Identificador
47132_01_021
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 30' 28.29'' , -4º 54' 37.17''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
San Miguel del Pino
Municipio
San Miguel del Pino
Provincia
Valladolid
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
EL EDIFICIO QUE NOS DISPONEMOS a analizar llama prontamente la atención por su extraña y confusa apariencia externa, con cierto aire de fortaleza, sensación que aumenta su aparejo pétreo de grandes sillares irregulares. Su planta de cruz griega de nueve tramos inscritos en un rectángulo consta de: capilla mayor rectangular al interior con testero recto al exterior y sacristía abierta en su lado sur; tres naves, divididas en dos tramos por arcos apuntados, y transepto no señalado en planta con su tramo correspondiente al crucero cubierto por un cimborrio a modo de torre a la que se accede por escalera interna. Cimborrio que apoya en cuatro potentes pilares de sección cuadrada de los que arrancan las arquerías apuntadas que separan las naves. El sistema de cubrición alterna las sencillas bóvedas de crucería de dos arcos diagonales con gruesas ojivas en capilla mayor y naves (en ocasiones apeando sus nervaduras sobre pequeñas columnas angulares que descansan sobre una gruesa imposta que remata los pilares), con las de arista en sacristía y tramos de los pies de las naves (estas últimas decoradas con yeserías en el siglo XVIII) y de lunetos en la culminación de la nave del evangelio, bóvedas estas últimas rehechas en 1704 por Francisco Castander. Hasta no hace mucho en el tramo de los pies aparecía un coro alto de madera hoy desaparecido. Al exterior ofrece una interesante fachada occidental en la que se abre una portada apuntada con tres nichos funerarios o arcosolios de medio punto a cada lado. Fachada en cuya parte superior aparecen pequeños óculos de ladrillo que iluminan el interior del templo, el central tapiado con ladrillo. Una lectura detenida del paramento hace ver cómo en un principio este hastial occidental se remataba a piñón y posteriormente se igualó su altura, ya que los ángulos –que reflejan todavía la caída de la vertiente de la primitiva fachada– aparecen rellenos de un mampuesto de peor calidad. Transformación que afectó al rosetón que se abría sobre la portada, actualmente mutilado en su desarrollo superior, relleno de ladrillo y perforado por un pequeño óculo. Además de la puerta occidental, en el templo se abrían dos ingresos más, apuntados y actualmente inutilizados, en el tramo de los pies de las naves laterales. La meridional, denominada del Sol, fue re a b i e rta en 1701. Todos estos ingresos al edificio aparecían cubiertos por un pórtico lígneo –existente todavía en 1719– que apoyaba sobre grandes ménsulas, conservándose algunas de ellas todavía en la fachada occidental y en el muro meridional. Sobresaliendo sobre las cubiertas se alza una torre que al exterior se divide en dos cuerpos mediante una simple moldura. En el segundo, arrancando de la moldura, aparecen vanos geminados y ligeramente apuntados (algunos desaparecidos) y sobre estos, grandes troneras de medio punto para las campanas. Al interior conserva bajo los arcos geminados un arco de medio punto que en un principio pudo ser visible desde el exterior, pero que en la actualidad se encuentra oculto tal vez por haberse elevado en altura el edificio primitivo. Torre que sería reparada en 1794 y 1708. En el exterior del muro este de la capilla mayor se observa claramente una ruptura vertical del paramento surgida a raíz de la anexión de una estructura moderna aprovechando el espacio entre cabecera y transepto. Se trata por tanto de un edificio ciertamente tardío que, salvo los añadidos posteriores y transformaciones sufridas en épocas posteriores (sobre todo a partir del siglo XVII) pertenece ya a principios del siglo XIII. Su actual pesadez e structural y su aire de fortaleza –cuya disposición original de la fachada occidental nos recuerda a la de Castronuño – parecen confirmar la pertenencia del edificio a alguna de las órdenes militares que deambularon por territorio castellano en aquellos momentos. La portada embutida en el muro de la fachada occidental presenta triple arquivolta apuntada lisa, sin ningún tipo de decoración. Ausencia ornamental que también caracteriza los nichos que flanquean la portada. También se conservan, aunque muy deteriorados, pequeños fragmentos escultóricos adosados en el exterior de muro sur; fragmentos que parecen estar íntimamente relacionados con el personaje al que está dedicado el templo ya que su iconografía parece corresponder con la del arcángel San Miguel triunfando sobre el Mal (a sus pies aparece un león que apresa un animal entre sus garras). En el interior predomina una temática vegetal muy esquemática y de talla muy sencilla en los capiteles que se reduce a sencillas hojas apalmetadas o bien lisos con volutas muy resaltadas. Destacar los de la capilla mayor cuyas cestas se ornamentan con los susodichos elementos vegetales y bustos o cabezas angulares de pequeño tamaño. Aunque no se observa claramente, ya que la mitad de la capilla se encuentra sobreelevada, estas columnas parecen poseer basas con garras angulares. También aparecen decoradas con distintos motivos –vegetales y geométricos– las claves de las bóvedas. A nivel escultórico, el edificio presenta unas características muy tardías (capiteles poligonales o fasciculados, talla ruda y elemental, decoración muy pegada a la cesta y mayoritariamente vegetal, etc.,) que encaja bien con la fecha dada al edificio, avanzado el siglo XIII. Por último conviene hacer una breve referencia a los elementos sepulcrales presentes en el edificio. Además de los nichos que flanquean la puerta abierta en el hastial occidental, en el segundo tramo de la nave de la epístola, en el muro sur, se abre un arcosolio o lucillo sepulcral moldurado que todavía conserva la tapa superior del sarcófago, en la que aparece tallada una gran cruz. Sin duda, y dado el carácter privilegiado y restringido de las inhumaciones en el interior de los templos en época medieval, se trata del enterramiento de un personaje relevante. Arcosolios funerarios de este tipo, aunque menos "monumentalizados" puesto que no presentan ningún tipo de decoración moldurada que lo enmarque, encontramos también en Castronuño, edificio perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén.