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Pintura sobre tabla del retablo mayor

Identificador
50151_02_039n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 10' 13.63'' , -0º 55' 56.56''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Santiago

Localidad
Luna
Municipio
Luna
Provincia
Zaragoza
Comunidad
Aragón
País
España
Descripción
La ermita de Santiago se encuentra en la parte alta del municipio de Luna, parcialmente exenta, encontrándose la zona de acceso por los pies en una suave colina, mientras que la cabecera se halla emplazada en el extremo de un abrupto barranco que va a parar a una cota de unos siete metros por debajo de la iglesia a un camino de tierra que rodea el municipio. La iglesia fue consagrada bajo la advocación de Santiago de la Corona en el año 1178, en tiempos de Pedro, obispo de la ciudad de Zaragoza. La documentación señala cómo fue erigida en la mencionada zona rocosa en la parte alta del casco urbano a finales del siglo XII, si bien sufrió con posterioridad algunas ampliaciones y reformas varias, muy especialmente en época moderna. Así, a mediados del siglo XVII los nuevos gustos estilísticos llevaron a una restructuración interna que, no obstante, apenas si alteró la volumetría original. En este momento debemos datar los añadidos de una nueva capilla en el lateral del evangelio y otras dos en el lado de la epístola. El conjunto permaneció sin tocar hasta finales del siglo XX. Así, en el año 1974 su especial singularidad, unida a su interés histórico y artístico, hicieron posible que fuese declarada Bien de Interés Cultural. Unos años después, en 1995, el avance de las patologías que habían ido surgiendo con el paso del tiempo aconsejaron que se llevasen a cabo una serie de trabajos de restauración, consistentes fundamentalmente en la consolidación y recuperación de las partes afectadas, comenzando por la cimentación y la consolidación y recuperación de los tramos dañados, especialmente en lo relativo al saneamiento de las rocas sobre las cuales se asienta el templo. Al mismo tiempo, el avanzado estado de deterioro de las cubiertas obligó a la reconstrucción de la estructura primigenia, ejecutada por medio de losas de piedra dispuestas de manera escalonada. Además, fue necesario intervenir en la fachada y también consolidar el muro derecho, tanto en el tramo de articulación de la nave como en la zona del ábside. El edificio se concibió como una construcción de planta rectangular rematada por medio de un ábside semicircular, articulándose el espacio interior a base de cuatro tramos más la cabecera, constituida por el mencionado ábside y un tramo de presbiterio con pilastra intermedia. Los tramos están articulados mediante arcos fajones doblados, los cuales apoyan a su vez en pilastras dobladas adosadas a los muros laterales. El presbiterio y el ábside quedan elevados en una altura de ocho peldaños con respecto de la nave, a fin de poder ubicar debajo la cripta. La escalera se organiza en dos tramos laterales de acceso al presbiterio y uno central que baja a la cripta. El retablo oculta la ventana axial que se aprecia desde el exterior. Como sistema de cerramiento, la iglesia tiene bóveda de cañón apuntado para la nave y bóveda de horno para la zona del ábside, a las que se unieron con las reformas bóvedas de cañón apuntado y lunetos para las capillas laterales y una bóveda de lunetos para la zona de la sacristía. Una moldura muy sencilla biselada recorre todo el interior del edificio a la altura de la imposta de las bóvedas. El descenso a la cripta se realiza mediante seis peldaños; emplazada bajo el presbiterio, se encuentra cubierta a base de bóveda de medio cañón. Al exterior el templo, ejecutado por medio de fábrica de piedra sillar muy bien trabajada, destaca por una volumetría muy cuidada y por una presencia muy destacada del muro liso, apenas interrumpido por un par de contrafuertes en el muro septentrional, y otro más en el lienzo sur. La presencia de vanos es también mínima, apareciendo tan solo uno estrecho, de medio punto, en la zona del ábside, en eje con la disposición longitudinal del templo, otro en el muro meridional y una tripleta de ventanas en línea en el hastial, sobre la puerta de acceso; todos cuentan con suave derrame interior. El del ábside tiene tallado el arquillo superior de la aspillera por su parte externa, en una pieza en forma de tímpano semicircular. La decoración se concentra de manera casi exclusiva en la zona de los pies, muy notablemente en la portada de acceso. Ésta se destaca levemente del muro y queda cobijada bajo un tejadillo poco prominente con una moldura de ajedrezado resuelto a base de tres hileras de billetes, el cual a su vez apoya en ocho modillones, cada uno de los cuales se encuentra labrado con motivos diferenciados (aspa, rollos de diversa conformación, tallos con frutos, animales), a excepción de uno que permanece liso. Las cobijas, muy deterioradas, tuvieron decoración geométrica. La portada propiamente dicha se configura a base de tres arquivoltas de medio punto, con unas medidas de 1,9 m de anchura en la zona interna y un total de 3,65 m en la arquivolta exterior. Como en otras portadas de tres arcos, el central presenta grueso toro y los extremos platabandas lisas. Entre las arquivoltas se sitúan molduras decoradas: la interior con ajedrezado y puntas de diamante, la intermedia entorchada y la exterior con tres hileras de billetes. Aparecen de nuevo motivos ornamentales como ajedrezado, decoraciones de tipo geométrico zigzaguente y rosetas inscritas en la línea de imposta sobre la que apoyan los arcos. En la clave de la arquivolta externa fue tallado un crismón de seis radios con las habituales letras P y S, alfa y omega, con breve travesaño central y ensanchamiento de los extremos de la X. Es notable, asimismo, la presencia de marcas de cantería, tanto en el exterior de la iglesia como en la zona interior, muy especialmente en algunos tramos del muro meridional. También son una constante a lo largo de todo el perímetro superior del templo los modillones que sostienen la cornisa que sustenta la cubierta, muchos de los cuales se hallan resueltos con figuras humanas (una con báculo elevando los brazos, otra con la frecuente pareja abrazada, músicos, en otros casos resumidas en las cabezas), animales (aves de frente, cabezas bovinas o monstruosas, etc.) y variados motivos geométricos. En general, como vemos, el repertorio decorativo se corresponde con el habitual en el románico pleno evolucionado. En la zona absidal, además, la decoración alcanza incluso a la misma cornisa, la cual no es lisa como en el resto del conjunto sino que vuelve a aparecer el motivo del ajedrezado de tres hileras de billetes. Por todo ello la ejecución del templo puede situarse en el tercer cuarto del siglo XII, siendo aplicable el documento que menciona la consagración en 1178. Se trata de una interesante muestra de románico rural que las posteriores ampliaciones, afortunadamente, no han enmascarado.