Sant Llorenç de Espinavessa
Iglesia de Sant Llorenç d’Espinavessa
La iglesia de Sant Llorenç se encuentra al centro del pequeño lugar de Espinavessa, situado en el extremo sur del término de Cabanelles, en el lugar donde confluyen la riera de Sant Jaume y el río Fluvià. El acceso al lugar se realiza, desde Figueres, por la carretera N-260 en dirección a Olot. Pasado el pueblo de Navata, se debe tomar la carretera GIP-5121 hacia Banyoles y, antes de llegar a Crespià, a mano derecha, sale la carretera GIV-5122 que conduce a Espinavessa.
Las primeras menciones del lugar d’Espinavessa son de los años 910 y 948. En el año 979 el conde Miró, también obispo de Girona, legó a Sant Pere de Rodes unos alodios en Espinavessa. La iglesia de Sant Llorenç se menciona en las Rationes decimarum de 1279 y 1280. Del siglo xiv se conservan un buen número de noticias, la mayoría de ellas relativas a la capellanía, rectoría y sacristía. También son numerosas las noticias del diezmo de la parroquia, que el obispo de Girona tenía infeudado a distintos caballeros: en 1315 una sexta parte del diezmo era de Pere de Cornellà; en 1323, Guerau de Rocabertí, señor de Navata, poseía el diezmo de Espinavessa; en 1335, Ramon de Lladrera, caballero de Avinyonet de Puigventós, tenía una parte de diezmo; y en 1355 lo tenía Pere de Bedós. En el mismo siglo xiv parece que hubo una disputa entre los parroquianos de Espinavessa y el caballero Guillem de Palma. Éste último había enterrado el cuerpo de su hijo en el interior del templo de Sant Llorenç, acción que los parroquianos no consintieron, y por ello se fueron a quejar al obispo de Girona. Este, no queriéndose implicar demasiado en el asunto, decidió que se sepultaron los restos en uno de los muros de la parroquia.
Las noticias que se tiene de época moderna de la parroquia de Espinavessa, no son muy relevantes para el estudio de la iglesia de Sant Llorenç. De las más destacadas, la bendición del retablo mayor de la iglesia, llevada a cabo en 1664 o la llegada de reliquias de san Fulgencio y otros mártires en 1762. Entre 1790 y 1804 se construyó un nuevo templo, que es el que actualmente se conserva.
La iglesia de Sant Llorenç, a pesar de ser una construcción moderna, posee algunos restos de la antigua iglesia. En el exterior, en el sector occidental del muro norte, hay inseridos dos sillares que provendrían de dicha iglesia anterior. Uno de ellos se encuentra en el sector inferior del muro, cercano a la esquina. En él se ha representado a un león que se agacha con las patas delanteras, gira la cabeza hacia la izquierda y presenta una larga lengua que se entrecruza con la cola. En el mismo muro, pero más separado de la esquina y cercano a la cubierta, se encuentra otro sillar igualmente decorado, si bien este presenta el relieve de un buey en un posición simétrica a la del león; es decir, el animal está girado y presenta la cabeza a mano izquierda del sillar, y la cola a la derecha. Es posible que siendo dos sillares idénticos en cuanto a medidas y labrado, la representación de un buey y un león correspondiera a un Tetramorfo, del cual no se han conservado las piezas correspondientes al ángel y el águila.
La datación de estas piezas es compleja, puesto que el labrado, realizando en bajo relieve, es tosco y mal conservado. La iconografía de los animales, al ser su uso muy popular y extendido a lo largo de toda la Edad Media, tampoco permite fechar los sillares, que en cualquier caso deben de ser, forzosamente, posteriores al siglo xi.
Herraje
En la puerta sur de la iglesia se halla el antiguo herraje románico que pertenecía a la iglesia primitiva de Espinavessa. El hecho de que la puerta actual sea de mayores dimensiones que la antigua produce que la herramienta solamente cubra dos terceras partes de las hojas de la puerta.
El herraje está compuesto por unas tiras de hierro con una incisión central, de las cuales nacen espirales contrapuestas. En la franja superior de la puerta se hallan las tiras de dimensiones más pequeñas. Una serie de espirales, que debieron de perder su juego de tiras, han sido dispuestas aleatoriamente en las hojas. Un cerrojo y una argolla completan el conjunto. El cerrojo presenta una barra horizontal con el extremo derecho curvo y donde se halla representada la cabeza de una serpiente. Las anillas por entre las cuales corre el cerrojo presentan incisiones en forma de media luna. La argolla está compuesta por una anilla de grandes dimensiones y el aro donde esta se suspende. El aro está dentado en su contorno y presenta tres nudos en el pequeño saliente donde se acopla la anilla.
Texto y fotos: Clara Poch Gardella
Bibliografía
Badia i Homs, J., 1977-1981, II-A, pp. 58; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 431-433.