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Vista general desde el oeste de Sant Genís de Cervià de Ter

Identificador
17050_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.083872,2.8749427
Idioma
Autor
Annaïs Pascual Alfaras
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Genís de Cervià

Localidad
Cervià de Ter
Municipio
Cervià de Ter
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Genís de Cervià de Ter

Descripción

Iglesia de Sant Genís de Cervià

 

La iglesia parroquial de Cervià de Ter está situada en el casco antiguo del pueblo, muy cerca de la colina dónde se encuentra el castillo. Tenemos constancia de la existencia del término parroquial, por lo menos, des del año 958, aunque la iglesia de Sant Genís no aparece específicamente hasta 1053, cuando se menciona el templo en el acta fundacional del vecino priorato de Santa Maria; entonces la iglesia parroquial dependía del obispado de Girona y era gestionada por los señores del castillo de Cervià. En 1106 el obispo gerundense, en un intento de fomentar las buenas relaciones con el monasterio de Santa Maria, cedió al abad la parroquial de Sant Genís, que tenía ya anexionada la parroquia del vecino pueblo de Raset. Posteriormente, Guillem Gausfred de Cervià, en 1142, cuando vende el castillo a Arnau de Llers, hace donación de los diezmos parroquiales de Sant Genís al monasterio de Santa Maria. En el año 1156, los monjes piden la devolución de la parroquia a la sede de Girona, que les es concedida por bula papal.

 

El actual templo de Sant Genís es, fundamentalmente, resultado de una reconstrucción del siglo xviii. Durante la pasada Guerra Civil sufrió graves desperfectos, hundiéndose entonces la bóveda, un refectorio, y parte del campanario adosado al exterior del muro sur, a los pies del conjunto. El edificio fue restaurado completamente, y en él se conservan todavía algunos elementos de la antigua fábrica de época medieval. Son, en efecto, propiamente románicas, dos terceras partes del muro septentrional (hasta media altura), y en particular el muro de mediodía y la fachada occidental del edificio, dónde bajo el esgrafiado barroco aparece el paramento románico original.

 

En la parte central de la fachada oeste se abre la puerta principal, de perfil rectangular y enmarcada por una portada románica sencilla pero elegante, muy parecida a las portadas románicas de otras iglesias vecinas como Sant Cebrià de Flaçà o Sant Marí de Fellines. Se trata de una portada de arco de medio punto con una sencilla arquivolta en gradación y con guardapolvo, exenta de decoración escultórica y bajo cuyo tímpano liso, en un gran dintel monolítico, se encuentra la siguiente inscripción de época barroca:

 

esta parroquial es tan antigua, que no se/ ha trobat nota alguna d(e) sa fundaciò, si sols se/ troba era ja edificada en lo dilluns st de l’any 1053,/ en que silvio llobet, sr d(e) cervià començà ed(i)ficar la iglesia y monestir/ de monjos que fundà en d(i)ta parroquia y do(t)à l’any 1056. consta de actes a(f)en(ti)chs. y fou redif(i)cada/ en lo any 1750. y la present posada dia i de juny de 1764.

 

El guardapolvo y la arquivolta hecha de dovelas sencillas y muy bien escuadradas, reposan sobre dos impostas que indican el arranque del arco, enmarcado éste por jambas igualmente austeras, que se confunden ya con el muro.

 

El edificio románico habría tenido unas dimensiones y organización similares a la vecina iglesia del priorato de Santa Maria. Su planta tendría forma similar, probablemente de tres naves, con transepto destacado en altura pero sin correspondencia en planta, pues ambos hastíales sobresaldrían tan sólo unos centímetros del muro perimetral correspondiente al lateral norte y sur, que indican una altura de las naves laterales muy bajas respecto a una correspondiente nave central más alta. La longitud y anchura total del templo coincidiría con la de la iglesia actual. La cabecera primitiva, hoy perdida, probablemente hubiera tenido al menos un gran ábside central; hoy presenta en su lugar un simple muro testero, en el que debieron reaprovecharse parte del paramento y sillares de la fábrica anterior.

 

En el exterior, son evidentes los restos del muro sur del hastial de mediodía del transepto del edificio románico, cuyas trazas del antiguo tejado a dos aguas indican la altura que habría tenido el transepto sobrealzado del edificio románico. De éste se conserva, integrado en el edificio del xviii, sólo la mitad oeste y los primeros sillares del lado este, que indican la inclinación del tejado. Sobre el eje central de este mismo muro, elevada se abre una ventana de medio punto y de doble derrame, con dintel monolítico estilizada, aún en su lugar original que corresponde al edificio del siglo xi. En esta parte del hastial se distingue claramente, una línea de obra que indica la diferencia entre dos paramentos muy similares, hechos a base de sillares de arenisca bien labrados y escuadrados, pero con una única diferencia, mientras en la mitad izquierda se disponen a soga y tizón en seco, en la derecha hay evidencias de argamasa y el color claro de la piedra, quizás parte de la mitad derecha del hastial fue reconstruida conservando la apariencia románica del muro.

 

Seguimos encontrando el mismo paramento románico en la parte baja del muro de mediodía, a cada lado del grueso contrafuerte que soporta la pared y en parte, tras el campanario adosado en el extremo oriental de dicho muro. Aquí apreciamos la labra perfecta de los sillares de arenisca, dispuestos con regularidad formando un muro perimetral de catorce hiladas de alto, pues después se aprecia un evidente cambio de paramento. Esta altura, evidentemente baja respecto a la indicada por el muro del hastial sur antes descrito, hace imposible que se trate del muro perimetral de una nave única, pues deducimos que corresponde al muro de una nave lateral meridional, que tendría su equivalente en el muro opuesto del templo, el muro septentrional. En el lado norte del edificio, se han dejado a la vista, los tramos con paramento de sillería bien labrada, que gracias a una observación atenta, aportan información y corroboran la hipótesis inicial; pues apreciamos que en las catorce primeras hiladas los sillares se encuentran uniformemente dispuestos, mientras que en las hiladas superiores, que reaprovechan sillería románica, hay presencia de reble, ligeras irregularidades y la parte inferior del vano de una posible apertura, probablemente posterior, tapiada, en el extremo de levante. Una cierta irregularidad en la horizontalidad del conjunto de las hiladas, en el extremo oeste del mismo muro, dónde la piedra tomo tonos rojizos testimonio de un incendio, se aprecia que en plena fábrica románica, que venía construyendo el muro desde levante, se dio un hundimiento de tierras que hizo detener la obra y esperar a que el edificio se asentara. Dichas hiladas, apreciables también en el interior del edificio, en el único muro dónde el paramento románico queda a la vista, a los pies de la nave, bajo el coro, son continuadas por la misma fábrica románica, hasta su encuentro con el muro de poniente, pero siendo niveladas ya respecto a la nueva horizontal del suelo.

 

En conjunto, aunque la iglesia de Sant Genís aparece mencionada ya en el siglo xi, el tipo de paramento románico integrado en la fábrica del siglo xvii, y el modelo de portada abierta en la fachada occidental llevan a situar la construcción del edificio románico a mediados del siglo xii.

 

Texto y fotos: Annaïs Pascual Alfaras

 

 

Bibliografía

 

AA.VV., 1995, p. 394; Alberch i Figueras, X. y Burch i Rius, J., 2002, pp. 236, 246, 426, 630; Arnau i Guerola, M., 1993, pp. 172-174; Borrell i Sabater, M., 2003, p. 11; Catalunya Romànica, 1984-1998, v, p. 98; Collelldemont i Oliva, P., 1993, pp. 7-9; Bofarull i Mascaró, P. de, 1856, pp. 93, 104; Jou i Parés, E., 1982, p. 89; Llinàs i Pol, J., 2008, pp. 34-35; Mallorquí i Garcia, E., 2009, pp. 123, 142; Mateu i Ibars, J. y Mateu i Ibars, M. D., 1991, pp. 280, 409; To i Figueras, L, 1991, pp. 28, 38, 45, 107, 111, 120, 174, 178.