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Virgen de Rocamador

Identificador
34000_0001
Tipo
Fecha
Cobertura
42º 0' 29.75'' , -4º 31' 16.68''
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Marco

Localidad
Palencia
Municipio
Palencia
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
CRIPTA DE SAN ANTOLÍN La cripta de San Antolín aparece situada bajo la nave mayor -el actual coro- de la magnífica catedral gótica, con acceso desde el trascoro. Por encontrarse en un nivel inferior para llegar hasta ella tendremos que descender por una interesante escalinata del siglo XVI. El espacio arquitectónico definido por la doble cripta -descubierta a principios del siglo XX por Francisco Simón y Nieto y Manuel Aníbal Álvarez y restaurada en 1905 por José Ramón Mélida- se compone de dos ámbitos claramente diferenciados y yuxtapuestos longitudinalmente. El más oriental es de época visigoda, y el que le precede, de mayor anchura, es de cronología románica. Probablemente en el momento de su construcción tanto uno como otro ámbito estuvieron sobre el nivel del suelo y formarían parte de una edificación anterior sobre la que se elevó en siglos posteriores la catedral. La zona oriental, la más antigua, conforma una nave angosta de desigual anchura y dividida en tres extraños tramos por arcos de medio punto que arrancan de un banco corrido. Su forma es muy original, mediante losas de piedra tendidas a uno y otro costado alternando con fajones de medio punto ultrapasados en el acceso a la cabecera. Toda la obra está realizada en sillería -engatillada en ocasiones- de desigual aparejo. La cabecera es recta y dispone de un tabicado de fondo que Navarro García considera realizado para resguardar joyas y preseas. Ésta se articula mediante dos columnas con sus correspondientes capiteles sobre las que voltean tres arcos de herradura, ahora ciegos. El acceso a esta nave se realizaba mediante dos puertas laterales de arcos ultrasemicirculares que hoy permanecen también cegadas. Helmut Schlunk y Pedro de Palol defienden la teoría, mayoritariamente aceptada, de que estos restos formaban parte de un martyrium, con un piso superior que se habría perdido y otro inferior reservado al culto de las reliquias: la confessio, que sería el que ha llegado hasta nosotros. Para Salvador Andrés Ordax podríamos encontrarnos ante los restos de la primitiva ecclesia cathedralis. Presenta por tanto una estructura muy semejante a la de otros edificios hispanos altomedievales, como el Martyrium de La Alberca (siglo IV) o la capilla de Santa Leocadia de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo (siglo IX). Evidentemente se trataba de un edificio de cierta relevancia puesto que su trazado fue respetado y tenido en cuenta a la hora de const ruir la catedral románica. Pero sin ningún género de dudas es uno de los edificios más enigmáticos que nos ha legado la séptima centuria y, junto con la basílica de San Juan de Baños, un caso bien evidente de la edilicia hispánica de época visigoda en los Campi gothorum. Como ya hemos señalado, a la zona más antigua del edificio le precede -a modo de antesala- un espacio compuesto por una sola nave rectangular de sillería, de unos 16 m de longitud y 6,40 de anchura. Esta nave se articula en cuatro tramos cubiertos con bóveda de cañón reforzada por arcos fajones que arrancan del basamento lateral. La bóveda arranca casi a ras de suelo. A ambos lados se abren pequeños vanos con amplio derrame interior que servirían como sistema de ventilación de la cripta. Su cabecera, que sirve de acceso a la parte más antigua, es semicircular y aparece animada por una arquería de tres arcos de medio punto desiguales, los laterales son ciegos y enmarcan ventanas con derrame interior, dando el central acceso a la zona de época visigoda. Esta ampliación denota una clara relación con el arte prerrománico asturiano, más concretamente con el piso inferior de Santa María del Naranco. En el lado de la epístola del tramo absidal se conservan los restos de una puerta adintelada con reja moderna que se considera el acceso a la cripta protorrománica utilizado antes del siglo XVI, momento en el que se traza la actual escalera de acceso. La construcción de las naves góticas de la catedral no sólo inutiliza el primitivo acceso, sino que destruye el arco fajón más occidental. Un altar ante el espacio semicircular y un pozo -con brocal y antepecho renacentista- en el centro de la nave completan el mobiliario de la nave. La zona más oriental suele datarse en la segunda mitad del siglo VII como parte integrante del edificio levantado bajo el reinado de Wamba. Por lo que respecta a la ampliación románica se considera realizada durante la primera mitad del siglo XI y es por tanto el testimonio románico más antiguo que se conserva en la provincia de Palencia. Como edificio subterráneo podría considerarse un nexo de unión entre la arquitectura prerrománica y el primer románico castellano. En la zona más antigua la decoración se limita a los dos capiteles de las columnas ubicadas en la cabecera. Las cestas aparecen toscamente decoradas con pequeñas hojas de acanto, de mayor tamaño las que aparecen en los ángulos. Los cimacios correspondientes son piezas troncopiramidales invertidas de gran tamaño, con decoración de tipo cruciforme y temas vegetales en los extremos. En cuanto a las basas, parecen reaprovechadas de una edificación anterior puesto que emplean capiteles romanos invertidos. Lo mismo ocurre con los fustes, igualmente reutilizados y procedentes de una construcción romana. Por lo que respecta a la zona románica, carece de decoración. En el antiguo acceso a la estancia románica que se cegó en el XVI aparece un fragmento de moldura con taqueado. Desde unas rejillas abiertas en el lado derecho del coro podemos contemplar un osario, junto a éste aparecen piezas pétreas tremendamente erosionadas que pudieran corresponder con el arranque de uno de los pilares de la catedral románica.