EL ÚNICO TESTIMONIO MEDIEVAL que se conserva, alusivo a una primitiva iglesia que suponemos románica, es una lápida de piedra arenisca que se localiza en el costado derecho de la portada de acceso a la iglesia. En el estudio que de ella hace Justiniano Rodríguez, se lamenta del estado en que durante su visita se hallaba la pieza, cubierta por un tinte negro que dificultaba su lectura. Actualmente ha sido limpiada, pero tal circunstancia no ha servido para facilitar su interpretación, sino todo lo contrario, especialmente en la última línea. Se trata de un sillar de piedra arenisca cuyas medidas son 47,5 cm de ancho y 31,5 cm de alto. Muestra cajeado e interlineado incisos y se articula en nueve renglones con palabras generalmente separadas por tres puntos -excepto en un caso que son cuatro-, con frecuentes nexos y abreviaturas representadas por tilde horizontal, bien sobre las letras, bien interfiriendo en ellas, como ocurre en la L y R. El texto, de elegante ejecución, en caracteres mezclados visigóticos y carolinos, fue publicado primero por J. Rodríg u ez, años después, con pequeñas variaciones, por Augusto Quintana y finalmente por M.ª Concepción Cosmen. La lectura que aquí presentamos coincide prácticamente con la del primer autor, con algunas variaciones en cuanto a abreviaturas y signos de puntuación: + EDIFICATV(m) : EST : TEMPLV(m) : HOC : AB ABATE : IVSTO : CO(n)SECRATV(m) : QVE : EST AB EP( iscop)O : OSMVNDO : (die) VI : N(ona)S : OCTVBRES IN ERA : C XX : POST M(i)LE(sim)A : Q(u)OT : RESTAVRAVIT DIDACVS : FERNANDI : E I(u)SDE(m) : EC(c)LESIE : CLE RICVS : IN HONORE(m) : S(an)C(t)E : MARIE SE(m)P(er) VIRGINIS : ET AL(i)ORV(m) S(an)C(t)OR(um) PLVRIMORV(m) ABATE PETRO II PRESIDE(n)TE EC(c)LE SIE S(an)C(t)I A[N]DREE IN : ERA CC : VIIII : P O(st) M(i)L(esim)A Es decir: “Este templo fue edificado por el abad Justo y fue consagrado por el obispo Osmundo (el día) sexto de las nonas de octubre, en la era centésima vigésima después de la milésima, la cual restauró Diego Fernández, clérigo de la misma iglesia en honor de Santa María Siempre Virgen y de otros muchos santos, (siendo) el abad Pedro II presidente en la iglesia de San Andrés, en la era ducentésima novena después de la milésima”. El epígrafe, trazado a fines del siglo XII recoge con exactitud -al margen de las dudas que plantean las X superpuestas- la fecha de la consagración, ocurrida un siglo antes -año 1082-, incluyendo el día -2 de octubre, que ese año cayó en domingo, día habitual para este tipo de ceremonias-, bendecida por el obispo astorgano Osmundo (1082-1098), muy vinculado al rey Alfonso VI y que A. Quintana considera de origen francés, habiendo accedido a la cátedra ese mismo verano. Junto a él aparece el abad Justo, del monasterio de San Andrés de Espinareda, de quien se sabe que ejerció su mandato hacia el año 1095. Por su parte Osmundo debió desarrollar una amplia labor pastoral en El Bierzo, según se desprende también de su presencia en la consagración de las iglesias de San Martín, en Pieros -19 de noviembre de 1086- y San Esteban, en Corullón, el 16 de diciembre del mismo año. Noventa años después, exactamente en 1171, el clérigo Diego Fernández restaura la iglesia y en recuerdo de este hecho coloca la lápida, rememorando además aquella lejana consagración. Era entonces abad de San Andrés de Espinareda Pedro, segundo de este nombre.