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Planta

Identificador
37000_0030
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 57' 33.39'' , -5º 39' 51.91''
Idioma
Autor
Centro de Estudios del Románico
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Polo

Localidad
Salamanca
Municipio
Salamanca
Provincia
Salamanca
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN POLO O SAN PABLO se construyó también extramuros del primer recinto amurallado, pero muy próxima a él. Posteriormente al levantarse la segunda cerca quedó englobada dentro de ella, ocupando la parte sur de la misma donde se abrió una puerta a la que dio nombre. Formaba parte del territorio de los portogaleses y tanto para su fundación como para su dotación se han dado fechas muy tempranas que no parecen encajar con los restos conservados hoy. Quadrado propuso el año 1108 para la fundación, mientras que Villar y Macías apuntó una donación a San Polo en 1112 por parte del portugués Esteban Rodríguez. En 1191 figuraban dos clérigos de ella, de nombre Pedro y Domingo, que actuaron como testigos en una donación hecha al cabildo por Enrico, hijo de Garci Vanzo. El primitivo templo románico tenía planta de tres naves separadas por pilares de ladrillo y rematadas en tres ábsides semicirculares con sus correspondientes tramos rectos. La iglesia fue objeto de una reforma en el siglo XVI y se mantuvo como parroquia hasta mediados del siglo XIX, momento en que se agregó a San Esteban. A finales de esa misma centuria el edificio se mostraba ya abandonado y casi en ruinas, aprovechándose parte de su espacio para la construcción de viviendas. A comienzos del siglo XX todavía se mantenía en pie parte de la cabecera que fue descrita por Gómez-Moreno. En 1983 y 1984 se produjeron las primeras labores de recuperación de los restos que continuaron más tarde con la realización de algunas intervenciones arqueológicas previas a la construcción del hotel que se levanta hoy sobre parte del solar. Actualmente sólo quedan a la vista los restos de la cabecera y los muros occidental y meridional. La cabecera presenta un zócalo de arenisca bien labrada dispuesta a modo de banco corrido en el interior y sobre él los muros de ladrillo decorados con arquerías ciegas. En el interior del ábside central se ve el arranque de diez arcos que jalonaban su mitad inferior, mientras que en el exterior Gómez-Moreno llegó a ver “dos filas de arcos dobles... desmentidas, o sea, hueco sobre macizo, rematando en una hilera de facetas y cornisa de doble nacela”, que evidentemente ya no se conservan. En el siglo XVI se levantó un muro de piedra delante del hemiciclo cuyos restos han sido documentados en la última excavación. Para Sánchez González se trataría del apoyo del retablo mayor que ocultaría así el testero de la capilla. Entre los escombros extraídos del tramo curvo aparecieron algunos elementos decorativos de piedra procedentes de la vieja fábrica románica que fueron depositados en el Museo de Salamanca. Entre ellos destacan dos cimacios decorados con flores de hojas puntiagudas inscritas en círculos, y dos capiteles (60 x 55 x 55 cm) con hojas planas rematadas en volutas que tratan de imitar un modelo difundido a partir de algunas de las cestas que adornan la Torre del Gallo. También apareció una columnilla con basa y capitel que los responsables de la excavación adscriben a un altar, pero que también pudieran proceder de alguna “ventana románica con columnitas” que Quadrado llegó a ver en los ábsides. En cualquier caso estos elementos apuntan una vez más al empleo de una fábrica mixta de ladrillo y piedra, como ocurre en otros edificios de la provincia (Paradinas de San Juan, Aldeaseca de la Frontera, Cantalapiedra y San Juan y Santiago de Alba de Tormes). Las capillas laterales, de menores dimensiones que la mayor, se decoraban en el muro recto con dos arcos de triple rosca de los que sólo se aprecia el arranque. Se accedía a las tres capillas por sendos arcos triunfales también de triple rosca de los que sólo se ha conservado el de la epístola y el arranque del central. El sistema de cubrición incluiría bóvedas de cañón para los tramos rectos y de cuarto de esfera para los tramos curvos. Las naves estaban separadas por arcos formeros apoyados sobre pilares y se cubrían con techumbre de madera, como todavía pudo ver Quadrado. Los muros laterales se adornaban al interior y al exterior con arcos apuntados de un solo orden que recuerdan en su trazado a los de las iglesias de Villoria y Peñarandilla. La iluminación la recibían a través de dos ventanas abocinadas abiertas en el muro sur y otra sobre el arco triunfal del ábside de la epístola. El acceso al interior se realizaba a través de dos portadas: la meridional y la de los pies. La primera está formada por un arco apuntado de amplia rosca y cuatro arquivoltas apoyadas sobre una línea de imposta de nacela. Sobre la puerta corre un friso de esquinillas y encima se abre una ventana de triple rosca flanqueada por dos arcos ligeramente apuntados, uno de ellos ciego. La fachada de poniente fue reformada en 1529, según señalan Quadrado y Villar y Macías que llegaron a describir un remate de “treinta estatuas de santos sentadas en hilera sobre repisas góticas”, realizadas en ese mismo año por orden de don Francisco Sánchez de Palencia, arcediano de Alba y canónigo de la catedral de Salamanca. La iglesia de San Polo era junto con la de Santiago las únicas de la ciudad en las que se tiene constancia del uso del ladrillo como material constructivo. Algunos han querido ver en ello la influencia de la población de origen mozárabe establecida en el territorio colindante, al que pertenecía de hecho la mencionada iglesia de Santiago. A nuestro juicio este argumento carece de sentido por cuanto el ladrillo era un material ampliamente utilizado en la provincia, incluso en lugares que nada tenían que ver con la pervivencia de reductos mudéjares. Su uso se debe sobre todo a imperativos de orden económico e incluso de tradición constructiva de los propios repobladores allí asentados. Respecto a la cronología del edificio, y que con independencia de que hubiese existido una primitiva iglesia de San Polo o San Pablo fundada a principios del siglo XII, hemos de señalar que los restos conservados hoy corresponden a un momento muy posterior. El apuntamiento de los arcos que jalonan el muro sur, la propia portada meridional y el estilo de los capiteles rescatados apuntan hacia el primer cuarto del siglo XIII como momento de su construcción.