Identificador
24930_01_006
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 36' 14.96'' , -5º 13' 17.25''
Idioma
Autor
Rosa Pellón Bustillo
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Villahibiera
Municipio
Valdepolo
Provincia
León
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN TIRSO se encuentra en el extremo oriental de la población, en lo que parece la parte más antigua del pueblo. El edificio, abandonado durante más de cuarenta años, fue objeto de una importante restauración llevada a cabo en la década de 1990, gracias a la cual se consiguió salvar de una ruina segura. Hoy, una vez consolidada su estructura, se nos muestra como uno de los mejores exponentes del románico más ruralizado y arcaizante de la provincia, en el que aún perduran los ecos de la arquitectura prerrománica. Se trata de una pobre construcción levantada en mampostería de piedra y cantos rodados, con refuerzo de sillería en las esquinas y todo ello enfoscado con un mortero de cal y arena. Presenta dos campañas constructivas claramente diferenciadas. A la más antigua (siglo XII) corresponde el ábside y la torre y a la segunda (hacia 1779) el espacio que ocuparon las naves y el último cuerpo de la torre. La capilla mayor es una estancia rectangular cubierta con bóveda de cañón y tejado a dos aguas que vuela sobre una cornisa soportada por canecillos muy toscos -muchos de ellos restaurados-, a modo de simples lajas de piedra sin ningún tipo de decoración, salvo el colocado en el piñón del testero, aunque de difícil interpretación. En el interior presenta un encalado moderno bajo el que asoman los restos de un antiguo enlucido gótico decorado con líneas rojas sobre fondo blanco imitando un despiece de sillería y una cenefa ornamental de rombos. La iluminación la recibe por medio de dos ventanas: una, de factura moderna, en el testero y una saetera en el lado sur. A esta dependencia se accedía en origen por un arco -probablemente de medio punto- sobre imposta biselada que fue posteriormente reformado y ampliado. Sin embargo, sus dimensiones -en torno a 1,80 m de luz- parecen más propias de una simple puerta de acceso a la capilla que un arco triunfal. Al construirse en el siglo XVIII el cuerpo de iglesia con sus tres naves esta dependencia quedó oculta tras el nuevo testero y comenzó a utilizarse como sacristía. La torre se levanta entre la vieja capilla y el testero de la nueva iglesia. Su ubicación actual recuerda la disposición de las torres mudéjares construidas sobre los muros del presbiterio aprovechando su mayor solidez y estabilidad. Consta de dos cuerpos correspondientes a dos campañas diferentes separados por una cornisa soportada por unos canecillos idénticos a los de la capilla románica: el inferior y más alto presenta las mismas características constructivas que el ábside, mientras que el superior fue realizado en ladrillo en época posterior, tal vez en el siglo XVIII. En el más antiguo se abren una serie de vanos irregularmente repartidos: una saetera en el muro sur, en parte cegada y únicamente visible desde el interior de la torre, y en el resto dos niveles de arcos de medio punto y apuntados realizados con suma tosquedad. A tenor de lo visto, podemos concluir señalando la dificultad que entraña la interpretación del edificio debido a las reformas realizadas en el siglo XVIII que alteraron en gran medida la fábrica del viejo templo románico. A pesar de ello creemos que podría tratarse de la cabecera y la torre de una iglesia románica que subsistieron a pesar de la remodelación general llevada a cabo hacia 1779, fecha que aparece grabada en la portada. M.ª José Álvarez apuntaba además la posibilidad de que se tratara simplemente de una capilla eremitoria con puerta a los pies, lo que daría lugar a un extraño y reducido edificio con una torre en el hastial occidental. En este sentido, Aurelio Calvo recogía de boca de los habitantes del pueblo la creencia tradicional de que hubo allí un monasterio al que, en opinión del citado autor, pudo pertenecer la iglesia de San Tirso. En cualquier caso, y al margen de estas hipótesis más o menos fundadas, lo que parece evidente es que nos hallamos ante una iglesia construida por artesanos populares muy influenciados por las formas tradicionales de una arquitectura -la prerrománica- que les quedaba muy cercana (San Miguel de Escalada), tal y como les ocurrió también a los constructores de la cercana iglesia de Villarmún.