EL EDIFICIO HA LLEGADO hasta nuestros días en un estado lamentable, muy transformado por las obras de acondicionamiento de que fue objeto para adaptarlo a su nuevo uso como granero y palomar. La fecha de 1816 grabada en el dintel de una puerta moderna permite datar al menos una parte de estas reformas. En su estado original debió de tener una sola nave techada de madera y una cabecera tal vez plana como la actual, si bien ésta se halla actualmente muy reformada. Aunque el exterior está revocado de cemento, es posible que estuviese construida íntegramente de sillería como puede verse todavía en el lienzo conservado en el lado sur. En este mismo lado hay un grueso contrafuerte añadido más tarde como contrarresto del empuje del arco triunfal o ante la amenaza de ruina que presentaba el edificio. El elemento más destacado de su fábrica es la portada que se abre al mediodía, medio enterrada y cegada en parte para adaptar una sencilla puerta. Consta de tres arquivoltas lisas de medio punto que apoyan sobre una línea de imposta biselada dispuesta sobre las jambas. Está flanqueada por dos pilastras de escaso resalte que presentan como única decoración un sillar moldurado con filetes y escocia. En la parte superior corre otra imposta idéntica a la anterior que se extiende también por el muro de sillería de la nave. Por sus características parece obra de finales del siglo XII.