LA ACTUAL IGLESIA PARROQUIAL de Neila conserva de su pasado románico testimonios más fragmentarios que la anteriormente descrita, al haber sido casi totalmente renovada la fábrica en época tardogótica. Se trata de un edificio de planta basilical compuesto de dos naves -de las cuales la principal es la norte- cubiertas por bóvedas de crucería estrellada y con cabeceras de testeros planos, la capilla mayor cerrada por crucería con terceletes. Mantiene del primitivo templo románico parte del alzado del muro meridional, levantado en sillería y en cuyo espesor se abre una sencilla y tardía portada de arco apuntado y dos arquivoltas, todas lisas, sobre imposta de listel y chaflán. En las jambas escalonadas sobre las que apoyan se acodillan dos parejas de columnas de muy perdidas basas áticas, fustes monolíticos y simplísimos capiteles de hojas lisas de puntas vueltas con bolas o cogollos en las puntas. Sobre la portada se conserva una curiosa celosía, mientras que en la jamba derecha vemos una cruz griega inscrita en un clípeo. Un pórtico renacentista protege esta fachada meridional, en cuyos muros pervive, ya sin función, la hilera de canes del primitivo alero, la mayoría sencillos, con perfil de nacela o de proa de nave, uno de rollos, dos de crochets acogiendo bolas y otro con un personajillo. También en la cabecera se reutilizaron otros canes del primitivo edificio, rudamente ornados con crochets, figuras humanas -un tosco exhibicionista, un músico y dos guerreros armados con espadas y embrazando escudos-, prótomos, un pez y nacelas escalonadas. Al norte de la nave principal se alza la torre cuadrada, del estilo de la de San Miguel e igualmente románica hasta el reformado cuerpo de campanas. Levantada en buena sillería, conserva al exterior una imposta decorada con listel y tres hileras de abilletado, así como el acceso desde el interior, hoy condenado, de arco de medio punto doblado, el exterior abocelado y con la rosca decorada con tres filas de billetes. A los pies de la nave meridional se conserva un espléndido ejemplar de pila bautismal similar al de San Miguel. Consta de copa semiesférica de interior avenerado y decorada con un bocel en la embocadura, la recurrente banda de gruesos tallos ondulantes de los que brotan carnosas hojas acogolladas (presente en numerosos ejemplares serranos), una banda de contario y hojitas lanceoladas de nervio central imbricadas a modo de escamas. Bajo la copa vemos un grueso bocel decorado con palmetas, ornándose el tenante cónico con nueva decoración de hojas imbricadas a modo de plumaje de aves. El basamento es en este caso cúbico, decorado con boceles sogueados y bastoncillos tumbados. La copa tiene 101 cm de diámetro, por una altura total de 104 cm.