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Vista general de los restos de Sant Andreu de Montconill

Identificador
25055_IsidreBlancCCBYSA3.0_007
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.899217, 1.404284
Idioma
Autor
Isidre Blanc (CC By SA 3.0)
Cristina Tarradellas Corominas
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Andreu de Montconill

Localidad
Lloberola
Municipio
Biosca
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Andreu de Montconnill

Descripción

BIOSCA

Iglesia de Sant Andreu de Montconill

Se llega a la iglesia de Sant Andreu de Montconill desde Biosca por la carretera C-75 en dirección a Solsona, tomando una desviación al poco de llegar a Sant Pere Sasserra. En este punto arranca una pista que pasa por Cal Piteu, y que llega a la masía abandonada de Montconill. También se puede llegar por la carretera LV-3005 que lleva a Solsona, tomando una pista hacia el oeste a unos 14 km de Biosca. El acceso en ambos casos es complicado, ya que la pista forestal es muy precaria y no está señalizada.

El templo se encuentra aproximadamente a unos 200 m de lo que era el antiguo núcleo de Montconill. El poblado está abandonado, si bien hay una masía construida en el siglo xvi que conserva el nombre. Son nulas las noticies sobre el pueblo en la documentación medieval. Del mismo tan sólo se sabe que era propiedad de la canónica de Santa Maria de Solsona. Se cree que estaría formado por algún tipo de fortificación que se podría situar en lo alto de la colina, y por un pequeño grupo de casas que tendría alrededor. De este conjunto nada se conserva, tan sólo las marcas de vigas de algunas de las antiguas estructuras de las viviendas en algunas rocas. Se han realizado diferente campañas de excavaciones que han sacado a la luz fragmentos de cerámica gris medieval, material que se data a partir del siglo xi.

La documentación escrita tampoco cita la iglesia, que por entonces dependía de la parroquia de Sant Miquel de Lloberola. El estado actual del edificio es ruinoso, y se encuentra cubierto por la vegetación casi en su totalidad. Gran parte de los muros o se han caído o están muy dañados, y la bóveda que cubría la única nave hace ya tiempo que se hundió. El ábside, de planta semicircular, es la estructura que mejor resiste. Se conserva la totalidad del perímetro pero sólo parte del alzado. Carecía de presbiterio y estaba enmarcado por un arco que arrancaba de una imposta. En el tramo occidental de la nave, se abren, a modo de arcosolios, sendos arcos de medio punto, uno en cada muro. El meridional, del que se conserva el arranque, enmarca los restos de lo que se cree que podría haber sido la puerta de acceso al templo. Por su parte, el del lado norte, que se conserva en su totalidad, se encuentra en un cuerpo que sobresale respecto al nivel del muro. El interior se iluminaba mediante tres ventanas, una cruciforme, en el paramento oeste, y dos con derrame simple hacia el interior. De éstas una está situada en el centro del ábside y otra en los pies del muro norte, sobre el citado arcosolio. En el muro occidental se aprecian los restos de la bóveda de la nave así como, en el exterior, algunos mechinales. El aparejo está formado por sillarejo de tamaño desigual dispuesto en hiladas más o menos uniformes, entre el que se utilizaron algunos sillares de gran tamaño en las esquinas. Se le puede asignar una cronología hacia el siglo xii.

Texto: Cristina Tarradellas Corominas

 

Bibliografía

Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 382-383; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1981, pp. 300-301.