adosada a éste. La decoración escultórica se concentra en las dos portadas del templo. La meridional es la más antigua (de fines del siglo XII o inicios del XIII) y está protegida por un pórtico entre los arbotantes, abierto al frente con un arco apuntado de amplia luz. Consta de un arco de ingreso, cinco arquivoltas y guardapolvo. El arco está moldurado por un bocel, el guardapolvo labrado con flores de ocho pétalos y las arquivoltas desarrollan variados motivos (del exterior al interior): bocel, perfil recto, palmetas incisas con una labor que recuerda a las portadas de Valle de Cerrato y Monzón de Campos y otra más figurada. Sin duda, la arquivolta más interesante es la cuarta, compuesta por diecinueve dovelas de temas muy variados: escenas de combate entre guerreros, Sansón desquijarando al león, un centauro, una sirena, dragones, una pareja abrazada, trabajos agrícolas y un avaro. La arquivolta interna, que es la más estrecha, presenta una cadeneta entrelazada cuyos extremos aparecen mordidos por un perro y una máscara humana. En los arranques de las arquivoltas apreciamos tacos semicirculares parecidos a los de Revilla de Santullán, característicos del estilo de los canteros formados en San Andrés de Arroyo. Las arquivoltas voltean sobre columnas acodilladas y jambas esquinadas con capiteles y cimacios decorados. Los cimacios del lado derecho poseen múltiples motivos: estrellas de ocho puntas rehundidas, billetes y entrelazos de bayas. Las cestas presentan acantos planos, entre l azos perlados, aves afrontadas y una máscara barbada con peinado a cerquillo. En el lado izquierdo, son originales los dos cimacios exteriores decorados con un trenzado sobre medios círculos tangentes y cuatripétalas en aspa, otro fragmento vegetal del interior y una cesta que, como su correspondiente de la derecha, lleva una máscara masculina. El resto de los capiteles muestra de talla reciente. La portada del hastial occidental es más moderna, correspondiendo quizá a una fecha cercana a mediados del siglo XIII, y como la anterior, también queda protegida por un pórtico entre arbotantes del XVII. Consta de arquivoltio apuntado (que a partir de la tercera arquivolta se convierte en medio punto) sobre columnas acodilladas por intermediación de una imposta rematada en bocel. El guardapolvo es de baquetón entre escocias. Las arquivoltas presentan una decoración similar, de tetrapétalas adheridas a un perfil de baquetón entre escocias, las dos exteriores tienen dientes de sierra y ángeles distribuidos axialmente, al modo gótico. La arquivolta interior porta hojas carnosas con interesante labor de trépano. Las seis columnas de cada lado de la portada tienen capiteles labrados. En el izquierdo predomina la decoración vegetal (hojas, polipétalas, frutas, etc.), salvo en el sexto capitel y la prolongación del intradós del arco de ingreso, que están decorados con dos dragones afrontados y una posible recreación del tema de Sansón. A la derecha la variedad es mayor: algunas figuras muy deterioradas de difícil identificación; tres personajes bajo arquillos; hojas trilobuladas de remate lanceolado y escaso relieve; dos centauros; cinco figuras de pie ante un féretro custodiado por dos guerreros sentados, quizá la representación del tema de las Marías ante el sepulcro vacío; tres hojas replegadas de excepcional talla que rematan en racimos de bayas esféricas andresinas y grandes hojas nervadas en el intradós entre las que asoman cabecitas humanas. Flanqueando el arquivoltio hay dos esculturas en bulto redondo bajo dosel que representan a San Pedro y San Pablo. Forman parte de una estética eminentemente gótica, dentro ya de la primera mitad del siglo XIV. Sobre el pórtico se abre una ventana que daría luz a la primitiva iglesia románica. Es de vano geminado, con óculo sobre los arcos menores, y está protegido por dos arcos en derrame, también apuntados. Todas las aristas están aboceladas, descansando en cinco columnas cuyos capiteles, decorados con motivos vegetales, siguen las pautas de los modelos de San Andrés de Arroyo aunque simplificadas. En el muro sur, iluminando la subida al coro, se abría un ventanal románico -hoy cegado- decorado con ocho columnillas con sus correspondientes capiteles de tipo vegetal que fueron reaprovechados como soportes de la mesa de altar de la ermita de Nuestra Señora de las Fuentes en la misma localidad.