El único testimonio románico que se conserva en el pueblo es un relieve pétreo de la Vi rgen con el Niño (84 cm de altura x 39 cm de ancho) que se conserva empotrado en una de las tapias del cementerio y del que se desconoce su procedencia original. María aparece sentada sobre un banco que en origen parece que iba cobijado por una especie de arco o dosel soportado por columnillas de las que sólo han quedado las basas. Porta corona, manto sujeto con un broche central en forma de venera y túnica con abundantes pliegues paralelos que describen meandros en el borde inferior. Sobre su regazo va colocada la figura del Niño, en una postura que se aleja de la estricta frontalidad que dictan los cánones románicos. Es una obra bastante tosca, realizada por un escultor con escasas dotes técnicas. Parece obra de principios del siglo XIII.