TÉRMENS

Térmens se encuentra en el sector meridional de la comarca, en una zona paisajísticamente vinculada con el llano de Lleida, limitando con la comarca del Segrià, de cuya capital dista 19 km, que se recorren por la C-13 en dirección a Balaguer. Esta localidad ocupa un altozano sobre la orilla izquierda del Segre, que antaño acogió un castillo, alrededor del cual se originó el primer núcleo de población, al amparo de la seguridad que ofrecía la fortaleza, posiblemente de origen andalusí. En dicho recinto se construyó  también la primitiva iglesia de Sant Joan. Cerraba el caserío un muro de grandes sillares, algunos lienzos del cual todavía pueden ser vistos en torno a las edificaciones más antiguas de la localidad. El topónimo Térmens, que deriva del latín Terminos, resulta muy significativo, puesto que en dicha población se encontraba el límite entre el condado de Urgell y la taifa de Lleida.

Castillo y villa amurallada de Térmens

Las ruinas del castillo de Térmens se levantan sobre un pequeño altozano situado en la orilla izquierda del río Segre. Recientemente se ha instalado sobre los restos del castillo una pasarela metálica que conduce al camino del río, desde donde podremos circundar las ruinas de la fortificación y del recinto amurallado.

El castillo ya aparece en la documentación en 1106, cuando fue tomado por Ermengol VI, inmediatamente después de la conquista de Balaguer en 1105. No obstante, la estabilización de su conquista no fue definitiva hasta mediados del siglo xii, ya que en 1126 volvería a caer en manos musulmanas, que lo preservaron en su poder hasta que en 1143 fue tomado definitivamente, con la colaboración de Ramon Berenguer IV, en el marco de la ofensiva que en 1149 acabaría con la taifa de Lleida. Durante los siglos xii y xiii el castillo formó parte del señorío de los Anglesola, hasta que en 1278 fue donado a los hospitalarios, quienes instituyeron una encomienda, la cual actuó como revulsivo para la localidad. En ese momento fueron reformados el castillo y la iglesia. La encomienda de Térmens no tardó en consolidarse y disfrutar de una vida próspera. La destrucción y amortización de la fortaleza se sitúa en el siglo xviii, posiblemente durante la Guerra de Sucesión, si bien la actividad de la encomienda se prolongó hasta su exclaustración en 1835.

Actualmente del castillo tan sólo restan las cimentaciones de algunos de sus muros y torreones. Sus restos fueron descubiertos en 1986 durante la demolición de unos edificios contiguos a la vecina iglesia de Sant Joan. Gran parte del muro noroeste ha desaparecido, si bien queda visible el terraplenado previo a la construcción de la fortaleza.  El abandono y el expolio del material constructivo contribuyeron a desfigurar los restos hasta su estado actual. El  solar que ocupa ha sido objeto de excavaciones desde 1991.

Circundando el casco antiguo de Térmens son fácilmente distinguibles algunos tramos de la muralla que cerraba dicho núcleo, éstos en muchos casos han servido como cimentación de las construcciones actuales. Los paramentos en algunos puntos se apoyan directamente sobre afloramientos de roca natural. Se considera una obra del siglo xiii, posiblemente fruto de una campaña de reformas vinculada con el establecimiento de la encomienda hospitalaria.

Los únicos restos que se han conservado de la iglesia de Sant Joan aparecieron en el transcurso de unas obras de rehabilitación del templo actual, obra de estilo gótico tardío fechada en el siglo xvi. Con motivo de la aparición de la estructura absidal se llevaron a cabo una serie de intervenciones entre los años 1985 y 1991 que sacaron a la luz una iglesia de nave única cuya cabecera se integraba en la muralla que circundaba la localidad. Se ha datado este edificio en el siglo xiii, en relación con el establecimiento de la encomienda hospitalaria.

Texto y foto: Nuria Otero Herráiz

Bibliografía

Bertrán i Roigé, P., 1979, pp. 257-346; Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 313, 474, 538, 539, 839, 888, 977 y 982; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 436-437; González Pérez, J.-R. et alii, 1986, pp. 53-112; González Pérez, J. R., 1988, pp. 237-242.