LA IGLESIA DE SAN ANDRÉS se sitúa en el centro vital de Cantalejo, esto es, en su plaza mayor, compartiendo espacio urbano con el edificio de Ayuntamiento en el llamado “barrio de arriba” de la población. Al decir de Fuentenebro Zamarro, en el lugar del presente templo existió una iglesia románica anterior que habría dado servicio al pueblo hasta la construcción de la actual. De esta se infiere en la documentación existente en el archivo parroquial que “...se trataba de un pequeño templo románico... Tres puertas daban acceso a la iglesia: la oriental del primitivo atrio, la del cierzo y la meridional o principal. El templo y el espacio circundante servían de cementerio, al que se subía por las gradas de sus cuatro puertas”. Aquél primer edificio debía constar de una sola nave, cabecera semicircular orientada, torre a los pies y pórtico al sur que posteriormente se cerro e incluyó como nave sur a la fábrica. En el interior debía albergar cinco capillas: la mayor, cubierta con “bóveda de media naranja”; y cuatro colaterales dedicadas a Nuestra Señora, San Blas, San Antonio y el Santo Cristo. A comienzos del siglo XVI cada uno de ellos se decoraba con distintas pinturas y una talla de bulto del titular. De aquel primitivo templo son pocos los restos que nos han llegado. Por un lado, varias hiladas de sillares reaprovechados en el plemento superior del formero norte más cercano a los pies, mirando a la nave central. Y de otro, una pila bautismal ubicada en la nave de la epístola, cercana al hastial occidental del templo. Se trata de una pieza labrada en caliza de copa semiesférica de 123 cm de diámetro apoyada sobre un ancho pie cilíndrico de 38, 5 cm de altura. Su talla es completamente lisa, con claras marcas de bujarda y ceñida por un cincho metálico en la embocadura.