Identificador
16249_01_006n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
39º 47' 36.13'' , -2º 56' 15.14''
Idioma
Autor
Virginia Cañas Córdoba
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Villamayor de Santiago
Municipio
Villamayor de Santiago
Provincia
Cuenca
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Claves
Descripción
SITUADA EN LA CARRETERA de Villamayor a Tarancón, a 5 km de Villamayor y 3 de Pozorrubio de Santiago, en la linde de ambos pueblos, se asienta esta pequeña ermita. En la margen izquierda del río Cigüela, en lo alto de una loma desde la que puede apreciarse el valle del río, se erigió en el siglo XII la iglesia del poblado del mismo nombre. Años más tarde se anexionó al término de Villamayor de Santiago. Levantado en su día dentro del más puro estilo románico, el que en origen fue templo de una sola nave con ábside semicircular, pronto se transformó y su estructura se amplió. En la actualidad se puede contemplar un pequeño templo de tres naves cubiertas con bóveda de cañón y arcos fajones, con ábside semicircular en el interior y poligonal por fuera, de tres lados, con pequeña espadaña a los pies de la nave y pórtico corrido en su lateral sur con arcadas, que cobija la entrada principal al templo, resuelta a través de arco de medio punto. A principios del año 1978 se iniciaron obras de reparación y restauración de la ermita; entre otras, la de colocar nuevo pavimento. Al re mover el suelo, en la cabecera de la nave lateral del mediodía, se halló enterrada una talla de madera, imagen sedente de la Virgen con el Niño, también sentado en la rodilla izquierda de la Madre. Actualmente se conserva en el interior del Convento de la Concepción Franciscana de Villamayor de Santiago, y es uno de los ejemplos de arte mueble más antiguo de la provincia de Cuenca. Es la Virgen de Magaceda, una talla de madera de 80 cm de altura, con restos de policromía, datada en el siglo XIII. Representa la imagen de la Virgen con el Niño Jesús sobre su rodilla izquierda. Una virgen románica en la que se dan dos de los cánones de esa época: el hieratismo y la frontalidad. María aparece frente al espectador, sentada sobre un banco o trono sin respaldo. Viste túnica, y, a pesar del estado en que se conserva, se puede apreciar restos en la frente de lo que pudiera ser un manto que cubriese su cabeza. Su brazo derecho queda sobre su pierna derecha, sin mano; y el brazo izquierdo ayuda a sostener al Niño Jesús, sentado sobre su pierna izquierda. Sus pies llevan calzado puntiagudo que asoma bajo la túnica.