Sant Pau de Anglesola
ANGLESOLA
El municipio de Anglesola se localiza en el Pla de Lleida, en el Oeste del Urgell, la zona llana de la comarca regada por el canal de Urgell y el río Ondara. A la población de Anglesola, muy cercana a Tàrrega, se llega tras dejar la autovía A2 en el kilómetro 504.
Debe su nombre a la existencia de una pequeña iglesia (esglesiola) o ermita que existía a principios del siglo xi. La primera mención a Anglesola data de 1079, cuando los hermanos Ramon Berenguer II y Berenguer Ramon II, condes de Barcelona, cedieron estas tierras a Berenguer Gombau y Sança, señores de Madrona (Solsonés), para que las repoblaran. Probablemente, el origen del pueblo se encuentra en una primitiva torre cilíndrica de vigilancia que se fue ampliando hasta convertirse en un castillo fortificado. Por su parte, la primera iglesia, está documentada desde 1097. Los Anglesola fueron una de las familias más poderosas de los condados catalanes. Dos generaciones después de los primeros señores, la estirpe se dividió en tres ramas: Anglesola, Bellpuig y Vallbona. En 1139, Arnau Berenguer de Anglesola fundó un hospital para los pobres que estuvo gestionado por el monasterio de Poblet. A lo largo de la segunda mitad del siglo xiv se levantaron las murallas. Prácticamente no queda ni rastro de las estructuras medievales del antiguo castillo de Anglesola. Solamente se conserva una sala cubierta con una bóveda de cañón ligeramente apuntada con abundantes marcas de cantero, que podría haber sido un almacén. Gran parte de las piedras que formaban la muralla del castillo fueron aprovechadas para edificar la iglesia de Sant Pau.
Arnau Berenguer y su esposa Anglesa, cedieron los terrenos donde había estado el antiguo hospital fundado por Arnau II de Anglesola, a la nueva Orden de la Santa Trinidad para que ésta fundara, en 1206, el tercer convento de la misma en la península ibérica. Ocho años después, estos nobles se hicieron cofrades del monasterio y, a su muerte, fueron enterrados en el cementerio conventual. Durante los siglos xiii y xiv el hospital se vio favorecido por los señores de Anglesola y por la propia monarquía. Actualmente, sólo se conservan lo que fue el convento unos fragmentos encontrados en una casa particular.
Iglesia de Sant Pau de Anglesola
La iglesia dedicada a san Pablo de Narbona aparece en la documentación por primera vez en 1097, concretamente en una donación de Arnau Berenguer. Su madre, Sança, cedió el templo a Santa Maria de Solsona, que dependía del obispado de Urgell, a pesar de que la villa correspondía a la diócesis de Vic. Durante su primera época era mencionada con la advocación a santa María y san Pablo. Se ha documentado la existencia de una canónica en Anglesola que perduró desde 1172 hasta principios del siglo xiv. A mediados de esta centuria se remodeló la iglesia mediante la adición de unas capillas laterales.
Sin embargo, esa no es la iglesia actual, ya que a finales del siglo xvi e inicios del xvii fue remplazada por un nuevo edificio. No obstante, se conservan de aquella, reutilizadas en la fachada occidental −donde fueron colocadas en la década de los cuarenta del siglo xx− dos esculturas de buena factura que representan a san Pedro y san Pablo. Se considera que fueron realizadas en los primeros años del siglo xiii, según algunos autores, por el escultor Ramon de Bianya. Estilísticamente, han sido relacionas con las esculturas custodiadas en el Museo Diocesà i Comarcal de Lleida procedentes de la portada de la Anunciata de la Seu Vella.
Ambas tallas, que se muestran de frente y tienen un canon muy estilizado que recuerda a las estatuas columna, llevan nimbo avenerado. Sus rostros son anchos, con abultados carrillos y ojos almendrados. Mientras que Pedro tiene el cabello y la barba formados por pequeños rizos, los de Pablo son lisos y largos. En ambos casos la cabellera pasa por detrás de las orejas. Los dos portan en la mano derecha sus respectivos atributos: una gran llave y una espada. Pedro, que alza su mano izquierda mostrando la palma, viste una larga túnica por debajo de un manto. Por su parte, Pablo, que no ha conservado su brazo diestro, porta sobre la túnica un paludamentum prendido en su hombro derecho con un broche circular. En las mangas y parte superior de sus vestimentas presentan una mayor concentración de pliegues que en la caída de sus túnicas. Por debajo de éstas muestran los pies calzados. Destaca el uso del trépano en la boca, los agujeros de la nariz y los lacrimales de los ojos, de ambas figuras, así como en los rizos de san Pedro.
Texto: Nuria Montoya Vives/Juan Antonio Olañeta Molina- Fotos: Juan Antonio Olañeta Molina
Bibliografía
Altisent i Jové, J., 1933, pp. 3-6; Bach i Riu, A., 1987, pp. 23-24 y 43-51; Castells catalans, Els, 1967-1979, VI, 2, pp. 974-983; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 519-520; Espinagosa i Marsà, J., 1988, pp. 15-27; Feliu i Montfort, G., 2010; Gallart i Fernàndez, J. y Forns i Bardají, J., 2010.