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Vista exterior desde el este de Santa Anna de la Fabregada

Identificador
25042_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.065236,1.1551489
Idioma
Autor
Marc Santacreu Ortet
Nuria Font Marco
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Anna de la Fabregada

Localidad
Gualter
Municipio
La Baronia de Rialb
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Anna de la Fabregada

Descripción

LA BARONIA DE RIALB

Iglesia de Santa Anna de la Fabregada

En la masía de la Fabregada, situada entre el torrente del mismo nombre y el de la Edra, en La Baronía de Rialb, se encuentra la iglesia de Santa Anna de la Fabregada. El acceso menos complicado es el que parte desde la carretera que une Gualter con Pallerols hasta llegar a la bifurcación del Puig, en dirección al Molí Nou, y que sigue por el camino pedregoso que bordea el río Rialb hasta encontrar el primer desvío vallado que conduce a la finca. La iglesia está a 100 m de la masía y de la espelunca de la Fabregada, topónimo que no debe confundirse con el perteneciente al término de Vilanova de Meià.

 

Los vestigios de la antigua masía de la Fabregada se hallan incorporados en los cimientos de una construcción posterior. La espelunca, situada a 7 m del suelo detrás de la masía, tiene una privilegiada situación estratégica, pues domina los valles del Edra y la Fabregada. Desde que fue ocupada en la época visigótica, la cueva ha sido objeto de distintas modificaciones y ha desempeñado diferentes funciones, como la de granero, en los últimos tiempos. Hoy en día la espelunca está en desuso y tiene un estado lamentable por la acumulación de excrementos de animales. Una intervención arqueológica podría ayudar a dilucidar la cronología concreta de los restos y a confirmar si se conservan vestigios de los siglos xi y xii.

 

La primera noticia que se ha relacionado con el templo de Santa Anna de la Fabregada es en referencia a una donación del año 1092. En ella, Ramon Gerall dotó a la iglesia del Santo Sepulcro de la Seu d’Urgell, de una masía llamada Santa Eulàlia que poseía en el condado de Urgell, y ubicada en el término del castillo de Tarabau. La descripción que ofrece del enclave y sus límites corresponden a la finca de la Fabregada. Si fuera así, en un primer momento la iglesia habría tenido la advocación a santa Eulalia. Efectivamente, el castillo de Tarabau, de origen visigodo, dominaba desde el siglo ix todo el territorio del valle del Rialb. Seguramente la población que se concentraba en los alrededores del castillo se dispersó por el valle a la búsqueda de tierras fértiles cuando la situación política lo permitió. Es muy probable que este fuera el origen de la masía de Santa Anna de la Fabregada. El cambio de advocación se produjo probablemente cuando la iglesia pertenecía a la del Santo Sepulcro de la Seu d’Urgell, la cual desapareció entre los siglos xiv y xv. Se desconoce si el cambio de nombre estuvo relacionado con el monasterio de Santa Anna de Barcelona, sede principal de dicha orden en Cataluña. Más tarde, en el año 1669, la masía es mencionada en el Consejo General del Rialb con la advocación actual.

 

La maleza y la hiedra salvaje cubren buena parte del edificio, lo que complica su visión desde el camino. El conjunto está parcialmente semienterrado por los sedimentos procedentes de la montaña, que se han agolpado alrededor del muro norte, la fachada occidental y parte de la cabecera. Santa Anna tiene una planta de 3,90 m de ancho por 10,70 m de largo, sin considerar el cementerio adjunto. El edificio está formado por una nave rectangular, cubierta con bóveda de cañón, y un ábside semicircular liso a menor altura, cubierto con bóveda de cuarto de esfera. La techumbre, de doble vertiente en la nave, conserva las losas originales. Poco es lo que queda al descubierto de los paramentos exteriores del ábside, el cual tiene en el centro una ventana cegada de doble derrame y está coronado por una moldura realizada con sillares de mayor tamaño que el sillarejo irregular utilizado en el resto del edificio. En su parte meridional arranca la pared de piedra que delimita el cementerio, probablemente añadida con posterioridad, la cual oculta la parte oriental del muro sur. En el centro de éste, se abre la puerta que da acceso al interior del templo, que está formada por un arco de medio punto ligeramente apuntado enmarcado por una hilada de finos sillares a modo de chambrana. El aparejo del paramento meridional está formado por sillarejo de tamaño muy desigual colocado de manera irregular. Sin embargo, poco es lo que se puede decir del muro septentrional, pues, como ya se ha indicado, está completamente engullido por la tierra, o de la fachada occidental,  totalmente oculta por la vegetación que tan sólo deja entrever las losas del vértice del tejado.

 

El interior del templo destaca por la estrechez de la nave, en la que dos arcos fajones, de medio punto el más occidental y ligeramente apuntado el oriental, apoyados en pilastras, delimitan tres tramos. Un arco presbiterial de medio punto facilita la transición en degradación del ábside al mayor ancho de la nave. La ventana de medio punto y de doble vertiente situada en el centro del ábside queda oculta por un pequeño retablo moderno que se apoya sobre un altar de piedra, que podría ser el original, compuesto de una gran losa de piedra que descansa sobre un soporte realizado con sillarejo irregular y mal labrado y con cemento añadido en la parte central.

 

En el primer tramo del muro sur se abre una pequeña ventana apuntada ligeramente desviada a la derecha, no apreciable desde el exterior al estar oculta por el cementerio. Tampoco se observa desde el exterior la ventana cruciforme situada en la parte alta de la fachada occidental. Además de la credencia presente en el lado sur del arco presbiterial, hay varios orificios de forma cuadrada: dos en el arranque de la bóveda en el tramo de los pies de la nave y dos mechinales flanqueando la puerta de entrada.

 

Este edificio seguramente fue construido durante el siglo xii y modificado ligeramente durante el siglo xiii.

 

Texto: NFM - Fotos y planos: MSO:

 

Bibliografía

 

Bach i Riu, A. y Gabriel i Forn, M., 2005, pp. 161-162; Bolós Masclans, J., 1997, pp. 48-55; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 298-300.