Iglesia de Santa Margarida de Cabagès

La antigua parroquia de Santa Margarida de Cabagès (1275 m), hoy conocida también como capilla de Santa Margarida del Pujol, se encuentra en una pequeña elevación a unos 150 m del Mas Pujol, muy cerca del nacimiento del río Ges, que da nombre al núcleo de Cabagès. Desde Vidrà, se accede al lugar por la carretera que conduce a Olot a través de la collada de Collfred. Tras 7,5 km, una vez atravesado Ciuret, se alcanza el Pla de Trèmols, desde donde parte un camino indicado que conduce hasta el templo al cabo de unos 3 km.

La mención más antigua del lugar de Cabagès aparece en el acta de consagración de la iglesia de Sant Hilari de Vidrà (960). Allí surgió, más adelante, el templo de Santa Margarida de Cabagès, que debió de funcionar como parroquia desde su origen (así consta en una lista de parroquias del obispado de Vic del siglo xii, donde figura como s. Margarita de Cabayes) y fue independiente durante aproximadamente tres centurias, hasta que a mediados del siglo xiv devino sufragánea de Sant Hilari de Vidrà.

La jurisdicción del término de Vidrà fue ejercida por los castellanos del castillo de Milany, que inicialmente fueron feudatarios de la casa vizcondal de Cerdanya-Besalú. Por su parte, el monasterio de Sant Joan de les Abadesses fue su poseedor alodial y adquirió derechos sobre el lugar de Cabagès, como testimonia la compra que realizó en 1233 de diversas posesiones de la jurisdicción de los castillos de Milany y Llaers, entre las que se contaba la parrochia Sancte Margarite de Cabages.

La iglesia se halla, en la actualidad, en buen estado de conservación, tras la restauración promovida en 1974 por el propietario del vecino Mas Pujol. Se trata de un edificio de reducidas dimensiones, nave única cubierta con bóveda de cañón y ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera. Dicho ábside se abre a la nave mediante un arco en degradación y tiene su eje levemente desviado hacia el Norte en relación con la nave. Una ventana se abre en el centro de la cuenca absidal, otra lo hace en el sector oriental del muro de mediodía y una tercera se sitúa en la fachada occidental, todas ellas de doble derrame. La puerta de entrada, de medio punto, se emplaza en la fachada meridional.

El aparejo del edificio lo constituye un sillarejo irregular y todos los paramentos presentan la clara evidencia de haber sido rehechos, al menos en lo que se refiere al rejuntado, operación que debió de realizarse durante la mencionada restauración, momento en el que fueron asimismo repuestas algunas losas pétreas de la cubierta y el alero de la nave y del ábside. Finalmente, cabe señalar que tanto la espadaña que corona la fachada de poniente como los dos contrafuertes de la fachada septentrional son añadidos posteriores a la construcción original.

Su simplicidad estructural y sus características constructivas apuntan a una construcción del siglo xii que, en última instancia, manifiesta cierta persistencia de las formas edilicias que dominaron el siglo anterior.

Texto y fotos: Meritxell Niña Jové

Bibliografía

Catalunya Romànica, 1984-1998, X, pp. 468-469; Junyent i Subirà, E., 1946; Pladevall i Font, A., 1960b, pp. 28-29, 47-49; Pladevall i Font, A., 1971‑1972,    p. 302; Pladevall i Font, A., 1975; Udina i Martorell, F., 1951, pp. 309-311; Vinyeta i Leyes, R., 1986, p. 40.