Identificador
09194_01_012
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 13' 43.59'' , -3º 35' 6.22''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega,Augustín Gómez Gómez
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Los Ausines
Municipio
Los Ausines
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
EL BARRIO DE SOPEÑA es el último de los que componen Los Ausines y se llega a él después de haber atravesado los de Quintanilla y San Juan. El templo parroquial del Barrio de Sopeña se encuentra muy cerca de la carretera, emplazado a media ladera, en un pequeño risco a cuyos pies se asienta la localidad. El trayecto ascendente es muy corto. La iglesia tal y como se conserva es un edificio re n acentista de nave única, aunque con formas góticas, realizado en buena sillería. De lo que fue su predecesora románica tan sólo conserva la portada meridional, oculta por un pórtico postmedieval de sillería. Consta de doble arquivolta apuntada y una acentuada línea de impostas, además de un guardapolvo con cabezas de clavo. Desde el exterior apreciamos cómo bajo la cubierta plana del pórtico, en su acoplamiento con el muro de la nave, perm anecen los restos de un tejaroz bajo cuya cornisa simplemente moldurada subsisten aún restos de siete canecillos. Una de las arquivoltas presenta un grueso zigzag y la otra aparece historiada con veinte figuras, dispuestas en posición radial, que resumen admirablemente el carácter eminentemente figurativo, sagrado y narrativo del románico. Aunque en su mayoría se encuentran muy deterioradas, todavía es posible identificar varias de ellas como personajes de pie, sedentes con libros en las manos o sobre sus rodillas, además de algún que otro monstruo androcéfalo y un personaje a caballo. Este último, con la mano derecha levantada en señal de saludo, aparece mutilado al igual que su cabalgadura. Para Ruiz Maldonado el jinete re p resenta aquí la figura del caballero victorioso. Una temática que también encontraremos en San Lorenzo de Vallejo de Mena o en el parroquial de Aguilar de Bureba, aunque en el caso que nos ocupa presenta la particularidad de omitir la figura del personaje vencido. Las arquivoltas apean sobre dos pares de estilizadas columnas acodilladas, elevadas sobre un pequeño podium, con sus respectivos capiteles. En ellos encontramos temas de indudable inspiración vegetal (hojas de acanto dobladas, carnosas y con pomas o bolas) y también animales fantásticos afrontados (sirenas o arpías). En uno de ellos, el exterior derecho, aparecen cuatro personajes difíciles de identificar, resueltos con una gran calidad técnica. El conjunto presenta, en general, un relieve bastante abultado. Se ha señalado la vinculación de esta portada, junto con la de Miñón, a las del grupo surgido a partir de la de Moradillo de Sedano, sobre todo por su iconografía y por la disposición radial de las figuras e incluso, y a pesar de su tosquedad, con la escultura silense. No obstante aquí, en Los Ausines, apreciamos en el aspecto técnico un trabajo algo más rudo y menos detallista, con un relieve muy abultado. En opinión de Palomero Aragón encontramos determinados rasgos que “denotan la sensibilidad gótica, pero interpretada con pautas netamente románicas”. Todo ello lleva a que la datemos no antes de finales del siglo XII, incluso a principios del XIII. Alojada en un pequeño retalle abierto a los pies del m u ro sur del templo se halla una pila bautismal. Sobre un pedestal circular de 25 cm de altura se alza una copa troncocónica (112 cm de diámetro x 98 cm de altura) cuya superficie aparece totalmente cubierta por una composición decorativa muy similar a la del Barrio de Quintanilla o a la de Cascajares de la Sierra, es decir, por arcos de medio punto sobre columnas con capiteles vegetales estilizados y fustes decorados con sencillas hojas planas. Este motivo en concreto es idéntico al representado en las extrañas piezas verticales que aparecen bajo cada uno de sus arcos. Sobre la arquería corre una cenefa de estilizados roleos, con sencillas formas fitomórficas en sus extremidades, mientras que en la zona inferior de la copa encontramos formas vegetales que también aparecerán en las enjutas. Por su composición podemos considerarla de cronología románica, probablemente de la segunda mitad del siglo XII. Dispersos por el interior del templo se encuentran varios fragmentos de piezas de probable cronología medieval, como por ejemplo estelas circulares (una de ellas con la flor de lis) o bien capiteles vegetales, uno de ellos, de 34 cm de altura, sirviendo de apoyo a un destartalado banco situado a los pies de la nave, compuesto por una estilizada fila de hojas planas y gruesas pomas en su parte superior.